Científicos de la Universidad State Oregon  aseguran que comer espinacas  protege contra el cáncer de colon, según su artículo publicado en la revista Molecular Nutrition and Food Research.

Estas hojas, además de proporcionar hierro al organismo, reducen los efectos dañinos de un cancerígeno que se encuentra en los alimentos cocinados.

Al estudiar los efectos biológicos de la sustancia cancerígena en microRNA y las células madre, hallaron que el consumo de espinacas elimina parcialmente los efectos nocivos del carcinógeno.

Pruebas en animales de laboratorio mostraron que este vegetal corta la incidencia de tumores en el colon casi en un 50%, en un rango de 58% a 32%.

Cuando se desarrolla el cáncer, hay procesos múltiples, donde las células afectadas afloran por varios medios. Los investigadores explican que el estudio demuestra que las alteraciones de los microRNA afectan a los marcadores de las células madre en la formación del cáncer de colon.

Los microRNA son pequeños factores que hacen grandes cosas en las células, indican.

Por lo general, se creía que el cáncer es causado por cambios en la secuencia de ADN o mutaciones que permiten el crecimiento descontrolado de células, lo cual hasta ahora es válido.

No obstante, se estudia el rol de la epigenética, donde factores como la dieta, las toxinas ambientales y el estilo de vida afectan la expresión de los genes, no sólo en el cáncer, sino en males cardiovasculares, diabetes y desórdenes neurológicos.

En la epigenética se considera la formación de los microRNA (de los cuales se pensó antes que eran ADN basura), que los investigadores no entendían bien. Ahora se sabe que influencian los microRNA e influyen en áreas del ADN para que se expresen o se silencien.

Hay cientos de microRNA, y los citados investigadores analizaron 679 de ellos en sus experimentos. Cuando estas cadenas moleculares no funcionan bien ocurren problemas, como la expresión anormal de los genes, que pueden causar cáncer.

A diferencia de las mutaciones, que son cambios genéticos permanentes en el ADN, las buenas noticias sobre las alteraciones en  la epipgenética y los microRNA es que podemos restaurar su funcionamiento normal con las dietas y un estilo de vida sano, o incluso fármacos, explicó el profesor Rod Dashwood, quien condujo el estudio.

La epigenética hace esencialmente única a cada persona en razón de su carga genética y su ambiente, en lo cual se incluye a los gemelos, indica Dashwood.

Los hallazgos del nuevo estudio deberían conducir a avances en el entendimiento de los microRNA, sus efectos en las células madre del cáncer y los procesos regulatorios alterados en el desarrollo de la enfermedad, señala el equipo de investigación.

Dashwood apunta a que en el futuro se pueda preparar terapias específicas por cada paciente en el cáncer.