La comedia García: El caso Crousillat


por Marco Antonio Flores Villanueva, desde Boston, USA


¿Es tan difícil entender que sucedió en el "affair García-Pastor-Crousillat"? ¿Es tan complejo interpretarlo? Para un país sumergido en la corrupción y con varios sujetos activos visibles (e invisibles), la tarea parece un desafío. Pero este particular caso no es tan difícil de interpretar, salvo que uno se llame Daniel Abugattás (recordemos, presidente de la comisión que "investigó" al señor del Castillo en el caso de los "petroaudios").


García siempre mostró, sin éxito, su deseo de indultar a Crousillat (y continúa mostrando esa disposición con el propio Fujimori). Lo hizo, por ejemplo, presionando a la titular de la cartera de Justicia que precedió a Pastor, quien no cedió a materializar tamaña barbaridad.

Hasta que García nombró a Pastor (¿alemán?) como su ministro. Este, hombre dócil a los dictados del compañero-presidente, accedió al pedido del mandatario y, grotescamente, "sustentó" documentalmente (y con la "inteligentísima" ayuda, por supuesto, de Miguel Facundo Chinguel, frustrado candidato del "pueblo" a la secretaria general del PAP) el nefasto indulto presidencial, el mismo que, raudo, puso sobre la mesa de un entusiasmado García.

Una vez que Crousillat empezó a mostrar signos de una espléndida salud, intentando recobrar el Canal 4 y denunciando a supuestos conspiradores que actuaron contra él para arrebatarle la administración del canal, que hoy permanece en manos de "El Comercio" y "La República", el "Escándalo García" por el indulto presidencial paso a denominarse, para los interesados medios del país, el "Escándalo Pastor", mientras García guardaba estratégico silencio y "El Comercio" y "La República" no atacaban al mandatario.

Acto seguido, emergió repentinamente ante los medios de expresión un "jacobino" y "antimperialista" Pastor —el mismo que durante la administración García defendió las 24 horas del día el modelo económico neoliberal de su presidente y de la derecha del país, con gran publicidad por los medos del país—, arguyendo en su defensa una supuesta conspiración contra él perpetrada, precisamente, por la ahora "oscura' oligarquía nacional (léase "El Comercio").

Publicación que, dicho sea de paso, en los últimos años se ha convertido, fraternalmente y disciplinadamente, en algo así como "La Tribuna" de Alan García, órgano oficial de su "Perro del Hortelano", programa político y económico de Aurelio Pastor y su protegido y amigo de negocios, el doctor Jorge del Castillo Gálvez, quien, a su vez, ha encontrado nada menos que en "La República" su propia "La Tribuna".

Así Pastor, abandonado a su suerte por García, a pesar de sus "leales" servicios prestados no a la nación sino al compañero-presidente, quien en más de una ocasión ha demostrado no tener otro aliado que su propia sombra, la crisis política aparentemente desatada por el protegido de Jorge del Castillo (y flamante integrante de la Comisión Política del PAP ¡válgame Dios!), habría llegado a su fin (García dixi a través de su muñeco de ventrílocuo, el señor Velásquez Qesquén).

Es decir, que rompiendo la soga por la parte más débil (nos referimos al memo que hasta hace unas horas ocupaba la cartera de Justicia), el régimen, burlándose del país, pretende encubrir la verdad.

Porque para llegar al fondo de esa verdad se requiere no solamente la renuncia de Pastor a su cargo, ya materializada, sino una exhaustiva investigación (sin la incompetente colaboración de Daniel Abugattás, o la amoral participación de Carlos Raffo, y sin la 'destreza" legal del fiscal Chávez Cotrina, por supuesto), y en la que estén comprendidos Alan García, Aurelio Pastor, el tal Miguel Facundo Chinguel y Crousillat, si es habido.

Investigación que debe, incluso, ahondar en las cuentas bancarias de todos y cada una de las personas referidas líneas arriba, para que el país descubra las reales motivaciones que llevaron al presidente Alan García Pérez a indultar escandalosamente a un delincuente como Crousillat.

Y mientras todo esto sucede, mientras Pastor renuncia "en olor de multitud", Velásquez Quesquén se persigna aliviado y García no se cansa de manifestar que "ha sido burlado" pero que "ha rectificado", el país parece olvidarse que un agradecido y saludable Crousillat no es habido por la justicia del Perú, gracias al señor Alan García Pérez y a su víctima ocasional, el señor Pastor.

Otra página más de la comedia García.

Boston, 17 de marzo del 2010

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