Gallina que come huevo... Acostumbrada desde tiempos de ministra de la Mujer a “argollas” para planillas doradas y a la contratación de millonarias consultorías inservibles, la alcaldesa de Lima Susana Villarán salió a proteger a su gerente municipal osé Miguel Castro, quien ha enquistado a su parentela en apetecibles cargos dorados y consultorías.
Castro, según denuncias difundidas por varios medios, contrató a su suegra y su cuñada y al cuñado de esta última, Juan Manuel Espinoza Benza, para brindar una asesoría en Seguridad Ciudadana a pesar de que reside en Suecia, por lo cual se entiende por qué mientras derrocha dinero así Villarán, la ciudadanía continúa siendo golpeada por los embates de la delincuencia.
Espinoza fue contratado el 9 de noviembre del 2012 por S/. 10,950 y por ser un monto no mayor a 3 UIT (cada UIT equivale a S/. 3,700), se burló las formas del concurso público, como manda la Ley de Contrataciones del Estado (LCE).
Hecha la ley hecha la trampa. También por esa suma fue contratada Daniela Maguiña Ugarte, cuñada de Castro, por una consultoría de seguridad ciudadana, pese a que sólo es una psicóloga no experta en esa materia, pero se le regalaron siete de estas asesorías entre el 2012 y 2013, tras lo cual su esposo, Álvaro Espinoza, salió de la presidencia de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape) en mayo de este año. Este último continúa como garrapata aferrado a los cargos de Villarán, pues es actualmente jefe de uno de los programas emblema de la gestión Villarán: Barrio Mío.
Óscar Ugarte en la danza de la argolla
La suegra de Castro Gutiérrez , Carmen Dora Ugarte Ubilluz, prestó dos consultorías por un monto de S/. 10,800 cada una en los meses de agosto y octubre del 2012. Ella es hermana del actual presidente del Consejo Directivo del Sisol (que depende de la municipalidad de Lima), Oscar Ugarte Ubilluz.
Cuando se contrata estas consultorías, el valor de la UIT era aún de S/. 3,650, por lo que el monto límite para las adjudicaciones de menor cuantía según la LCE hacían, precisamente, los S/. 10,950 soles que cobraron Espinoza y su cuñada Daniela Maguiña, monto bastante cercano además al cobrado por la madre de esta última, es decir, por unos soles los salvaron de concursar como cualquier proveedor de servicios.
El inefable gerente de Villarán aprovecha de que pese a ser un caso obvio de nepotismo, se salva de ser acusado de un delito porque la ley de nepotismo se refiere a cargos continuos, no a consultorías, pese a que de hecho es nepotismo y es una inmoralidad.
El denunciante, regidor del PPC, Alfredo Lozada, ha sido amenazado por el impresentable Castro, pero no podrá desmentir que los citados personajes son sus parientes políticos.
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