Belmont reportero Canal NBastó que el candidato a la alcaldía de Lima Ricardo Belmont advirtiese sobre los problemas potenciales de la inmigración venezolana para que el grupo El Comercio y otros medios, además de políticos apristas como Jorge Del Castillo arremetan contra él tildándolo de xenófobo.

Se entiende la necesidad de los venezolanos que pasan hambre y todos los peruanos quisiéramos que vengan, pero la caridad debe comenzar por casa y la migración debe ser controlada, sobre todo para evitar que la buena fe sea aprovechada por delincuentes, esto además de evitar perjudicar a los peruanos pobres que no tienen empleo.

Inseguridad

Nos preguntamos qué harían los acusadores de Belmont si su familiar hubiese sido asesinado, herido o robado por los inmigrantes venezolanos, como ha sucedido tantas veces con ciudadanos peruanos indefensos. Son los más pobres los que han sufrido con el hampa venezolana, no políticos como Jorge Del Castillo, quien tras el primer gobierno de Alan García evidenció un sospechoso aumento de su patrimonio que le permitió gozar de la vida en zonas residenciales protegidas del hampa. Durante el gobierno ladrón de García, de pronto los personajes de la cúpula aprista, de pasar de vivir en callejón de un solo caño pasaron a residencias suntuosas de zonas como Camacho.

Derecho a voto

A decir verdad, Belmont ha cometido inexactitudes, como decir en forma genérica que los venezolanos tendrán derecho a voto en las elecciones municipales, cuando la verdad es que esto se daría después que regularicen su condición de residentes, en lo cual el Perú es laxo, permitiendo el voto a los extranjeros a partir de los dos años de residencia en el país, lo cual se cumpliría para las siguentes elecciones.


En otros países, como Uruguay, un extranjero debe residir 15 años para tener derecho a votar. En Chile y Colombia son cinco años. En los Estados Unidos los extranjeros no votan, a menos que se nacionalicen. En Brasil no se permite votar a los extranjeros, excepto a los portugueses. En otros países sólo se permite voto a extranjeros de determinados países con los cuales hay convenios de reciprocidad.

Trabajo

En cambio, que los peruanos pueden perder oportunidades de empleo ante la sobreoferta de mano de obra venezolana, sí es cierto, pues hay gran número de peruanos que no tienen trabajo formal, lo cual es competencia desleal, pues cuando los peruanos van a otros países a buscar trabajo les imponen requisitos que lo impiden, que por lo general tiene carácter protector hacia los nacionales frente a los extranjeros y sólo se permite que trabajen previo contrato antes de ingresar al país.

Cuando el gobierno aprista, enloquecido por la corrupción dejó el Perú en desastre, muchos peruanos salieron a buscar trabajo en otros países. Quienes fueron a Venezuela no quitaban trabajo a los venezolanos pues entonces se requería personal calificado que ese país no tenía. Más difícil era para los peruanos no calificados, pues no había facilidad para tener trabajo formal por ser extranjeros, de modo que muchos trabajaron de forma ilegal. Así que los apristas son los que menos tienen autoridad moral para hablar de migraciones, pues por culpa de ellos cientos de miles de peruanos se vieron obligados a emigrar.

En la mayoría de países es difícil obtener un trabajo en un puesto profesional, pues los gremios profesionales en la mayoría de países impiden una convalidación rápida de títulos profesionales, de modo que los profesionales sólo pueden optar por puestos de menor calificación.

En los Estados Unidos, por ejemplo, el presidente Donald Trump pide a todas las empresas dar trabajo a un estadounidense antes que a un extranjero.

¿Es gratuita o pagada la defensa irracional a los venezolanos de periodistas, políticos y oenegeros?

Es decir, no se puede tildar de xenófobo a nadie que exponga estos hechos, aunque hablen con algunas imprecisiones, salvo que los acusadores tengan intereses creados, como podría ser el caso de quienes pueden estar recibiendo los millones que los Estados Unidos han destinado para los migrantes venezolanos, pues no hay cuentas claras de cómo se emplea ese dinero. ¿Están cobrando políticos, periodistas y oenegeros para promover la inmigración venezolana?

¿Qué pasó hoy?

Bastó que un desadaptado grite a Ricardo Belmont cuando estuvo en el emporio comercial de Gamarra, tiildándolo de xenófobo para que un reportero de Canal N ejerza un vulgar ataque. No parecía periodista, sino un pandillero arremetiendo contra Belmont, pues en lugar de preguntarle por sus propuestas, hacía alarde de vulgaridad preguntando una y otra vez por los  venezolanos en el Perú.

Al respecto, el aspirante al sillón municipal se defendió llamándolo “delincuente” y cuestionándolo si alguien le había pagado para que haga esa trifulca.

“Miren a este delincuente que vino a agarrarme por la espalda. No necesita robarme. ¿Usted le vio la cara? ¿Vio cómo vino a pegarme?”, precisó mientras sus seguidores lo apoyaban con arengas.

Sin embargo, y tras los cuestionamientos del periodista, Belmont se retractó y decidió cambiar su discurso indicando que “su actitud era delincuencial”, y no su aspecto físico como lo había dejado entrever.

Antes del incidente, el candidato por Perú Libertario se disponía a recorrer las calles de Gamarra negando los comentarios xenofóbicos en su video colgado en su cuenta de Facebook.

“Soy una persona sana que no está con esas cojudeces. He dicho que los venezolanos son mis hermanos, pero hay que tener cuidado con quienes ingresan al Perú”, indicó.

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