El objetivo estratégico de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia en 1879: Apoderarse de Tarapacá y Antofagasta para explotar el salitre y sus recursos mineros y desmembrar territorialmente a nuestro país y a Bolivia

Por Cesar Vasquez

Las lecciones de la historia que los peruanos debemos tener presente hoy más que nunca.

Párrafos de la Circular de José Manuel Balmaceda, ministro de Relaciones Exteriores y futuro presidente de Chile, dirigida a los agentes diplomáticos ese país en el extranjero (24 de diciembre de 1881). En el documento, el gobernante chileno reconoce que “el territorio salitrero de Antofagasta y el territorio salitrero de Tarapacá fueron la causa real y directa de la guerra… la causa misma de la contienda”.

“Ya hay gente que pregunta por aquí [por Antofagasta]:
¿se hace la guerra por la patri o por el salitri?
Carta del coronel chileno José Velásquez al abogado y político chileno Jovino Novoa Vidal, 12 de abril de 1879 (Revista Chilena de Historia y Geografía, volumen XXV, número 29, p. 367, citada en Ortega 1984, p. 54).

¿Cuáles fueron los objetivos estratégicos de Chile cuando declaró la guerra al Perú y Bolivia en 1879?

Los objetivos de la oligarquía gobernante chilena fueron dos:

1. Apoderarse en forma permanente del salitre, yodo, bórax y demás recursos naturales del departamento peruano de Tarapacá, para explotarlos en beneficio de Chile.

2. Apropiarse definitivamente del salitre, plata, cobre y demás recursos de la provincia boliviana de La Mar con el fin de explotarlos en favor de Chile. Las principales riquezas que este país arrebató a Bolivia incluyeron el salitre de Mejillones y los yacimientos de plata de Caracoles. Posteriormente, en el siglo XX, Chile explotó comercialmente el yacimiento cuprífero de Chuquicamata, la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo, ubicada en la provincia boliviana de La Mar.

Al alcanzar los anteriores objetivos de conquista territorial, Chile asumió el control total de los únicos yacimientos de salitre en el mundo. Como país, adquirió el monopolio de la producción y exportación de esta inmensa riqueza.

¿Cómo puede probarse la existencia de los anteriores objetivos chilenos de conquista territorial?

Existen múltiples pruebas. Entre ellas pueden citarse los actos y declaraciones de las autoridades políticas y empresarios chilenos de la época y ciertas medidas de política exterior propuestas por Chile a sus países limítrofes, y también a Ecuador y Brasil.

En la presente nota sólo se utilizarán documentos oficiales de los gobernantes de Chile en los que éstos se pronuncian por la captura permanente del salitre peruano y boliviano. Asegurar para Chile la apropiación de dichos recursos implicaba el desmembramiento territorial de nuestro país y de Bolivia.

Los testimonios que se incluyen a continuación son cuatro:

1. La intervención del senador Aníbal Zañartu en el Senado de Chile el 2 de abril de 1879.

2. Las conclusiones de la Sesión de Gabinete del presidente chileno Aníbal Pinto con sus ministros el 19 de abril de 1879.

3. La intervención del diputado Isidoro Errázuriz en la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados de Chile el 9 de agosto 1881.

4. La Circular de José Manuel Balmaceda, ministro de Relaciones Exteriores y futuro presidente de Chile, dirigida el 24 de diciembre de 1881 a los agentes diplomáticos de ese país en el extranjero.

¿Qué dijo el 2 de abril de 1879 en la sesión extraordinaria (secreta) del Senado de Chile el representante Aníbal Zañartu?

El 2 de abril de 1879 el Senado chileno aprobó unánimemente la declaratoria de guerra al Perú y Bolivia. En esa sesión, refiriéndose a las riquezas que Chile debería arrebatar a ambos países, el senador Aníbal Zañartu expresó con claridad: “La guerra, aunque llena de peligros, está llamada a consolidar la grandeza y prosperidad [de Chile], pudiendo el gobierno contar con el apoyo más decidido del país” (citado en Ortega 2006, p. 50).

La grandeza y prosperidad de un país no provienen de sus bajas ni de los costos financieros y materiales que debe aceptar como consecuencia de una guerra. Zañartu proyectaba que la victoria de Chile en el conflicto bélico permitiría obtener una indemnización que consolidase “la grandeza y prosperidad” de su país. ¿En qué consistiría dicha expiación? No se falta a la verdad si se afirma que, ya desde 1879, los gobernantes chilenos trabajaban para que el botín estuviera constituido por los ricos territorios peruanos y bolivianos de Tarapacá y Antofagasta.

¿Qué se concluyó en la Sesión del Gabinete de la presidencia chilena el 19 de abril de 1879?

Dos semanas después de haber declarado la guerra al Perú y Bolivia, el presidente chileno Aníbal Pinto Garmendia se reunió con su primer gabinete ministerial de tiempos de guerra.

Participaron en la sesión el presidente Pinto y los ministros Antonio Varas de la Barra (Interior), Domingo Santa María González (Relaciones Exteriores y Colonización), Jorge Huneeus Zegers (Justicia, Culto e Instrucción Pública), Augusto Matte Pérez (Hacienda) y el general Basilio Urrutia (Guerra y Marina).

En dicha reunión, el más alto nivel de decisión política constituido por el presidente Pinto y su Gabinete llegó a la conclusión que asegurar la obtención de los objetivos de Chile implicaría desmembrar el territorio peruano, efectuando alteraciones en los límites del Perú. El acta de la Sesión de Gabinete así lo registra:

“Aunque no ha entrado en las miras de éste [el Gobierno de Chile] ensanchar el territorio de la República [de Chile] con adquisición del ajeno, ni ha sido ni es su propósito asumir el carácter de conquistador, el señor Presidente y sus Ministros fueron de opinión que ese objeto puede modificarse sensiblemente, según el rumbo que tomen los sucesos. Así, un serio golpe a la marina peruana, la separación de Bolivia de su alianza con el Perú a fin de colocarla a nuestro lado… pueden ser algunas de las razones para modificar los objetivos actuales del Gobierno [de Chile], colocándolo quizá en la situación de buscar, como resultado de la guerra, alteraciones en los límites del Perú que, asegurando por completo la tranquilidad de la República [de Chile] imposibilitaren a aquella nación [el Perú] constituirse en una amenaza contra el equilibrio sudamericano” (Revista Chilena de Historia y Geografía, volumen XVIII, número 22, pp. 7-8, citada en Ortega 1984, p. 45. El ministro chileno del Interior Antonio Varas también registró la conclusión sobre el desmembramiento territorial del Perú en Varas 1918, pp. 251-252, citado por Burr 1965, pp. 140-141).

El amable lector debe tomar nota de la fecha de la declaración de intención del gobierno de Chile respecto al desmembramiento territorial del Perú: 19 de abril de 1879. Habían transcurrido sólo dos semanas desde el inicio de la guerra por Chile. No se había librado aún ningún combate significativo entre Perú y Chile.

¿Qué afirmó el diputado Isidoro Errázuriz en la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados de Chile el 9 de agosto 1881?

En esa fecha, el representante por Valparaíso Isidoro Errázuriz proporcionó un testimonio de los positivos resultados económicos, financieros y sociales que venía obteniendo Chile en su guerra de conquista contra el Perú y Bolivia. Dijo Errázuriz:

“Por una coincidencia feliz, sin ejemplo en la historia de las naciones, esta guerra −en apariencia tan llena de peligros− ha sido para Chile una salvación, ha sido un negocio. Esta guerra vino a golpear nuestras puertas cuando la crisis más desconsoladora −por su interminable duración− tenía aletargadas nuestra industria y nuestro comercio; cuando la falta de trabajo llevaba el hambre y la desesperación a muchos hogares; cuando por la misma razón se multiplicaron los crímenes, en fin, hasta el tranquilo horizonte de nuestra imperturbable paz interna comenzaba a cubrirse de nubes.

La guerra lo ha cambiado todo: ha venido a ofrecer un inmenso campo al espíritu emprendedor de nuestros conciudadanos y a poner en movimiento la fuerza de nuestra vitalidad. Pasa lo mismo con la ocupación [del Perú]; aún ahora costea sus gastos por sí misma y deja un excedente de riqueza que permitirá a Chile recuperar su antigua situación financiera.” (citado en Ortega 2006, p. 52-53).

¿Qué planteó la Circular de José Manuel Balmaceda Fernández, ministro de Relaciones Exteriores de Chile, dirigida el 24 de diciembre de 1881 a los agentes diplomáticos de ese país en el extranjero?

A fines de diciembre de 1881 el ministro Balmaceda dirigió una extensa circular a los agentes diplomáticos de Chile en el exterior. En ese documento oficial y con explícita claridad, el futuro presidente chileno reconoció que la guerra se originó en la intención de Chile por controlar los yacimientos salitreros de Perú y Bolivia.

Escribió Balmaceda en la Circular la célebre oración que es la expresión oficial más diáfana de las intenciones chilenas: “El territorio salitrero de Antofagasta y el territorio salitrero de Tarapacá fueron la causa real y directa de la guerra.”

Extraemos del documento de la cancillería chilena la explicación del origen de la guerra de agresión de ese país contra el Perú y Bolivia. Asimismo, recogemos de él las razones que adujo Chile –dos años y medio antes de la finalización del conflicto− para apoderarse permanentemente de Tarapacá y Antofagasta, ensanchando su superficie territorial en, aproximadamente, un tercio de su extensión anterior a la guerra.

El texto de José Manuel Balmaceda, ministro de Relaciones Exteriores y futuro presidente de Chile, es el siguiente:

“La indemnización de guerra pagada en territorio estaba impuesta por la ley fatal e indeclinable de la necesidad.

El ensanche territorial consultaba también la seguridad de Chile, por razones tan evidentes como legítimas.

El territorio salitrero de Antofagasta y el territorio salitrero de Tarapacá fueron la causa real y directa de la guerra. Devolver al enemigo el dominio de la causa misma de la contienda, después de nuestros triunfos y de la posesión de aquellos territorios, habría sido una imprevisión injustificable y una falta absoluta del conocimiento que suponen las cuestiones de estado…

La mayor parte de los territorios situados al sur de la quebrada de Camarones, límite norte propuesto para nuestras fronteras en Arica, eran bienes fiscales de Bolivia y el Perú, y constituyen por su naturaleza una riqueza sui generis, susceptible de progreso o de nuevos o valiosos descubrimientos, que podrían suministrar de improviso a nuestros enemigos los recursos suficientes para emprender y consumar, en una segunda guerra, la tentativa frustrada en la primera.

Estas consideraciones son obvias y de una importancia incontestable para nuestra futura seguridad [de Chile].” (Circular que el ministro de Relaciones Exteriores de Chile dirige a los agentes diplomáticos de la república en el extranjero, Santiago, 24 de diciembre de 1881, publicada en Ahumada 1982, p. 349).

¿Qué conclusión puede obtenerse después de revisar los documentos oficiales de las autoridades políticas de Chile entre 1879 y 1881?

La principal conclusión es que las propias fuentes oficiales chilenas confirman que el objetivo estratégico de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia fue apoderarse de Tarapacá y Antofagasta para explotar el salitre y demás recursos mineros localizados en esas áreas.

Como reconoció el ministro y futuro presidente chileno Balmaceda, “el territorio salitrero de Antofagasta y el territorio salitrero de Tarapacá fueron la causa real y directa de la guerra… la causa misma de la contienda”.

Con la usurpación de Tarapacá y Arica, Chile desmembró territorialmente al Perú, arrebatándole 59 mil kilómetros cuadrados de territorio (superficie levemente inferior a la del departamento de Arequipa). Más aún, la conquista chilena afectó las condiciones de vida de aproximadamente 50 mil peruanos que residían en la zona usurpada, según las cifras aportadas por el censo de 1876.
Bibliografía

Ahumada Moreno, Pascual. 1982. Guerra del Pacífico, Tomo V. Santiago: Editorial Andrés Bello.

Burr, Robert N. 1965. By Reason or Force: Chile and the Balancing of Power in South America, 1830-1905. Berkeley: University of California Press.

Ortega Martínez, Luis. 1984. Los empresarios, la política y los orígenes de la Guerra del Pacífico. Santiago de Chile: Contribuciones, Programa FLACSO, Número 24 (abril).
––––––. 2006. En torno a los orígenes de la Guerra del Pacífico: Una visión desde la historia económica y social. Seúl, Corea del Sur: Kyung Hee University, Graduate School of Pan-Pacific International Studies (GSP).

República de Chile. Cámara de Diputados. Sesión Ordinaria. Santiago de Chile: 9 de agosto 1881.

República de Chile. Cámara de Senadores. Sesión Extraordinaria (Secreta). Santiago de Chile: 2 de abril 1879.

República de Chile. Ministerio de Relaciones Exteriores. Circular que el ministro de Relaciones Exteriores de Chile dirige a los agentes diplomáticos de la república en el extranjero. Santiago de Chile: 24 de diciembre de 1881.

República de Chile. Sesión de Gabinete (Secreta). Santiago de Chile: 19 de abril 1879.

Revista Chilena de Historia y Geografía. Volumen XVIII, número 22. Santiago de Chile.
––––––. Volumen XXV, número 29. Santiago de Chile.

Varas, Antonio. 1918. Correspondencia de don Antonio Varas sobre la Guerra del Pacífico. Santiago de Chile: Imprenta Universitaria.