Personas naturales y empresas ya invierten en terrenos disparando precios, lo cual terminaría en un crecimiento desordenado
La construcción del nuevo puerto de Chancay está dinamizando la economía de esa zona del norte chico, y se observa la multiplicación del valor de los terrenos que se encuentran cerca del terminal portuario, pero no se advierte el respaldo del gobierno central para realizar una planificación urbana que tenga por finalidad la realización de una ciudad moderna, pues la inversión en el nuevo puerto necesariamente dará lugar a un núcleo urbano importante.
Hasta ahora el desarrollo urbano en el Perú se ha dado de forma caótica: invasiones, ausencia de planificación de vías que permitan un tráfico fluido, entre otros, como la falta de previsión para la creación de suficientes áreas verdes, deportivas, educativas y de recreación, etc.
A ello se suma la corrupción en todo el país, pues en muchos lugares la dirección de la planificación de obras y las decide la coima, esa gran directora, incluso desde el exterior, como es el caso de los ladrones Odebrecht, que en su país diseñaban inversiones millonarias en vías de poca utilidad como la Interoceánica, porque el Estado peruano no planificaba una priorización de obras según su importancia y necesidad.
La recién creada Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) no ofrecerá soluciones que signifiquen desarrollo, pues es una institución que el ministro Alberto Otárola parece haberla creado para coparla y manejarla a su antojo, sin la participación de los colegios profesionales y otros civiles, como debería ser el caso, dada la importancia que debería tener.
Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) promete entronización de la corrupción
El alcalde de Chancay, Juan Álvarez, indica que hace 15 años estaba 1 dólar el metro cuadrado (m2) y ahora puede llegar hasta 1,000 dólares si el terreno está dentro de la ciudad. El alcalde podría ser honesto, pero es habitual que en la burocracia municipal haya gente corrupta.
Como es habitual, el flujo de millones hará propicios los “arreglos” o coimas con funcionarios para decidir los usos y alturas de los terrenos.
Chancay necesita el respaldo de gobierno nacional para por primera vez planificar como se debe una ciudad que esté bien diseñada, moderna, con grandes áreas verdes, vías amplias, hospitales grandes con amplias zonas de estacionamiento para el personal y el público (no como ciertos hospitales limeños que carecen de ello), colegios grandes, estadios, parques grandes, zonas comerciales con amplias zonas de parqueo, con vías que impidan el atoro en el tráfico, zonas residenciales bien planificadas, como se hizo por ejemplo con el distrito limeño de Jesús María (antes de que lo tuguricen con edificios), con una franja verde de varios metros entre las viviendas y la pista y no las vías inhumanas que se ve en zonas como la Carretera Central en Ate, donde las sólo una vereda separa a las viviendas de esa vía de alto tránsito, con un separador de carriles tan estrecho que cuando las personas cruzan y espera allí cruzar el otro carril parece que los camiones van a arrastrarlos.
También debería evitarse los horribles viaductos, que además de tugurizar el espacio exterior, no se construyen pensando en los ciclistas ni peatones, sólo en vehículos. Una ciudad del siglo XXI debería contar con un buen circuito para ciclistas y peatones.
Las obras del nuevo Terminal Portuario Multipropósito de Chancay tienen un avance de casi 50%, y se inauguraría durante la Cumbre Presidencial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizará en Perú entre octubre y diciembre de 2024.
Además de la planificación urbana, se debe planificar las áreas de cultivo que deben quedar y permanecer intangibles y tener estrategias para evitar las invasiones.
El puerto de Chancay, ubicado en la costa central de Perú y a 80 kilómetros de la ciudad de Lima, contempla una inversión de 1,315 millones de dólares en una primera etapa, pero que en el largo plazo superaría los 3,500 millones de dólares.
Agua
Como en toda la costa peruana, el agua es un recurso no muy abundante y el desarrollo de una ciudad requiere una planificación que apunte no sólo a cubrir la demanda, sino que la producción de agua potable respete la ecología evitando la instalación de plantas desalinizadoras, porque sería un atentado contra la pesca en Chancay.
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Por su importancia, la planificación del desarrollo urbano de Chancay debería ser considerado un proyecto nacional, no provincial, acompañado por profesionales de primer nivel para no tener después decepciones y que se convierta en una ciudad caótica más. Sin duda, es una tarea demasiado grande para una pequeña municipalidad provincial. Hasta ahora se escucha a los ministros hablando de la importancia del puerto, pero ninguno dice cómo aportará el Ejecutivo en la planificación de una nueva y moderna urbe.