Productos procesados tienen alto contenido de sodio, grasas y colorantes. Cuidado con lo que comes. La ansiedad por comer aumenta en invierno, y es común que a uno se le antoje un chocolate o alguno de esos productos procesados que se encuentran en cualquier tienda de la esquina.
Pero el riesgo con estos alimentos es que puede agravar enfermedades como el asma bronquial, la rinitis y el eczema (afecciones a la piel), advirtió Ricardo Lucen, nutricionista del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL).
La mayoría de pacientes asmáticos son sensibles a los sulfitos (derivados del azufre que se utilizan como aditivos conservantes de los alimentos), que lo encontramos en los embutidos, gaseosas refrescos embotellados, dulces, y aquellos que contienen colorantes.
“Muchos restaurantes usan compuestos a base de sulfitos para evitar la pérdida de color y el crecimiento de bacterias en las ensaladas verdes, las frutas cortadas o rebanadas y mariscos congelados. También se pueden encontrar en otros alimentos como las frutas deshidratadas”, manifestó el especialista.
El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas, que se caracteriza por una obstrucción bronquial y que reacciona frente a una gran variedad de estímulos como los alérgenos, algunos fármacos, el aire frío, el ejercicio, entre otros. Según la Organización Mundial de la Salud, tiene una prevalencia entre el 3 y el 7% de la población mundial, siendo en la edad infantil donde la prevalencia es más alta.
Según el especialista, el aumento de la incidencia del asma se asocia al tipo de dieta, y evitar el consumo excesivo de alimentos procesados (comida chatarra) permitiría reducir el riesgo de asma.
La “comida chatarra” es perjudicial para la salud debido a su alto contenido en sodio, grasas y bajo contenido en nutrientes esenciales como las vitaminas, minerales, grasas insaturadas y la fibra.
Por el contrario, se recomienda consumir alimentos que contengan vitamina A (caroteno), C, y E, que están en alimentos como el ajo, cebolla, zanahorias, espinaca, frutas cítricas, frutos rojos, aceite de oliva, entre otros. Las tres vitaminas mencionadas son potentes antioxidantes que fortalecen el sistema inmune frente a cualquier infección o cambio brusco de temperatura, evitando una inflamación de los bronquios.
La alimentación es un componente importante en la dieta de un paciente asmático, y puede ser determinante en la frecuencia con que aparecen los ataques de asma.