Referente asiático de Keiko Fujimori, y Partido Nacionalista Peruano a la defensiva

La candidatura de Keiko Fujimori a la presidencia de la República lleva a una observación y reflexión básica: “es hija de Alberto Fujimori”. Tal es su carta de presentación, no la labor que haya tenido como congresista o, en general, su trayectoria política.

 

Y viene la pregunta “¿De dónde sale que la hija de un presidente quiera ocupar también ese puesto?” Trataremos de explicar esto dirigiendo la mirada al Continente asiático, para tener una idea acerca del origen de esta tendencia “familiar”.

Japón

Emperador Akihito

Los japoneses viven en una monarquía constitucional, en la que el emperador tiene mínima participación en los asuntos de gobierno. Lo más que hace es dar su aprobación (formal) al gabinete ministerial que forma el Primer Ministro. ¿Cómo surge el mandato del Primer Ministro? Por elecciones: el partido que gana las elecciones, además de colocar un número de parlamentarios, tiene el derecho de nombrar el Primer Ministro, que es el jefe de gobierno y en algunos casos puede invitar a miembros de la oposición a formar parte del gabinete ministerial. Por donde veamos, el del Japón es un sistema que funciona mediante elecciones libres.

China

En la República Popular China existe una especie de monopolio del Partido Comunista (PC) que elige al Primer Ministro. Los miembros del PC constituyen amplia mayoría en el congreso. Al ser un país de enorme población, este factor permite que las elecciones internas del PC tengan cierto movimiento y rotación de personas. Aunque en los diversos niveles del gobierno en China puede haber y hay grupos familiares o de intereses (“argollas”), la cosa no llega a tanto que los chinos piensen que los miembros de una familia deban gobernar el país. Ni Mao Tse Tung (o Mao Zedong) tuvo esa intención; y cuando su esposa, aprovechando la ancianidad de Mao, intentó hacer las cosas por su cuenta y llegar al poder, fracasó y la encarcelaron.

Myanmar

Este país era conocido con el nombre de Birmania. De tiempo en tiempo nos llegan de allá noticias que informan de la represión que ejerce el gobierno, de la lucha por los derechos humanos y la libertad política, etc. Lo que desde hace 50 años ocurre en Myanmar es que una camarilla de jefes militares ha tomado el poder y en los hechos ha institucionalizado una dictadura permanente y duradera, a la que no afectan ni las críticas del extranjero ni las castigos económicos. Con todo y eso, el poder político no se hereda en Myanmar, una familia no tiene derecho de dirigir los asuntos del estado. Los militares tienen una suerte de consejo de estado que decide quiénes van a ocupar los puestos de gobierno.

Corea del Norte

Kim Il Jong II



En este país nominalmente gobierna el Partido Comunista, pero en los hechos el poder político es propiedad de la familia de Kim Il-Sung, que gobernó la República Democrática de Corea desde 1948 hasta su muerte en 1994. Kim Il-Sung estableció el culto a la personalidad que lo presentaba como héroe, redentor y protector de la patria. Este señor oportunamente preparó a su hijo Kim Jong-Il para que lo sucediese en el poder, cosa que ocurrió. A su vez, viendo su salud debilitada, Kim Jong-Il está haciendo los arreglos necesarios para que su sucesor en el gobierno sea su hijo Kim Jong-chul.

En Corea del Norte no importa que dentro del PC haya personas capacitadas; lo que se impone es la voluntad de los descendientes de Kim Il-Sung, que han formado una dinastía familiar dentro de un sistema político comunista. De modo semejante a Corea del Norte, en el partido de Alberto Fujimori no importa la presencia de personas capacitadas para que sean candidatos a la presidencia; lo que importa es que sean de la familia Fujimori.

Contrariamente a lo que dicen críticos de Alberto Fujimori, que lo acusan de haber tenido congresistas dóciles, incapaces y sumisos, debemos señalar que con el tiempo el fujimorismo ya tiene gente experimentada en el Congreso, como Martha Moyano Delgado, Rolando Sousa Huanambal y Santiago Fujimori Higuchi, por mencionar algunos. Si vamos al Congreso o leemos el Diario de los Debates, veremos que estas personas realizan bien trabajos de comisión (asuntos especializados) e intervienen en las sesiones fundamentando proyectos, formulando observaciones, preguntando y respondiendo. Cosa que prácticamente no sucede con Keiko Fujimori.

Por los diarios de circulación nacional sabemos que Keiko Fujimori ha pasado más tiempo en viajes que realizando su función de congresista. Y cuando está en el Congreso, no es ella sino las personas mencionadas quienes dan la cara por su partido, demostrando que saben actuar políticamente (con qué fines o intenciones, ya es otro cantar). Sin embargo, quien dentro del partido de Alberto Fujimori es seleccionado para que sea candidato a la presidencia no es quien demuestre ser el mejor sino quien sea el hijo o hija que decida Alberto Fujimori. En la percepción de Alberto Fujimori —compartida por sus seguidores— el Perú está para que lo gobierne su familia, no quien el partido o el pueblo peruano prefiera (¡estamos como en Corea del Norte!).

Partido Nacionalista Peruano

Enfrentando al partido de Alberto Fujimori tenemos al Partido Nacionalista Peruano (PNP), cuyo candidato es Ollanta Humala, quien en este proceso electoral lucha contra la corriente (de información manipulada).

Estas elecciones están marcadas por la abierta alineación de la gran mayoría de les medios de comunicación que sin disimulo han tomado partido por Keiko Fujimori y atacan y desprestigian continuamente a Ollanta Humala. En otras palabras, estos medios de comunicación no se limitan a informar; lo que buscan es convencer a la población para que vote por la hija de Alberto Fujimori.


Además de esta campaña pública y oficial está la campaña subterránea, la que se hace de persona a persona para atemorizar a la gente. Aprovechando que desde hace años la población está condicionada por los mensajes embrutecedores de la prensa basura y la radio y televisión mercenarias y corruptas, los fujimoristas y otros sueltan cosas como éstas:  

—Ollanta Humala va a llevarse al ejército a todos los jóvenes.
—Las empresas privadas se van a ir.
—Ollanta Humala va a estatizar las empresas privadas (no dicen cuáles ni de dónde saldría la plata para las expropiaciones).
—Ollanta Humala va a emprender la guerra con Chile (cuando por historia sabemos que siempre Chile es agresor y que Chile llegó a limitar con el Perú previo robo del litoral boliviano).
—Las personas van a tener que compartir sus casas con desconocidos.

Puras mentiras que los fujimoristas no se atreven a decir por radio y televisión; ellos creen que el pueblo peruano debe determinar su voto a partir de las mentiras que hacen circular los corruptos.

La intensidad de la campaña es tan fuerte, que el PNP está a la defensiva, hace aclaraciones a su plan de gobierno, etc. Y esto ha llegado a un nivel alarmante que pone en peligro la identidad y la credibilidad del PNP.

Gas

Consecuente con su carácter nacionalista (está en el nombre del partido), el candidato presidencial del PNP proclamó en calles y plazas que iba a defender la soberanía energética, para lo cual anunciaba que al llegar al poder iba a dejar sin efecto la corrupta modificación de contratos que permite la exportación de nuestro gas.


En este contexto, era creíble la propuesta de Ollanta Humala de rebajar notoriamente el precio del gas y de promover la industria petroquímica en el Perú (que sólo es posible si no se exporta el gas). Sin embargo, cada vez Ollanta Humala es menos claro en esto; ya habla diferenciadamente del gas según el yacimiento o campo de procedencia, etc., nada de lo cual debería importar si la intención patriótica es dejar sin efecto la exportación de todo el gas peruano, no importa de dónde provenga.

Este retroceso indicaría que Ollanta Humala y su gente han cedido ante
las presiones de Japón (ver Japón compra gas de Camisea  para planta de Fukushima) y Chile (ver Traición: García regala gas a Chile y lo niega a los peruanos), principales beneficiarios de la exportación del gas. Por si acaso, ya empezaron a salir barcos llevándose nuestro gas al Japón. Para entender la gravedad del asunto y la naturaleza corrupta de este negociado, debemos tener en cuenta que muy cerca al Japón están los terminales de los gasoductos rusos… ¡o sea que más a cuenta sale a los japoneses comprar gas peruano del otro lado del océano, que viaja miles de kilómetros, que adquirirlo de los rusos, que son sus vecinos!

Cabe señalar que este gas está saliendo a Japón por alguna maniobra mafiosa japonesa, pues el gobierno alegó que no se podía dejar de exportar por haber firmado un contrato de venta a México. ¿De dónde sale Japón ahora? ¿Por qué se niega la venta de gas a más de 22 empresas peruanas y en cambio sale a Japón? ¿ Significa esto que la dictadura fujimorista dejó afianzada una mafia que actúa con poderosas influencias y faenones?

Comprometiendo el futuro de nuestros hijos y nietos, los corruptos han optado por servir los intereses del Japón. Y aquí es significativo el silencio de Keiko Fujimori, quien sin mentir podría decir que en el gobierno de su padre se reservó el gas local para uso de los peruanos; pero no, Keiko calla porque la exportación nace de una corrupta modificación de contratos (todo lo que es corrupto es bueno para los fujimoristas) y porque beneficia al Japón.

Así, el candidato Ollanta Humala ya estaría alineado con el argumento de los corruptos según el cual los contratos entre el estado peruano y empresas privadas se pueden y se deben cambiar si esto favorece a la empresa privada; pero de ninguna manera se modifican o anulan si el cambio favorece al estado y al pueblo peruano. O sea que como resultado de una acción corrupta (cambio de los contratos) nos quedamos como convidados de piedra y como menores de edad en nuestro propio país y aceptamos que nuestras riquezas sean expropiadas por la empresa privada (consorcios extranjeros) para perjudicar al pueblo peruano y favorecer a otros países.

Todas las opciones de la exportación del gas son malas: nos obligan a pagar por ese producto como si fuese importado y dejamos a los empresarios peruanos sin gas y a los consorcios privados con la libertad de elegir a dónde va nuestro recurso (mal si va a Chile, por ser país enemigo del Perú; mal si va al Japón, que consume cien veces más que el Perú y Chile juntos).