El nombramiento del cuestionado nuevo ministro de Salud Hernán Condori trajo como respuesta la presión de los gremios médicos y ahora la renuncia parte de los burócratas camarilla responsables de traer las peligrosas “vacunas” Pfizer en lugar de la verdadera vacuna Sputnik V, que se estuvo negociando con el gobierno ruso.
Como se sabe, el producto de Pfizer no es vacuna, sino terapia génica con probabilidad de causar muerte, miocarditis y otros efectos graves ocultados en número en los Estados Unidos pero no en países donde hay más seriedad con la información de salud como Suiza y otros. El porcentaje de muertes y efectos graves es bajo, sin embargo es como un peligroso juego de azar y muerte.
Por si fuese poco, el producto Pfizer pierde efectividad tan sólo a las 10 semanas de la dosis de refuerzo. En estas deplorables condiciones, ¿Por qué obligar a la gente a inocularse al impedirle ingresar a locales cerrados, si igual se contagiarán y contagiarán?
Científicos advierten que Pfizer y Moderna, las “vacunas” ARNm, dañan el sistema inmunitario y parte de la gente inoculada perderá sus defensas naturales frente a otras enfermedades. Médicos alemanes reportan que estos productos están causando la fuerte exacerbación de cánceres que estaban bajo control, es decir, la gente morirá rápidamente de cáncer (ver artículos relacionados abajo). En el Perú también se están viendo estos casos.
Lo más grave es que la camarilla del Minsa decidió ocultar a los peruanos que buscan vacuna que el producto Pfizer tiene efectos adversos graves como la miocarditis, que puede ser mortal, y pese a ser un hecho reconocido por Pfizer, se niegan a colocar esta advertencia en la hoja de consentimiento “informado” previa a la vacuna, donde tampoco señalan que la persona declare si tiene males cardiacos.
Para colmo, impiden que la gente se vacune con otra verdadera vacuna que es Sinopharm y está disponible en el Perú, cuando en países como los Estados Unidos la persona escoge la marca del producto con el cual se inoculará.
Las únicas verdaderas vacunas en el mundo son: Sinopharm, Sinovac, Sputnik V, CoviVac, Abdala, Soberana y pronto en venta la estadounidense Novavax y la española Hipra.
Así, estos y otros altos funcionarios del Minsa se atreven a dar recomendaciones éticas. ¿Hubo coima para favorecer los contratos leoninos de Pfizer y arriesgar la vida de los peruanos? Llama la atención que la Defensoría del Pueblo y abogados o políticos no defiendan la salud de los peruanos.
Sputnik V
En cambio, Sputnik V, pasados los ocho meses de la segunda dosis, todavía tiene una eficacia del 80% y no tiene efectos adversos graves.
¿Intereses?
Por regla y por ética, todos los médicos altos funcionarios o asesores deberían declarar si alguna vez participaron en ensayos clínicos directa o indirectamente para las farmacéuticas transnacionales. No lo quieren hacer porque tanto en el Colegio Médico como entre estos burócratas dorados hay gente que defiende a Pfizer por interés y no por preocuparse de la salud de los peruanos.
Pero los integrantes del Equipo Consultivo de Alto Nivel (ECAN) del Minsa renunciaron alegando que ahora “no existen condiciones para un ejercicio autónomo y consecuente del encargo mencionado” tras el nombramiento del ministro Condori.
La función del ECAN es “recomendar los criterios y consideraciones éticas en la toma de decisiones respecto a la priorización de grupos a ser vacunados durante la ejecución del Plan Nacional de Vacunación contra el COVID-19”, dijeron en un comunicado.
Los integrantes del Equipo Consultivo de Alto Nivel (ECAN) del Minsa presentaron sus renuncias irrevocables ante el cuestionado ministro de Salud, Hernán Condori Machado, por considerar que “no existen condiciones para un ejercicio autónomo” de la labor que realizan en el contexto de la vacunación contra el COVID-19.
Los renunciantes del ECAN son Virginia Garaycochea Cannon, Edwin Vásquez Ghersi, Ladislao Tutaya Gonzales, Juan Rivera Feijoo y Gabriela Minaya Martínez.
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