Ahora Morales parece haber olvidado la historia y anuncia que impulsará el cultivo masivo de quinua, para consolidar a su país como el primer productor mundial de ese producto y que para ello buscará la forma de patentar internacionalmente este cereal, según informan los medios bolivianos.
El anuncio lo realizó en reunión con agricultores de La Paz, Oruro y Potosí, las mayores regiones de producción de la planta, para buscar modos que mejoren la siembra, comercialización, exportación e inclusive la industrialización.
Morales dijo que Bolivia es el primer productor de quinua del mundo y por eso el Estado tiene la obligación de fomentar e incentivar su producción y precisó que del millón y medio de hectáreas cultivables en todo el altiplano boliviano, se usan menos de 200,000 hectáreas, “en rotación” para sembrar quinua y agregó que Bolivia debe consolidarse como productor porque otros países están ingresando a este mercado y Estados Unidos ya produce el 9% del total mundial.
Resulta curioso que a Morales siempre se le ocurra tratar de confirmar sus tradiciones a costa de enfrentarse con el Perú y no con otros países vecinos como Chile, Argentina o Brasil. Por ejemplo, en otra oportunidad intentó apropiarse del baile “La Diablada”, que pertenece desde tiempos virreinales al Perú y lo comparte Bolivia. Otro de sus despropósitos fue intentar apropiarse el origen del “ekeko”.
En lugar buscar la anécdota y el enfrentamiento, Morales y los países sudamericanos deberían buscar evitar que transnacionales como Monsanto se arroguen el derecho de patentar productos originarios de nuestros países por el solo hecho de haber cambiado uno o varios de sus genes.