Gobierno de García perpetra faenón en la selva en favor de chilenos
Como una epidemia surgen uno a uno los execrables negociados con el patrimonio de todos los peruanos, que una y otra vez perpetra el gobierno aprista. Esta vez se trata de la venta a los chilenos de 51 mil 700 hectáreas amazónicas de la zona protegida de Ucayali.
Como era de esperar, los medios de comunicación "aceitados" con la propaganda colocada en sus empresas por el gobierno aprista , que así derrocha el erario nacional, callan sobre esta barbaridad ecológica.
Urge la reacción de las fuerzas políticas y organizaciones ciudadanas para dejar sin efecto este despojo a la nación peruana.
No se trata de oponerse a las inversiones. Las inversiones deben realizarse en oferta pública, no en conversados de hoteles con mafiosos. Las inversiones no deben interferir con las áreas protegidas ni con los derechos de los nativos, ni con la ecología. Las inversiones no deben COMPRAR nuestro suelo, deben pedirlo en concesión por un número limitado de años, para que nosotros los peruanos, que somos los DUEÑOS, podamos retirar la concesión a las empresas que no cumplen los fines para los cuales las solicitaron.
Además, se debe legislar para impedir que empresas de un país enemigo, como Chile, que usurpa nuestro mar y cuatro hectáreas de Tacna, adquieran tierras en nuestro país.
Sobre la denuncia de César Hildebrandt, la siguiente es una notas realizada por Servindi:
Perú: Grupo chileno compra 51 mil 700 ha. de amazonía protegida de Ucayali a 100 soles ha.
El grupo empresarial chileno SEM adquirió 51 mil 700 hectáreas de amazonía en Ucayali a un precio de 100 nuevos soles por hectárea. La denuncia la efectuó el semanario “Hildebrandt en sus trece” en su edición del viernes 28 de mayo.
Los terrenos vendidos habían sido declarados por el Inrena zona protegida de “bosques sucesionales residuales, aguajales y semilleros naturales que permiten la restauración de las áreas boscosas de la selva baja”, señala el reportaje.
Jorge Baca Ramos, docente del Instituto Superior Tecnológico Suizo, explica que la zona vendida, precisamente, había sido declarada área protegida porque es inundable y ahora el Grupo SEM, para poder implementar sus plantaciones de soya, maíz, etc., tiene que desecar los terrenos.
Para ello, “tienen que drenar los humedales y los bosques inundables; esto produce un cambio radical en la biodiversidad y, como consecuencia, la pérdida de fauna y flora endémicas”.
Para efecuar esta operación contaron con la colaboración de funcionarios apristas y fujimoristas, y llegaron incluso a desalojar a la única Escuela de Ingenieros Forestales del país.
La última compra fue de 8 mil 620 hectáreas de selva baja al irrisorio precio de 741 mil nuevos soles.
Esta compra se efectuó a pesar que siete mil hectáreas pertenecían al Instituto Superior Tecnológico Suizo, que desde el año 1997 tenía las tierras en cesión de uso, no comercial ni agrícola, como consta en los registros de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp).
Según la investigación periodística del semanario fueron “apristas quienes consintieron la venta” declaró el presidente regional de Ucayali, el fujimorista José Velásquez Portocarrero, cuando fue interpelado en abril de este año por la Comisión de Fiscalización del Congreso.
Pero eso no es todo, según el semanario habría un ánimo por chilenizar Ucayali, debido a que el director del Instituto Suizo, Armando Vásquez Cáceres, no ha dicho nada sobre la irregular venta y hasta ha abandonado a sus docentes nombrados, pues ellos sí han denunciado tal irregularidad.
Pues resulta muy extraño que justamente el director Vásquez Cáceres sea candidato en las próximas elecciones regionales por la bancada fujimorista.
Otro detalle que revela la investigación es que los terrenos vendidos al emporio empresarial chileno colindan con el fundo El Polígono, de la Marina de Guerra del Perú, un lugar de prácticas para los miembros de la marina.
El semanario, señala que el interés del grupo SEM se encuentra en el propio sitio web cuando señala: “La Amazonía tiene la más grande biodiversidad del mundo y es además una de las más grandes reservas de agua potable. Así mismo, conforma el 58% del territorio peruano”.
Lo más alarmante es que “los chilenos están vendiendo el oxígeno peruano, reciben millonarias ayudas del Protocolo de Kioto, y están montando sus laboratorios de investigación genética dentro de nuestras fronteras con nuestras semillas” indica el semanario. Servindi.
Urge la reacción de las fuerzas políticas y organizaciones ciudadanas para dejar sin efecto este despojo a la nación peruana.
No se trata de oponerse a las inversiones. Las inversiones deben realizarse en oferta pública, no en conversados de hoteles con mafiosos. Las inversiones no deben interferir con las áreas protegidas ni con los derechos de los nativos, ni con la ecología. Las inversiones no deben COMPRAR nuestro suelo, deben pedirlo en concesión por un número limitado de años, para que nosotros los peruanos, que somos los DUEÑOS, podamos retirar la concesión a las empresas que no cumplen los fines para los cuales las solicitaron.
Además, se debe legislar para impedir que empresas de un país enemigo, como Chile, que usurpa nuestro mar y cuatro hectáreas de Tacna, adquieran tierras en nuestro país.
Sobre la denuncia de César Hildebrandt, la siguiente es una notas realizada por Servindi:
Perú: Grupo chileno compra 51 mil 700 ha. de amazonía protegida de Ucayali a 100 soles ha.
El grupo empresarial chileno SEM adquirió 51 mil 700 hectáreas de amazonía en Ucayali a un precio de 100 nuevos soles por hectárea. La denuncia la efectuó el semanario “Hildebrandt en sus trece” en su edición del viernes 28 de mayo.
Los terrenos vendidos habían sido declarados por el Inrena zona protegida de “bosques sucesionales residuales, aguajales y semilleros naturales que permiten la restauración de las áreas boscosas de la selva baja”, señala el reportaje.
Jorge Baca Ramos, docente del Instituto Superior Tecnológico Suizo, explica que la zona vendida, precisamente, había sido declarada área protegida porque es inundable y ahora el Grupo SEM, para poder implementar sus plantaciones de soya, maíz, etc., tiene que desecar los terrenos.
Para ello, “tienen que drenar los humedales y los bosques inundables; esto produce un cambio radical en la biodiversidad y, como consecuencia, la pérdida de fauna y flora endémicas”.
Para efecuar esta operación contaron con la colaboración de funcionarios apristas y fujimoristas, y llegaron incluso a desalojar a la única Escuela de Ingenieros Forestales del país.
La última compra fue de 8 mil 620 hectáreas de selva baja al irrisorio precio de 741 mil nuevos soles.
Esta compra se efectuó a pesar que siete mil hectáreas pertenecían al Instituto Superior Tecnológico Suizo, que desde el año 1997 tenía las tierras en cesión de uso, no comercial ni agrícola, como consta en los registros de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp).
Según la investigación periodística del semanario fueron “apristas quienes consintieron la venta” declaró el presidente regional de Ucayali, el fujimorista José Velásquez Portocarrero, cuando fue interpelado en abril de este año por la Comisión de Fiscalización del Congreso.
Pero eso no es todo, según el semanario habría un ánimo por chilenizar Ucayali, debido a que el director del Instituto Suizo, Armando Vásquez Cáceres, no ha dicho nada sobre la irregular venta y hasta ha abandonado a sus docentes nombrados, pues ellos sí han denunciado tal irregularidad.
Pues resulta muy extraño que justamente el director Vásquez Cáceres sea candidato en las próximas elecciones regionales por la bancada fujimorista.
Otro detalle que revela la investigación es que los terrenos vendidos al emporio empresarial chileno colindan con el fundo El Polígono, de la Marina de Guerra del Perú, un lugar de prácticas para los miembros de la marina.
El semanario, señala que el interés del grupo SEM se encuentra en el propio sitio web cuando señala: “La Amazonía tiene la más grande biodiversidad del mundo y es además una de las más grandes reservas de agua potable. Así mismo, conforma el 58% del territorio peruano”.
Lo más alarmante es que “los chilenos están vendiendo el oxígeno peruano, reciben millonarias ayudas del Protocolo de Kioto, y están montando sus laboratorios de investigación genética dentro de nuestras fronteras con nuestras semillas” indica el semanario. Servindi.