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Indignados ciudadanos y pescadores de Pisco protestaron por la construcción de una petroquímica chilena que contaminará la zona y amenazará la pesca local, uno de los principales medios de subsistencia de los lugareños.
Los manifestantes, cerca de un millar, llegaron hasta la plaza principal de Pisco coreando lemas y portando la bandera peruana y pancartas. Temen que la contaminación del mar, aire y tierra dañe la calidad de vida de la zona.
Según La Razón, la planta producirá amoniaco y nitrato de amonio, que son insumos para la fabricación de explosivos que serán exportados a Chile porque Sigdo Koppers, a través de su filial Enaex (Empresa Nacional de Explosivos de Chile, es uno de los dos dueños junto con el grupo nacional Brescia.
Dicho diario cita un “informe de la Universidad Nacional de Ingeniería, legalizado por notario público el 10 de marzo de este año, señala una serie de irregularidades en las que incurriría Nitratos del Perú al construir la planta petroquímica en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas”, que advierte que “no ha cumplido con señalar cómo mitigará la contaminación que se generará por la emisión de amoniaco, óxido de carbono y óxido de nitrógeno”, y que además le falta detallar el sistema de detección y control de derrames así como los refugios de la fauna silvestre existente en la zona. Agrega que el agua del mar incrementará su temperatura en 3 grados centígrados. “Al declarar (la empresa) que controlarán los 3 grados C de la temperatura del agua del retorno y no mencionar otros parámetros de la Organización Mundial de la Salud, para la calidad de agua (efluente), significa que no cumplirán (con el control)”, señala el estudio.
Este es otro conflicto más generado por el gobierno aprista, que se niega a dialogar con los pobladores y trata de imponer por la fuerza una actividad que no sólo pone en riesgo la naturaleza, sino la seguridad nacional al favorecer el armamentismo del país enemigo del sur.
Los protestantes bloquearon la vía Pisco-Paracas pero a los pocos minutos desistieron, luego de sostener conversaciones con la Policía.
La situación extraña, irregular y peligrosa llama mucho más la atención, pues esta planta se asegura sumiinstro de gas de Casmisea de parte del gobierno para operar, gas que se niega a los empresarios peruanos.
