Algunos congresistas creen que Essalud es el cofre del tesoro de donde se puede extraer recursos sin fin y por ello proponen que se cargue un gasto bastante oneroso que sería la atención a los padres de los asegurados, pues, como es sabido, a más edad resulta mayor la demanda de servicios de salud porque el cuerpo sufre un normal y continuo deterioro.
Pero la realidad que todos los asegurados constatan es que Essalud no puede atender bien ni siquiera a los propios asegurados, ni a aquellos con enfermedades graves, como el cáncer y otras.
Para tener una cita para exámenes como una tomografía o resonancia magnética hay demora de meses, mientras tanto cada día el cáncer avanza, por lo cual los sufridos asegurados hasta se endeudan para realizar estos análisis en centros privados.
Esto, sin contar con la mafia que restringe la compra de más de estos aparatos, para que el público fluya a los centros de los amigotes que poseen estas máquinas.
De igual manera, las citas para especialidades también tienen bastante demora y hay que tener en cuenta que el sistema de Essalud tiene ya recarga por las personas adultas mayores aseguradas con derecho a atenderse en diversas especialidades, que Essalud no puede atender a cabalidad.
Asimismo, la entrega de fármacos es deficiente, con una larga lista de productos faltantes en las farmacias de Essalud.
La cola para someterse a una operación es sumamente larga, tanto que a veces los pacientes mueren sin llegar a la ansiada operación.
Siendo esta la realidad, ¿cómo entonces se va a poder ampliar la cobertura de salud a los padres de los asegurados? Si esta es la situación, estas demoras y deficiencias se multiplicarían, porque a diferencia de los asegurados activos, porcentaje de los cuales son jóvenes saludables que nunca recurren a Essalud, los padres de los asegurados requerirían mucho de los recursos materiales y de personal de la institución y si ahora alguien espera cuatro meses para una tomografía, esa demora podría pasar a ser de un año.
El Congreso insiste con su populismo
El dictamen recaído en el Proyecto de Ley 927/2021-CR que modifica los artículos 1 y 4 de la Ley 27056, Ley de Creación del Seguro Social de Salud (ESSALUD) pasó a un cuarto intermedio para recoger la opinión de los organismo correspondientes al manejo de la salud en el país.
"La iniciativa del legislador Luis Roberto Kamiche Morante (Perú Democrático) propone dar cobertura a los asegurados y también a sus padres y derechohabientes, a través del otorgamiento de prestaciones de prevención, promoción, recuperación, rehabilitación, prestaciones económicas, y prestaciones sociales que corresponde al régimen contributivo de la Seguridad Social en Salud", informa el Congreso.
Ignorancia
Los congresistas muestran ignorancia, pues si se habla de derechohabientes, son personas que ya tienen el derecho de atenderse y no hay nada que modificar. Son derechohabientes los hijos menores, los cónyuges y los concubinos, además de los hijos mayores de 18 años incapacitados totales para el trabajo.
El texto presentado afirma que un análisis a nivel nacional y regional de SUSALUD asevera que en Lima Metropolitana tiene la mayor población sin cobertura de salud un millón 435,846 personas, seguido de La Libertad con 425 238 y en Arequipa 240 248.
Los legisladores José Luis Elías Avalos (Podemos Perú) y Patricia Juárez (Fuerza Popular) coincidieron en observar que no se puede saturar con el ingreso de miles de personas a un sistema que ya está bastante colapsado. Asimismo dijeron, se debe contar con la opinión de los ministerios correspondiente como Salud, Trabajo, el MEF y FONAFE.
Rol del Estado
Si bien es cierto que la salud sufre abandono durante varios gobiernos consecutivos, el Estado debe esforzarse en ampliar la cobertura del Minsa a todas las personas que no son aseguradas, incluyendo los adultos mayores.
El presidente Pedro Castillo ha dicho reiteradamente que quiere modificar la Constitución para que se señale que la salud es un derecho humano, pero no necesita la Constitución para canalizar recursos a la mejora no sólo de la atención, sino de la prevención, que es clave para evitar la saturación de los servicios de salud.