Textos escolares: Megafaenón con engaño y daño
Estamos en temporada de compra de libros y útiles escolares, lo que siempre es un fuerte desembolso para la economía de la mayoría de peruanos, que sufren los efectos de vivir en un país saqueado y entregado a la voracidad de extranjeros y sus agentes locales.
Si todo marchara con cierta coherencia, la gente tendría el consuelo de saber que el esfuerzo por la educación de sus hijos dará frutos, pero todos sabemos que el sistema educativo del Perú está a la zaga de toda América Latina, tanto en Matemática como en comprensión de lectura. Se hace, entonces, un sacrificio a sabiendas de que todo continuará igual.
Las noticias recientes sobre libros nos hacen saber que muchos colegios y escuelas recibían un porcentaje de la venta de libros si recomendaban los textos de determinadas editoriales, que han estado compitiendo en estos incentivos, que finalmente salen de los bolsillos de los padres de familia. Se inició una campaña en los medios de comunicación contra estas prácticas corruptas, e intervino el Congreso. Ante esto, los representantes de las principales editoriales dijeron que el precio de los libros bajaría entre 15% y 20%, promesa que muy pocas de las editoriales cumplieron.
Estamos tan mal en este aspecto de la educación, que si los editores hubiesen cumplido su ofrecimiento, la gente hubiera creído que todo estaba bien.
Origen del mal
Es necesario comprender que el libro por sí solo no explica todo el problema; el libro es parte del problema. Desde hace muchos años, los gobernantes, incluyendo el actual, se han esmerado en que la educación peruana cumpla los siguientes objetivos:
1) Excluir a la mayoría de la población de los beneficios de una educación de calidad. Consecuentemente, de manera intencional los centros educativos estatales brindan una pésima educación (en todo sentido: en transmisión de conocimientos y en formación de valores1). El resultado inmediatamente visible de esta exclusión planificada es que todos quienes pueden hacerlo evitan que sus hijos estudien en escuelas o colegios estatales, donde no hay disciplina, venden drogas, se fomenta el pandillaje y violan a los alumnos. ¡Por supuesto que los empresarios y políticos JAMÁS pondrían a sus hijos e hijas a estudiar en centros educativos estatales!
2) Servir al propósito de afianzar la condición de país exportador primario que tiene el Perú. Así, la educación busca formar choferes, cocineros, putas, peones, obreros de baja calificación, etc., para que el Perú mantenga una ventaja competitiva con vistas a la exportación. Para mantenimiento del sistema, se forman también profesionales con una calidad de educación menos degradada, pero de todas maneras deficitaria.
3) Borrar la memoria histórica y cualquier seña de identidad nacional. Por órdenes de Chile (ver en Nota 1 Acta de Lima), ni entre escolares ni entre la población se conmemoran fechas patrióticas como las batallas de Tarapacá y Arica, el combate de Angamos, las batallas de San Juan y Miraflores, etc., para evitar que ni por asomo la juventud y el pueblo se enteren de los asesinatos y robos que cometieron los chilenos contra el Perú y los peruanos. Más bien se busca formar personas de limitadas capacidades, escépticas, inseguras, de baja autoestima y convencidas de que el Perú nunca ha tenido héroes ni personajes paradigmáticos. De esa manera llegan a la edad de trabajar como personas de escasos alcances y con valores familiares, religiosos2, sociales, patrióticos y cívicos inexistentes o alterados, que los llevan con facilidad a casos extremos como el de militares peruanos que ponen un monumento al ratero chileno Arturo Prat Chacón.
Significado y valor de los libros
Debemos señalar sin la menor duda que incluso si los libros son buenos —que no siempre es el caso de los que se venden en el Perú—, los resultados que con ellos se obtengan serán, en las actuales circunstancias del Perú, siempre muy malos. ¿Por qué? Porque los profesores, por decisión del estado peruano, reciben una pésima formación profesional, de manera que pese a que un libro sea bueno, el resultado será malo. Se ha llegado a esto porque los incapaces, ladrones y corruptos que dirigen la educación en el Perú han puesto —cegados por los beneficios que obtienen al fomentar este caos— todo el énfasis en los libros, descuidando completamente la calidad de los profesores.
Décadas atrás, por lo menos en Educación Secundaria, la mayoría de profesores tenía un nivel de conocimientos aceptable, y no dependía de un libro para asegurar buenos resultados; lo que sabían, lo que habían aprendido en su formación profesional, les permitía enseñar sin pedir a los alumnos libro, que solo era un complemento secundario. Por otro lado no dejaban tantas tareas como ahora.
Hoy la baja calidad profesional de los profesores queda al descubierto cuando los vemos totalmente dependientes de libros para poder enseñar. Justamente en los dos cursos principales, Matemática y Lengua3, el profesor debe estar en condiciones de enseñar bien sin utilizar libro, exponiendo temas, desarrollando ejercicios y haciendo práctica en clases. Pero, lamentablemente, el nivel profesional de los docentes es bajísimo. Recordemos, si no, que años atrás una prueba de conocimientos puso al descubierto que la mayoría no conocían los contenidos de la materia que enseñaban. Ah, precisemos que las pruebas fueron preparadas por otros ignorantes que buscó el ministerio de Educación. Han pasado los años, ha habido muchas “capacitaciones”, y no tenemos la menor duda de que si profesores y especialistas que conocen la materia4 someten a los maestros a examen de conocimientos del curso que enseñan —por ejemplo, Matemática y Lengua—, la mayoría de docentes tendría como máximo una nota de 5, de un total de 20 puntos posibles.
Tiempo antes de la corrupción de los textos escolares
Años atrás, los libros escolares eran obra de autores individuales, no como ahora de equipos que trabajan para editoriales. Curiosamente, los libros actuales, hechos por equipos, son elemento indesligable del fracaso de la educación peruana. ¡Qué coincidencia...!, ¿no?
¿Cuál era el procedimiento para publicar un libro? El autor redactaba el texto escolar y lo sometía a evaluación de un equipo de especialistas del ministerio de Educación. Una vez que este equipo o comisión, tras minucioso examen, aprobaba el libro, el autor iba a una imprenta y así se procedía a la publicación.
Esta situación cambió porque los ladrones y corruptos infiltrados en el ministerio de Educación vieron que, dada la buena calidad de maestros, los libros no eran muy necesarios. Entonces idearon la forma de generalizar el uso de libros, para que todos los escolares tuviesen libros.
Este objetivo se tenía que lograr —y así fue— bajando la calidad de la formación de los profesores, que ante su orfandad de conocimientos se vieran obligados a pedir libros a los alumnos. ¿Cómo lograr que todos los escolares utilicen libros, en un país con el 60% de pobreza, con alto nivel de desempleo y con presencia de tuberculosis multidrogorresistente? Pues fue algo muy simple: a) los padres de familia, especialmente de colegios particulares, que pudieran comprar comprarían; b) los millones de niños pobres a quienes sus padres no pueden ni siquiera alimentar bien y menos comprar útiles escolares recibirían en préstamo los libros.
Allí estaba el secreto de la maniobra corrupta, que a la fecha alcanza un volumen de cientos de millones de soles: con el dinero de todos los peruanos, hasta los niños tuberculosos y muertos de hambre tendrían libros. Así se cumplía el objetivo de acentuar la catástrofe educativa que vive el Perú, evidenciada en los vergonzosos resultados que obtienen nuestros alumnos en las pruebas PISA, al mismo tiempo que se implantaba un faenón editorial, a resultas del cual una parte los padres de familia paga —vía impuestos— los libros con que estudian los hijos de quienes no pueden comprar libros.
Soluciones
Aunque las soluciones son imposibles dentro de la actual planificación del corrupto estado peruano, interesado en sepultar al Perú en el nicho de país exportador primario, se puede señalar algunos puntos esenciales, que serán de utilidad cuando el país sea dirigido de otra manera y no por los delincuentes y traidores a la patria que se las arreglan para estar con todos los gobiernos, con el propósito de mantener la vigencia del atraso y la corrupción.
1) Mejorar formación de docentes. Solamente si se corrige de manera radical la formación de profesores, de modo que estos egresen de las universidades debidamente capacitados, se podrá empezar a resolver el problema. Solamente así tendremos profesores que conocen bien la materia que enseñan y que pueden impartir conocimientos sin depender mucho de libros. Lo esencial en la formación de profesores es que conozcan muy bien su especialidad, y en segundo lugar que tengan conocimientos adecuados de didáctica. Actualmente es al revés: el futuro docente sabe poquísimo de lo que va a enseñar, pero es atosigado con cursos de didáctica y de metodología.
2) Comprometer al estado. Actualmente el estado, a través del ministerio de Educación, es cómplice y padrino del corrupto negocio de los libros. En vez de eso, como empleador principal de los profesores que egresan de las universidades, debe coordinar la formulación de planes de estudio para que así las universidades enseñen y formen profesores de acuerdo a los requerimientos del empleador (el estado) y y no de acuerdo a caprichos institucionales. De esa manera se evitaría los humillantes exámenes de conocimientos que se impone a los profesores, dando por sentado que son unos ignorantes absolutos a quienes se debe someter a prueba. ¿Se hace eso con médicos, ingenieros o abogados?
3) Establecer política editorial. Dejar que autores peruanos sometan su trabajo a una comisión o grupo especializado del ministerio de educación, cuyo refrendo garantizará la calidad de los libros, El estado no puede abandonar sus funciones en este aspecto y dejar, como ahora, que campeen la ignorancia y la corrupción. Hay que poner fin a la corrupta política editorial que, para vergüenza de todos nosotros, tiene al Perú como uno de los países con sistema educativo más deficitario de América Latina.
Ya sabe, estimado lector: cada vez que Ud. mete la mano al bolsillo para gastos en educación, sepa que está perdiendo dinero, le están robando, ¿y todo para qué? Para que su hijo tenga un nivel de educación cercano al de los países africanos.
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1 Por injerencia chilena, desde el primer gobierno de Alan García se ha cambiado el contenido de los libros de Historia (que ya no tienen ese nombre), para que los asesinos, rateros y terroristas chilenos de 1879-1883 sean vistos como protagonistas de una guerra cualquiera (ver Acta de Lima), y para que se deje de llamar héroes a Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres. Leer ¡Infamia contra escolares al descubierto! y ¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!.
2 Por la proliferación y banalización de los días feriados (“feriados largos”), la Semana Santa se ha convertido en un pretexto para el turismo, y no han faltado ocasiones en que muchos jóvenes fueron sorprendidos en bacanales y borracheras en esta fecha conmemorativa religiosa.
3 Cursos a los que los ladrones y corruptos han cambiado de nombre para “justificar” el negocio corrupto de los libros: Matemática es “Razonamiento Matemático” y Lenguaje es “Comunicación” o “Razonamiento Verbal”.
4 No los ignorantes que tomaron años atrás el mencionado examen de conocimientos.
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