Perú LNG y Consorcio Camisea: conflicto de intereses

Por Humberto Campodónico

Un hecho poco conocido es que los socios mayoritarios del Lote 88 y del Lote 56 ―que producen y venden el gas de Camisea, así como los líquidos de gas natural― son, a la vez, los socios mayoritarios del consorcio Perú LNG, que es el consorcio que compra el gas de Camisea para destinarlo a la exportación.

Lotes 88 y 56: Producción de Líquidos de Gas Natural (en millones de barriles y US$ millones)

En efecto, los socios del consorcio exportador Perú LNG son Hunt Oil (50%), Repsol (20%), la coreana SK (20%) y Marubeni (10%). Los tres primeros son también socios del consorcio que explota el Lote 88 y el Lote 56: Hunt Oil tiene el 25.2%, SK tiene el 17.6% y Repsol tiene el 10%. En total, estas tres empresas tienen el 52.8% de las acciones del consorcio Camisea.

El 47.2% restante de las acciones es de propiedad de tres empresas: Pluspetrol tiene el 27.2% (es la empresa que se encarga de la operación), mientras que Tecpetrol de Argentina y Sonatrach (empresa estatal de Argelia) tienen el 10% cada una.

Es harto conocido que dentro del consorcio Camisea han existido discrepancias y que algunos socios no estén de acuerdo con la exportación  por varias razones. Una de ellas es la que ya todos los peruanos conocemos: que llevarse las reservas del Lote 88 a México puede causar un fuerte conflicto social, lo que desean evitar.

La otra es que como el precio del gas para la exportación es más bajo que el que se paga en el mercado interno, el consorcio Camisea tendrá menores ingresos. Pero para Perú LNG la exportación a México de 4.2 TCF compensa ese factor, motivo por el cual desean seguir adelante (ya han invertido más de US$ 1,000 millones).

Es evidente que aquí existe un conflicto de intereses, ya que los socios de Perú LNG quieren la exportación sí o sí. De su lado, los socios minoritarios en el consorcio Camisea (Pluspetrol, Tecpetrol y Sonatrach) pueden no estar de acuerdo con la exportación, pero están en minoría.

Pero hay otro factor que también pasa desapercibido: la rentabilidad del proyecto de exportación de gas está diseñada como si fuera un negocio absolutamente independiente de la explotación del gas y los líquidos del Lote 88 y 56. Esto sería correcto si los accionistas de Perú LNG fueran, por ejemplo, Exxon Mobil, Texaco, ECOPETROL de Colombia o Petroperú, que tendrían que enfrentar la inversión con capital propio comenzando desde cero.

Pero este no es el caso. Los accionistas mayoritarios de Perú LNG se benefician de las utilidades del Lote 88, que en el 2008 fueron US$ 360 millones. También se benefician de las ventas de los líquidos del Gas Natural del Lote 56, que en el 2008 comenzó su producción, la que llegó a 3.7 millones de barriles (MMB), por un valor de US$ 146 millones. En el I Semestre del 2009, el Lote 56 ha producido 6.3 MMB (más que el Lote 88, que produjo 5.8 MMB) por un valor de US$ 207 millones.

Así las cosas, Perú LNG tiene un flujo de caja proveniente del Lote 56 con el cual financia parte de las inversiones del proyecto de exportación. Lo que esto quiere decir es que sus inversiones están vinculadas, por lo que no se puede considerar la rentabilidad del proyecto de exportación como un negocio independiente, como lo sería si los socios de Perú LNG fueran ajenos al consorcio que explota los Lotes 88 y 56.

Si se considera que los dos negocios están vinculados, entonces los precios y las regalías que debiera pagar Perú LNG debieran ser superiores a los establecidos actualmente en una “negociación” que ha sido cuestionada por la Contraloría.

Esto no quita que sigamos planteando con toda fuerza que el 100% del gas del Lote 88 debe ser para el mercado interno, tema sobre el cual volveremos en un próximo artículo.

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