Mañana siempre es tarde
de Federico Mayor Zaragoza, (Espasa Calpe, Madrid)
La construcción del futuro es un proyecto que debe comenzar hoy. Una labor común que no admite demoras porque, para las cuestiones esenciales, mañana es siempre tarde. Convencido de que la esperanza implica no esperar, el profesor Mayor Zaragoza nos presenta en este libro ideas concretas para vivir nuestro tiempo. Tiempo de riesgos, de grandes amenazas, pero de inmensas posibilidades porque, en la pregunta bien formulada, encontramos la respuesta. Para las personas de carácter, los problemas suponen desafíos y posibilidades.
En este precioso libro, cuya primera edición es de 1987, se demuestra que las grandes ideas, como los auténticos valores, desafían al tiempo, más aún, éste los acrisola y enaltece. Lástima de las personas que sólo buscan novedades, víctimas de un marketing despiadado. El Maestro Pedro Laín, en su prólogo, escribe: “Sapere audiam, atrévete a saber”, la más secreta consigna de la Ilustración que sigue siendo el lema Oxfordshire. No nos basta, pues hoy es preciso atreverse a saber y a hacer: a saber hacer —a crear lo inédito—, a hacer saber —a enseñar lo así sabido—, y a dar vigencia social a lo que se sabe y a lo que se enseña”.
Cada vez se hace más apremiante la necesidad de un cambio conceptual que permita acompasar la vida humana a la nueva situación creada por el desarrollo científico y tecnológico. Los medios de información, la comunicación y las nuevas tecnologías no sólo están alterando las estructuras formativas y laborales, sino que están reclamando la adecuación de los principios pedagógicos y didácticos a las nuevas coordenadas socioeconómicas y culturales.
Baste la dedicatoria que nuestro admirado profesor y amigo pone en este libro: “A todos los que están dispuestos a luchar para esclarecer los horizontes sombríos. A los maestros. A los jóvenes. A mi padre, mi principal maestro, que me enseñó que la juventud es mucho más que una edad: es un estado de ánimo”.
J.C.G.F., Centro de Colaboraciones Solidarias