Un millar de obreros de la Corporación Celima-Trébol perteneciente al empresario Augusto Belmont Casinelli marcharon hacia la sede del Ministerio de Trabajo en horas de la tarde de ayer, a fin de exigir la intervención de la autoridad para a solución de sus demandas laborales.
Luego de dos días de total paralización que han cerrado las puertas de las cuatro plantas de producción de la empresa, y después de movilizarse por las calles adyacentes, organizar piquetes en cada puerta desde las 4.00 am., ollas comunes, realizar un mitin popular donde recibió el masivo respaldo de la población y de diversas organizaciones sindicales, la huelga continúa porque la empresa mantiene su postura intransigente y en lugar de buscar soluciones amenaza con despidos, infiltra soplones, informantes y provocadores a su servicio para desbordar la lucha de los trabajadores.
En la mañana de hoy un contingente policial que actúa a órdenes de la empresa se la emprendió contra los trabajadores en un intento por provocar un enfrentamiento que perjudique el desarrollo de la lucha, pero se impuso el orden por la organización y disciplina, pese a que la indignación de los obreros se ha colmado por los abusos de la patronal, su maltrato a los obreros y su negativa a resolver sus demandas.
En Celima y en Trébol, respectivamente, se han sumado dos pliegos de reclamos sin solución. En el primer caso la intransigencia de la empresa llevó al sindicato a recurrir a un arbitraje, pero la empresa se niega a cumplir con el laudo arbitral aun cuando éste arrojó un modesto aumento. En el caso de Trébol la empresa no ha ofrecido ni un centavo, ni por el primer ni el segundo pliego. El MINTRA, por otra parte, hace mucho que notificó a la empresa que en ambas fábricas cientos de obreros laboran de manera ilegal con contratos desnaturalizados, pero ella se niega a regularizar esta situación y cada fin de mes arroja a la calle a numerosos trabajadores con el pretexto de “vencimiento de contrato”, muchos de ellos por el simple hecho afiliarse al sindicato.
La Corporación, al mismo tiempo que pretenden obtener la certificación a la calidad de sus procesos (ISO 9000), opera como la empresa más riesgosa para la seguridad y salud del trabajador, pues por sus sistemas obsoletos y ritmos exigentes de trabajo, han ocasionado la lesión de más de un centenar de obreros que padecen múltiples hernias, lesiones a la columna, roturas de tendones y otros males que los mantienen inhabilitados, lo que la hecho que las autoridades le apliquen multas millonarias y pese a ello la empresa no hace absolutamente nada para proteger la salud de sus trabajadores.
La corporación fabrica revestimientos cerámicos y sanitarios y goza casi el monopolio del mercado, el que ha tenido un espectacular crecimiento por el boom inmobiliario. El negocio es fuente del gran despegue que muestran los negocios del Sr. Belmont Casinelli ramificado a diversos sectores, y cuyo máximo símbolo es la mega planta que construye en Lurín; todo esto, gracias a su política antilaboral que le niega salarios dignos y derechos elementales a sus obreros.
Los obreros demandan la solidaridad de la CGTP que hasta el momento no se ha pronunciado y a la que están afiliados, y se preparan para iniciar una huelga indefinida en caso de no encontrar una solución, la que de efectuarse, traerá desabastecimiento a la industria de la construcción.