En el 2007 habíamos señalado lo saludable que sería un cerco que separe al Perú de Chile (ver Traición en la frontera). Ahora Chile propone levantar un muro que separe la frontera del Perú y Bolivia con la de Chile.
“Tengo entre mis carpetas de proyectos pendientes, un proyecto de cerco electrónico muy moderno que efectivamente combina torretas de infrarrojo, autos y motoristas, que permiten detectar especialmente el paso de droga por lugares no habilitados y que son básicamente cuestiones que se están produciendo en la zona norte del país. Vamos a tener que pasar por ahí si queremos convertirnos en un país que combata la droga”, explicó.
Como dijimos el 2007, las fronteras entre países adquieren diversas formas o aspectos según la relación de amistad o recelo que exista entre los estados colindantes. En condiciones normales, la línea de frontera se marca mediante hitos que se erige cada cierto trecho; así los países limítrofes viven en paz.
En otros casos, cuando un país percibe peligro de parte del vecino, levanta cercas o pone alambre de púas, como ocurre en la frontera entre Israel y Líbano o entre Corea del Norte y Corea del Sur. Si por hechos históricos y sucesos actuales está completamente demostrado que Chile es un país que delinque violando el Derecho Internacional, especializado en robar territorio de sus vecinos (Argentina, Bolivia y Perú), ¿por qué en el lado peruano y sin traspasar la frontera del tratado de 1929 no se pone de una vez una cerca de alambre de púas, al menos desde el punto Concordia hasta el Hito 1? ¿Acaso no rodeamos nuestras casas con rejas cuando hay rateros en el barrio?
Pero este cerco no sólo debería servir para restringir el paso del Perú y Bolivia hacia Chile. Para el Perú sería saludable que los chilenos no ingresen a nuestro país, pues por sus malas costumbres y su codicia hacia nuestro territorio son sujetos indeseables. Ya tenemos bastante daño con el latrocinio de mar, de tierra, de nuestro pisco, del pisco sour, del suspiro limeño, de la marinera, situaciones que tienen su origen en el ingreso de la primitiva gente de Chile a nuestro país, que en pleno siglo XXI vive en el pasado alabando sus crímenes y latrocinios perpetrados en 1879 contra el Perú y llamando héroes al lumpen que soltó a agredir a Bolivia y al Perú.
Al fin y al cabo no necesitamos nada de Chile, el mundo está lleno de amigos decentes con los cuales se puede comerciar, no con los que no saben respetar las leyes.