Alumnos de La Universidad Nacional Agraria La Molina sobre Conga

UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA

Centro Federado de Ciencias

Pronunciamiento

El Centro Federado de Ciencias (CFC), agremiación de los estudiantes de las especialidades de Biología, Ingeniería Ambiental y Meteorología de la Universidad Nacional Agraria La Molina, manifiesta lo siguiente con relación al debate nacional sobre la viabilidad del Proyecto Conga:

Conociendo las torpes actuaciones de la empresa Yanacocha hacia la población de Cajamarca en conflictos socioambientales anteriores, como el caso del derrame de mercurio en el pueblo de Choropampa, o en el de las pretensiones de explotación del Cerro Quilish, se abre un nuevo conflicto entre la empresa señalada y campesinos cajamarquinos por la puesta en marcha del Proyecto Conga. Estos antecedentes no ayudan a la empresa Yanacocha a generar confianza en las personas que serán tanto directa como indirectamente afectadas por el funcionamiento del proyecto minero. El propio Estudio de Impacto Ambiental (EIA) realizado por la  empresa Knight Piésold Consultores menciona lo siguiente: “En términos generales, los líderes y autoridades locales del Área de Estudio General (AEG) consideran que la actividad minera provocará importantes impactos negativos sobre el agua y suelos, y consiguientemente sobre la actividad agrícola. Por otro lado, mencionan que el desarrollo de proyectos mineros trae los efectos perniciosos de la inmigración, como robos, prostitución y alcoholismo.”, evidenciando así una imagen negativa, justamente construida, en las mentes de los cajamarquinos a lo largo de tantos años de malas relaciones entre las comunidades y la minería.

 Asimismo, vemos con preocupación las objeciones presentadas por el Ministerio del Ambiente al EIA del Proyecto Conga. Entre los cuales destacan las siguientes –citas del artículo de IDL reporteros “De lagunas a desmontes”-:

 • Que de las cuatro lagunas que serán secadas; sólo dos, Perol y Mala, serán vaciadas para extraer el oro. Las otras dos, Azul y Chica, “serán vaciadas y utilizadas como depósitos de desmontes”.

 • También indica el informe que “la evaluación de los humedales (lagunas altoandinas, bofedales) no se ha desarrollado en función a la fragilidad del ecosistema que se pretende intervenir”.

• Según el informe del Ministerio del Ambiente, el EIA de Newmont/Yanacocha no considera “las microcuencas de manera integral”. Por eso, “el criterio y análisis de afectación a los caseríos y centros poblados debiera realizarse por cada microcuenca hidrográfica”.

 • A la vez, el Informe sostiene que “la vulnerabilidad de la zona de emplazamiento del proyecto por ser una cabecera de cuenca requiere un análisis hidrológico e hidrogeológico detallado”. De hecho, añade, “no se han realizado estudios que de manera fehaciente demuestren que los depósitos de relaves no producirán filtraciones (…) riesgo potencial, toda vez que en el EIA se confirma la existencia de flujos hídricos subterráneos (…). Por ello, el EIA debió haber contemplado estudios complementarios que aclaren estos aspectos”.

 • En cuanto a la valoración económica del Estudio de Impacto Ambiental de Yanacocha, el informe presentado por el ministro Giesecke indica entre otras cosas que “la estimación del valor económico de la biodiversidad es insuficiente… una gran variedad de especies de flora y fauna que se han identificado en la zona …no ha sido valorada”. En ese sentido, creemos en el CFC, que se debe impulsar la valoración económica también de los servicios ecosistémicos, así también que se debe generar conocimiento científico para estos fines.

 • A la vez, luego de puntualizar que “la Ley de Recursos Hídricos en su artículo 75º, reconoce las cabeceras de cuenca como zonas ambientalmente vulnerables, pudiendo inclusive declararse su intangibilidad”, y dado que “el Proyecto se desarrollará sobre una cabecera de cuenca que abastece a 5 microcuencas, se recomienda una mayor evaluación a través de un experto reconocido en la materia”.

 Desde el CFC creemos que tanto el Gobierno Central, Regional y Locales deben garantizar el diálogo entre las partes en conflicto, priorizando las necesidades e intereses de las poblaciones potencialmente afectadas a lo largo de todas las microcuencas nacientes de la cabecera en cuestión. También consideramos fundamental fortalecer los mecanismos de consulta a todas las poblaciones potencialmente afectadas.

 Más allá de un problema técnico de gestión ambiental –que puede ser solucionado-, este es un problema que tiene un importante componente político y social, de anteriores malos manejos ambientales por una empresa que genera utilidades millonarias en una Región donde, por ejemplo, en el Área de Estudio Específico (AEE) del EIA presentado por Yanacocha, demuestra que solo el 10% de las viviendas están conectada a una red pública de agua potable. Estas contradicciones no se van a solucionar con nuevo EIA y requieren más bien de una discusión más densa sobre el modelo de desarrollo que estos pueblos desean para si mismos.

 Por lo tanto, llamamos a los Gobiernos Central, Regional y Locales a propiciar un trabajo de verdadera participación e inclusión social. Comenzando por impulsar y priorizar el tan necesario Ordenamiento Territorial que defina de una vez en que zonas del país es adecuado realizar actividades extractivas, en cuales actividades agropecuarias y en cuales estas puedan convivir. Consideramos que mientras no se realice este trabajo en consenso y conocimiento de los pueblos, estamos ante una país lleno de bombas de tiempo que tarde o temprano van a reventar. Ayer fue Tía María, hoy es Conga, el mañana depende de lo que hagamos como Estado en pos de un Plan de Nación y Ordenamiento Territorial construido y asimilado con los pueblos.

 Por último, instamos a los demás estudiantes y profesionales de las áreas de las ciencias naturales, ambientales y sociales a manifestarse públicamente sobre este conflicto socioambiental, para así enriquecer el debate sobre la viabilidad del Proyecto Conga.

-Centro Federado de Ciencias de la Universidad Nacional Agraria La Molina.