Chile: El aliado secreto de Inglaterra en contra de Argentina en la Guerra de las Malvinas
Escribe: César Vásquez Bazán
Conozcamos la clase de gobernante que es la oligarquía chilena y estemos preparados para enfrentarla.
I
Para argentinos, peruanos y bolivianos es muy importante tener conocimiento de las declaraciones de los miembros de las clases gobernantes chilenas durante el conflicto de las Malvinas. Ellas confirman que la oligarquía dirigente de Chile siempre ha tenido un comportamiento antilatinoamericano y rastrero con respecto a las grandes potencias imperiales.
Durante el conflicto de las Malvinas, mientras el embajador chileno en Argentina Sergio Onofre Jarpa declaraba que, gracias a Chile, Argentina tenía “bien cuidadas sus espaldas”, el comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei reconocía que no existía ninguna lealtad con Argentina. Años después del conflicto, el mismo chileno Matthei declararía: “Yo hice todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra. Tan sencillo como eso”. Por su lado, Miguel Alex Schweitzer, el embajador chileno en Londres, coordinaba las acciones del gobierno de su país con el gobierno británico. Según el diplomático, cada uno [Chile e Inglaterra] hacía su labor entendiendo que “todos –chilenos e ingleses– estábamos trabajando por el bien del país”. Por supuesto, el país era Chile (e Inglaterra).
Chile se abstuvo de apoyar la causa argentina en la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA). En dicha posición de “neutralidad” Chile, voto igual que Estados Unidos y Colombia.
Por eso, cuando conozcamos las declaraciones de gobernantes, diplomáticos, políticos o militares chilenos tomémoslas con pinzas, pues provienen de representantes de una clase gobernante acostumbrado a la felonía y la traición y a alinearse con los intereses de las potencias imperiales. Tanto hoy como en 1879.
II
Chile entregó a los ingleses información sobre las actividades militares argentinas y permitió que su territorio fuera usado para instalar bases militares de Inglaterra con aviones, radares, sensores y equipos electrónicos de alta tecnología. Así lo explica y reconoce el comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei, y el capitán de la FACh Patricio Pérez, encargado de la colaboración dentro de Chile con los militares británicos, coordinados por el comandante de escuadrilla de la RAF Sidney Edwards.
Los rastreros chilenos explican cómo Inglaterra transportó radares y otros equipos en aviones Hércules que llegaban a territorio chileno y volaban internamente con las insignias de la Fuerza Aérea de Chile.
III
El comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei, explica la entrega a los ingleses de información sobre las actividades militares argentinas.
Además, ayudando a los ingleses, Chile movilizó sus fuerzas armadas a la frontera sur con Argentina. Esta acción obligó a Argentina a mantener sus mejores tropas en la cercanía de la Patagonia.
Nótese como el comentarista chileno considera como adversarios de largo plazo y problemas permanentes a sus vecinos "permanentes" (Argentina, Perú y Bolivia).
IV
El comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei, explica la entrega a los ingleses de información sobre las actividades militares argentinas.
En el vídeo también puede apreciarse cómo comandos ingleses, en misión contra Argentina, buscaron refugio en territorio chileno cuando fueron descubiertos por los argentinos. Los chilenos, por supuesto, encubrieron a los ingleses y sólo emitieron una "protesta diplomática" ante Gran Bretaña.
Súper comandos ingleses en Punta Arenas, Chile
(De la entrevista en el diario “La Tercera” de Santiago al comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei)
La única prueba tangible que Chile algo tuvo que ver con Inglaterra durante el conflicto fue el episodio de un helicóptero británico que cayó a tierra cerca de Punta Arenas, y cuyos tripulantes fueron rescatados por uniformados chilenos.
Un día llegó Sidney Edwards a confesarme [a Matthei] que un helicóptero inglés había caído en territorio chileno. Le pregunté qué había pasado, en vista de que habíamos acordado que ellos no efectuarían operaciones militares hacia Argentina desde territorio chileno, y que ningún avión inglés que hubiera operado contra Argentina aterrizaría en Chile. Ese era el acuerdo fundamental al que habíamos llegado.
¿Qué había sucedido?
Ellos organizaron una operación --no de comandos, sino de “súper”comandos-– para destruir los aviones Super Étendard franceses de la Marina argentina, que eran los que portaban los misiles Exocet. Los ingleses sabían que los argentinos tenían seis Exocet y ya habían comprobado su efectividad: con uno solo liquidaron al destructor Sheffield, un día después de que ellos hundieron al Belgrano. Pero los comandos que habían mandado para allá se perdieron, sin encontrar nada mejor que aterrizar en Chile. Lo hicieron al oeste de Punta Arenas, cerca de un camino, en el claro de un bosque. En seguida, decidieron incendiar la nave y aunque nadie los había visto descender, el humo se propagó en dos minutos, llegaron los carabineros, en fin.
¿Qué ocurrió con los comandos?
Tras quemar el helicóptero desaparecieron, comunicándose con Sidney Edwards por radio para saber qué hacían. Le contesté que llegaran hasta un determinado punto de nuestra base aérea, donde los esperaba un oficial de inteligencia nuestro. Allí les darían una tenida de civil y los pondrían a bordo de un avión Lan Chile o Ladeco hacia Santiago, para que desde aquí tomaran otro hacia Inglaterra. Eso fue exactamente lo que se hizo. Deberían haber quedado internados acá, porque esa es la ley, pero les propuse otra salida. Por eso, la señora Thatcher también mencionó la salvación de vidas humanas.
¿Los argentinos no se enteraron del incidente?
Sí y nosotros tuvimos que darles largas explicaciones, jurando “de guata” que nada sabíamos. No sé si nos creyeron o no, pero la verdad es me enojé muchísimo con los ingleses y tuve que poner la cara con Pinochet, diciéndole: “Mire lo que hicieron estos imbéciles”. El general tuvo que llamar al Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministro tuvo que dar explicaciones.
V
Chilenos como el comentarista Eduardo Santos y los presentadores de la televisión de ese país intentan restar importancia significativa a la colaboración chilena con Inglaterra, en contra de Argentina, durante la Guerra de las Islas Malvinas. Tratan de minimizar la trascendencia de la alianza chilena con el Reino Unido, soplándole la pluma a Estados Unidos y al apoyo prestado por USA en armas e información electrónica.
No deja de ser cierta la participación estadounidense en la guerra, en favor de Inglaterra, la cual es confirmada por británicos como el historiador Lawrence Freedman, autor de la Historia oficial de la campaña de las Falklands. No obstante, los testimonios presentados demuestran que Chile constituyó un “aliado secreto” de Inglaterra en contra de Argentina en la Guerra de las Malvinas. Aprovechó la oportunidad para golpear a Argentina y demostró el carácter rastrero y cínico de Pinochet, Matthei y la oligarquía gobernante.
El autor británico Rupert Allason reconoce la importancia decisiva de la intervención chilena. Allason fue enfático cuando afirmó: “Creo que no habría sido posible el triunfo británico en la guerra sin el apoyo, la cobertura política, la asistencia militar y la inteligencia entregada por las autoridades chilenas a la Fuerza de Tarea del Reino Unido. Simplemente no habría sido posible recuperar las Islas y ciertamente no en 1982”.
El comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general Fernando Matthei, reconoce que a él no le importaba “la amistad con Argentina” y que a él sólo le interesaba servir a Chile. Se muestra de acuerdo con el apoyo de su gobierno a los ingleses, aunque trata de colocarlo en un terreno personal. Ladinamente, intenta presentar como decisión individual suya la ayuda a Inglaterra y la alianza de Chile con este país, como si éstas no hubieran sido resultado de una decisión de Estado, decisión promovida, conocida y aprobada por el dictador Pinochet.
Fue por ello que Margaret Thatcher, en nombre del Reino Unido, agradeció a Pinochet por la decisiva colaboración de Chile en la Guerra de las Malvinas. La dictadora británica le dijo al dictador Pinochet: “Sé cuánto le debemos a usted por su ayuda durante la Campaña de las Falklands, por la información que nos proporcionó, las comunicaciones, y también por el refugio que proporcionó a nuestras fuerzas armadas”.
Peruanos: ¡Conozcamos la manera de operar de la oligarquía chilena y estemos preparados para enfrentarla en cualquier momento!
Fuente de los vídeos: “Alianza Secreta”, programa de Informe Especial, con la conducción de Santiago Pavlovic, Televisión Nacional de Chile, Santiago de Chile.
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