En lugar de un ministro de Defensa que por lo menos defienda nuestras fronteras de la inmigración ilegal y la depredación de nuestra selva, tenemos a un sujeto que en lo poco demuestra que se aprovecha de su cargo a costa del Estado para satisfacer su glotonería no con su dinero, sino con el dinero de todos los peruanos, según denunció el programa Punto Final.
Dicho espacio televisivo informó que José Luis Gavidia, ministro de Defensa, en lugar de sostener reuniones de trabajo en oficinas las realiza a la hora de comer y aprovecha para pedir platos lejos del alcance de las mesas populares usando la caja chica de su institución,
Por ejemplo, gastó S/ 1,250 en una cena, con buffet criollo, para 10 personas en el Centro Naval del Perú, donde invitó a funcionarios de alto rango del Mindef. El 11 de abril gastó S/ 790, el 6 de junio habría almorzado con el secretario general de su sector gastando S/ 65 en un plato de lenguado a la plancha con ensaladas y yuca.
La directora general de Administración del Ministerio de Defensa, Nelly Rodríguez, dijo: «Tenemos un monto tope que es del 90 % de la UIT, eso es lo que tenemos aprobado».
El 10 de mayo, en el restaurante Hornero, se reunió con comandantes de las Fuerzas Armadas y gastó S/ 452.50. Entonces pidió angus de entraña fina, un asado de tira con hueso y champiñones a la parrilla.
Si para facilitar las reuniones, estas se realizan fuera de su oficina, ¿es tan difícil amenizar con una bebida, como café, chocolate, jugo, etc., en lugar de platos caros?
No hay medidas de austeridad
El gobierno no entiende que hay crisis no sólo en el Perú, sino en el mundo y en nuestro país mucha gente ha reducido su presupuesto en alimentación. ¿Hasta cuándo vamos a esperar para publicar normas de austeridad que impidan estos y otros derroches, como comprar chalecos y vestuario para personal burócrata?
Si tan aficionado es el ministro a los platos caros, entonces que coma e invite con su propio dinero, no parasitando al Estado.
Gavidia además fue denunciado por el delito de peculado de uso al utilizar aeronaves y logística del Estado para pasear a sus hijas.
