(En pocas semanas más, para disgusto de los explotadores de siempre, la continuación del libro de Seifert verá la luz en otra edición vibrante y polémica. El tema persiste en su trágica sentencia que años atrás, denunciamos al presentar en el Establo de la Plaza Bolívar (también conocido como Congreso) la edición príncipe del libro. Como eso concurre al esfuerzo difusor y propagandístico, con modestia, debo reiterar que lo pronunciado entonces, tiene certidumbre dolorosa y vituperable en los días actuales en que algunos pillos de Doe Run, esta vez, dan licencia no pedida a los trabajadores y nadie descarta la huida desvergonzada y mañosa. hmr)
Yanacocha envenena Cajamarca
19-11-2003
Pocas veces se tiene el privilegio de recordar al prócer civil Manuel González Prada cuando clamaba por romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz. Esta noche, por la obra-denuncia Yanacocha: ¿el sueño dorado? de Reinhard Seifert, alemán-peruano, podemos expresar que cuando hay abusos, robos, maltratos y crímenes, las nacionalidades son mera referencia porque por encima de ellas y su significado intrínseco, hay la sed de justicia, el amor a las causas históricas de un pueblo y hay identificación con el medio ambiente y su preservación, en suma, hay el designio ineludible de reivindicar a la persona humana como eje fundamental de cualquier esquema de desarrollo económico, político y social.
Para el neoliberalismo, los hombres y mujeres de cualquier parte del mundo, especialmente si pertenecen a países subdesarrollados, son sólo números que tienen como leit motiv de sus existencias, producir dentro de un diseño, de acuerdo a las necesidades que las grandes empresas demandan y conforme a los patrones que impone la globalización, es decir los grandes imperios siguen mandando y como el capital no tiene patria, importa poco si los ríos contaminados envenenan a los pueblos que beben sus aguas o no concitan ningún interés las actividades ancestrales de la agricultura o ganadería porque, dicen, hay que ser competitivos y rentables.
Por la razón o por la fuerza
Dice Seifert: “El acoso y las amenazas obligaron a los campesinos a callar por temor, más aún, cuando aparecieron los agentes del equipo de seguridad de MYSA, Forza, muchos de ellos militares retirados y desocupados, con “experiencia” en la guerra “sucia”....Los nuevos hacendados, mal llamados mineros, saben cómo estar relacionados con las autoridades locales, y el aceite quemado de las máquinas no sólo sirve para envenenar el suelo sino también para que funcione de maravilla todo este engranaje de corrupción”.
Nótese que la lejanía de Cajamarca, su poca o casi nula conexión informativa con el resto del país, permitió que por la razón o por la fuerza se alineara a los habitantes y se acallara cualquier brote insurgente contra los abusos de Yanacocha.
Poderoso señor es Don Dinero
Denuncia Seifert: “Curiosamente, un grupo de “ecologistas” asesoran directamente a las nuevas autoridades municipales y propalan a los cuatro vientos que existe contaminación derivada de la extracción de oro por las empresas mineras, concretamente de Yanacocha. Muy pronto, en mayo de 1993, se produce una visita del alcalde (Luis Guerrero Figueroa), de sus asesores ecologistas (ingenieros Pablo Sánchez Zevallos y Emilio Cacho Gayoso) y funcionarios del Ministerio de Energía y Minas a las instalaciones de Newmont en Nevada-Estados Unidos. Lo extraño es que al regresar cambiaron de opinión; y ahora, la mina “ya no contamina”. Naturalmente el viaje de “placer” fue pagado enteramente por la empresa minera”.
Y por si existieran dudas sobre la complacencia de Newmont sobre este “histórico” viaje, “Ronald C. Cambre de la Newmont Gold Company, en su carta del 9 de febrero de 1994 dirigida a la DEG (German Investment and Development Company), comunica que el 14 de enero de 1994 se ha realizado un almuerzo en la oficina de Yanacocha en Lima con la presencia del alcalde Guerrero para tratar “asuntos relacionados a la municipalidad...”. “El memo es sumamente interesante....se detalla en forma pormenorizada todas las donaciones que han recibido las instituciones “representativas” de Cajamarca. Tenemos en la lista el BIM Zepita Nº 7, la Escuela de Negritos, la Policía Nacional, la Estación Policial de Chanta, la Municipalidad de Baños del Inca, la Dirección Regional de Energía y Minas, la Municipalidad de Cajamarca y, finalmente, la Sociedad Nacional de Minería.......Y también donaciones a las iglesias de Cajamarca”.
Abogaduchos y mineros corruptos
Nunca Yanacocha ha logrado zafarse con decoro ni limpieza de sus vínculos con el delincuente Vladimiro Montesinos en su diferendo con la BRGM francesa. Así, Seifert puntualiza con severidad: “Como era de esperarse, Buenaventura contrató a la “crema y nata” de los abogados limeños. Están los estudios de abogados de Guillermo Gulman; Rodrigo Elías y Medrano; Jorge Avendaño y Fernando de Trazegnies; también los de Manuel Pablo Olaechea y Francisco Moreyra García. Por el lado de BRGM-Normandy está el Estudio Echecopar y el de Alfonso de los Heros, ex-primer ministro del régimen fujimorista”.
“Dentro de esta óptica –indica Seifert-, el tejido social del Grupo Benavides, su peso específico en la Sociedad Nacional de Minería y su trabajo de “lobby” –o cabildeo- con otros sectores empresariales, como la CONFIEP (presidida entonces por Roque Benavides Ganoza, hijo de Alberto Benavides de la Quintana), fueron el quid del asunto para la preferencia norteamericana.... Mejor dicho, Buenaventura aportaba un elemento más en el litigio. Como peruanos y “profundos” conocedores del Poder Judicial y dominadores del teje y maneje de la “hilandería jurídica”, Buenaventura sabría presionar sutilmente en el momento preciso y mover los hilos de la influencia política, inmunizándose frente a buenas razones u otros ataques”.
Sinergias y ladrones
“La década del fujimorismo es de la predominancia del viejo modelo económico primario-exportador, que no rinde cuentas al rey de España sino al nuevo mandamás del mundo, el Fondo Monetario Internacional”, escribe Seifert.
Pero no sólo eso, sino que se judicializa la política y entonces todo deviene en un mar de recursos, demandas, proveídos, denuncias penales o civiles y entonces entran en juego los estudios de abogados, o dicho con más propiedad, los abogángsters hacen su agosto durante una larga década de oprobio.
Que no parezca raro que lo ocurrido en Cajamarca en el litigio Newmont-Buenaventura contra BRGM, haya sido el producto de alianzas delictivas entre los mandones en Palacio y los que detentaban —y detentan— el poder de la dinerocracia.
Así ha ocurrido también en otro gran contrato en el Perú. Me refiero —y sólo a guisa de referencia obligada— a Camisea. Una empresita, Hidrocarburos Andinos SAC, antes siquiera de haber estado inscrita en Registros Públicos, era admitida en el contrato por la Comisión Especial de Camisea y con apenas un capital social de S/ 1,500. ¿Dónde se fabrica esta firma diminuta y sin ninguna experiencia en el ramo energético?: en el Estudio Echecopar. ¿Quién firma como uno de sus primeros actos de gobierno el Contrato Camisea?: Valentín Paniagua. Hidrocarburos ha desaparecido del documento y al otro señor se le reputa como “presidenciable” en las encuestas. ¡Qué disparate y qué sinverguencería!
El precio del progreso
Anota Seifert con agudeza filuda: “Entretanto el auge económico y el presunto polo de desarrollo o “boom” minero de Cajamarca, había traído consigo la modernidad, la que no sólo se reflejaría en que cada vez hay más discotecas, “pubs”, “chinganas”, establecimientos de lujo y sobre todo “night clubs” (16 en total), para todos los gustos; sino en que el parque automotor, que hace una década no superaba los 800 vehículos, luce ahora unas 7 mil “combis” y microbuses de todo tamaño. Lo que es peor, Cajamarca también experimenta el aumento de la delincuencia, la prostitución y otras lacras, especialmente en la zona urbana, en las calles adyacentes a la Plaza de Armas como son El Batán, Sabogal, Apurímac y Revilla Pérez”.
Nuevamente me voy a permitir hacer una comparación porque fui testigo presencial de eventos muy parecidos en el Valle de La Convención, Cusco y en especial en los confines del municipio menor de Kiteni. Allí Techint y TGP han empujado la creación de más bares, discotecas y esto ha promovido la asistencia de menores de edad a clubes nocturnos y se han producido embarazos de niñas escolares a quienes solo aguarda la marginación social por el repudio de que gozan al haberse vinculado a foráneos. El costo de vida se ha encarecido a niveles estratosféricos y los peruanos de la zona, son discriminados por el color de su piel, por su acento y por su supuesta falta de preparación técnica. Techint y Pluspetrol, empresas argentinas han causado hasta muertes en esta sufrida como olvidada zona del país. ¿Es ese el precio de un pretendido progreso?
Los gatos de despenseros
Denuncia Seifert: “Mientras tanto, se siguió utilizando el cianuro de sodio, altamente contaminante, para extraer oro de las minas. Ese es el veneno que emplea Yanacocha en el proceso de lixiviación por pilas a tajo abierto para obtener el “precioso” metal. Sin rubor en la cara, la minera sostiene que parte del cianuro es reciclado y el resto es neutralizado con oxígeno, agua y anhídrido sulfuroso, que contamina el aire, produce las lluvias ácidas y es muy dañino para la salud........Y es que la roca madre que contiene el oro, generalmente tiene plomo, cadmio y arsénico, como impurezas, amén de otros metales pesados.....como apuntábamos anteriormente, la ubicación de la Mina Yanacocha sobre la ciudad de Cajamarca, exactamente en el divortium aquarium de varias vertientes, implica que a través de procesos del lixiviación no podrá impedir que los elementos y sustancias nocivas (normalmente fuera del control ambiental que haga la minera en operación) o del material poroso ya trabajado (de 5 a 7 millones tm/año), lleguen a esta ciudad por las aguas subterráneas o también por acción eólica”.
En Tambogrande, Piura, Minera Manhattan pretende deportar, así como hacían los nazis en los países ocupados, a la población entera a sitios ignotos, para extraer el oro y la fuerza eólica del bosque seco transportará las partículas e impurezas hacia los ríos y los campos, envenenando, contaminando, asesinando la vida y aniquilando las tierras fértiles en sumo grado de Piura. ¡Sin embargo hay delincuentes y plumíferos asalariados que se obstinan en negar estas consecuencias por venir y que ya están produciéndose en Cajamarca!
Tomen en cuenta, señores y señoras, que el diseño es exactamente el mismo: ¡cholo barato, azúcar caro, contaminación y a eso le llaman progreso! Miente, miente que algo queda, repetía con obstinación Goebbels, el ministro de propaganda de la Alemania nazi. Y aquí hacen lo mismo ante la pasividad increíble y cómplice de todos los partidos, instituciones y la meritoria aunque insuficiente protesta de muy pocos periodistas, sociólogos, ingenieros y una de esas demostraciones más palmarias y valientes es la de Reinhard Seifert, esta noche con nosotros presente para dar su testimonio a la tierra que lo adoptó y que lo distingue con la medalla cívica de la peruanidad militante.
Yanacocha fleta, paga y soborna a todo aquel que puede con tal que les dejen trabajar con secretos y sin mayores tropiezos.
Agua envenenada
“El resultado de este análisis significaba que Cajamarca ya estaba bebiendo agua potable contaminada que provenía de los cuatro yacimientos de Yanacocha....Esta es la razón por la cual ningún “gringo” o alto funcionario de Minera Yanacocha jamás toma el agua “potable” de los caños de Sedacaj sino agua que se trae de plantas embotelladoras de la Costa en grandes botellas, cuyo precio está fuera del alcance de la mayoría de los cajamarquinos que ganan sueldos de miseria”.
A fines del 2000 escribí en Liberación, dirigida por César Hildebrandt, que habían sospechas muy fundadas de esta contaminación. Si esto era así, el agua que servía para el riego de las tierras y para la alimentación del ganado, estaba envenenada y se estaba condenando a una muerte prematura a decenas de miles de campesinos, ante la indolencia escandalosa de Yanacocha para cuyos funcionarios lo importante —y único— era extraer el oro, a como diera lugar.
Sector de la Iglesia se pronuncia
Apunta Seifert: “Al leer y analizar el reclamo de la Iglesia Católica y pensando en los últimos años de las indefiniciones políticas, sociales y económicas, su contenido nos parece bastante acertado, y vale la pena recordar lo siguiente: la moral cristiana implica que los bienes existentes en la naturaleza sean respetados responsablemente. Además, en primer lugar, deben beneficiar a las poblaciones donde las riquezas naturales se encuentran ubicadas, rechazando las ambiciones de los grupos económicos. Tenemos que ser solidarios. Con visión clara sobre el futuro de la región de Cajamarca, el pronunciamiento sintetiza que los capitales nacionales o extranjeras han de garantizar que no habrá daño ecológico inmediato o futuro, que no se propiciará la “contaminación social” (corrupción, drogas, delincuencia, prostitución), que propicie la generación de fuentes de trabajo para los cajamarquinos y que la renta minera sea utilizada a favor del desarrollo de la comunidad local”.
La traición del periodismo
Este es un terreno en el que hay que ser directos y señalar con el dedo a la mayoría, un 95% de la prensa nacional, se vendió a Yanacocha y a sus supuestos milagros y desarrollos. Silenció todo el daño de la contaminación y exaltó la producción de las onzas de oro. El derrame de mercurio en Choropampa fue trocado como una labor de asistencia médica y social para con los choropampinos por parte de Yanacocha y no lo que en realidad fue y ocurrió hasta nuestros días, una acción criminal. Hace dos años, aquí mismo, en ocasión de presentarse el vídeo que narraba la valiente actitud de los compatriotas de Choropampa protestando contra la minera, un parlamentario pretendió decir que no se había probado la contaminación y que eso merecía un mayor examen y le pregunté ¿qué más pruebas necesitaba luego de lo ocurrido en ese distrito de su tierra? El sujeto aquel que hoy está de nuevo en el Congreso, no agregó nada y se perdió de la sesión.
En torno al fenómeno local periodístico, dice Seifert: “Al menos un sector de la prensa venal difundió la idea de que los cajamarquinos debieran bajar la cabeza, agradecer a los inversionistas extranjeros, quedarse mudos y hasta ofrecer las lindas muchachas de estos lares para rituales nada santos”.
Refiriéndose a la revista del establishment anota Seifert: “Caretas esgrime el lado no tan brillante, más bien desconcertante: “Quizás los únicos descontentos con tanta actividad minera son los ecologistas, quienes no quedan convencidos con los estudios ambientalistas conocidos como PAMA que las empresas entregan áreas después que la vida útil de la mina se acabe, pero habría que preguntarse, ¿cuántas plantas pueden crecer en el suelo donde durante años se ha vertido cianuro, ácido sulfúrico y otras sustancias altamente tóxicas”.
Para engañar a troche y moche, con descaro y alevosía, Yanacocha no dudó en alquilar mercenarios por buenos dólares. Ha poco estuvo por esos lares Luis Rey de Castro, defendiendo lo indefendible y queriendo confundir a los cajamarquinos. El repudio fue unánime y ya no está más, ahora pretende seguir con sus embustes desde un diario que no sé cómo lo admite sabiendo que este tipo alquila su pluma con una facilidad aceitosa ¡sorprendente!
Sobre este particular escribe Seifert: “Cabe informar que para el año 1994, sólo la oficina de relaciones públicas de Yanacocha de la ciudad de Cajamarca tuvo un presupuesto anual de cincuenta mil dólares, es decir más de cuatro veces que el canon minero para ese año”.
Lucha por la vida
“La economía equitativa de mercado en un planteamiento ecológico, es también, en cierta forma, una utopía, pero para que sea plasmado en la praxis no depende exclusivamente del Estado sino del individuo, o de un conjunto de individuos organizados para enfrentar una actividad económica. De modo que el eje central de la protección está en la ecología, que jamás debería ser destruida para enriquecerse. Consecuentemente, es la lucha por la vida contra la contaminación del medio ambiente y su preservación, para nosotros y las futuras generaciones, es primordial. Es en este sentido que no existe ninguna justificación, ni económica ni política, finalmente ni ética, para que un pequeño grupo o una empresa se aproveche de los recursos naturales que son patrimonio de todos”, consigna con acierto Seifert.
Vendepatrias de nuevo cuño
“Regresando al siglo XX, hay que ser “ecologista” en carro contaminante y producir estudios de “impacto ambiental”, financiados precisamente por los nuevos ricos mineros y así adormecer a los accionistas, extranjeros en su mayoría. ¿Qué tiene que hacer en todo esto el felipillo? Mucho. En lenguaje ecológico es una planta llamada caihua, es rastrera y es trepadora”, escribe Seifert y yo digo, es el maldito vendepatria de nuevo cuño.
“El político corrupto necesita al felipillo como el cuerpo humano la sangre. Su anhelo rapaz espera tesoros y prebendas. ¿Qué les importa la población sufrida? Es más cruel aún. Se trata pues de felipillos cajamarquinos que aplauden, que reciben su parte y engañan a la opinión pública. Hacen creer a algunas autoridades que su trabajo es útil, o están en complicidad con ellas”, opina Seifert. Y me permito anotar, no es sólo una expresión en singular, hay muchísimas organizaciones no gubernamentales que han declinado sus principios fundacionales para ser sólo entidades que tienen como prioridad obtener dólares, fletar la vida muelle de sus directivos y por todo fin justifican sus promociones burocráticas con toneladas de papel impreso de toda clase y casi siempre mínimo aporte de solución a los problemas de fondo.
“Ningún ecologista de verdad ni quien sepa qué son los metales pesados, ha hecho un estudio a favor de los empresarios mineros. Los felipillos son intrigantes, manipuladores, argolleros, sobre todo muy renegados y “bucean” bajo un mar poco profundo de conocimientos”, indica Seifert. No sé porqué me parece que también podría aplicar, sin mayores modificaciones, estos calificativos a los mercenarios del periodismo y que en nuestro lenguaje se conoce como los “mermeleros”.
Embrutecimiento colectivo
El Perú de los últimos 25 años ha sido escenario, otro más, de un esfuerzo ideológico a cargo de grupos con norte definido y metas muy claras. Se ha embutido a promociones enteras como concepto sagrado el tema de la globalización. Se lo enmarca como un fenómeno inevitable, equivalente de progreso y frente al cual no hay sino que adentrarse en sus dinámicas para ser parte del mismo. Cualquier planteamiento disímil es oponerse al “desarrollo”. Así, el Perú no tiene otro modelo económico que el de exportador primario. Como no hay dinero fiscal hay que conseguirlo con las inversiones foráneas y para que éstas vengan hay que cobrarles pocas regalías, eximirles de tributos a través de contratos o, si hay mucha convulsión social, hablar de concesiones que a la postre, no son más que ventas disimuladas.
El fenómeno es desnacionalizante porque ha privilegiado una preparación profesional de guarismos, rentabilidad y fría concepción en la que el ser humano es poco menos que una máquina productora de dólares, y en la que los sentimientos de patria, historia, tradición o apego a nuestro pasado, constituyen máculas, estorbos, hechos sin trascendencia. Hemos tenido a un vulgar delincuente, de nacionalidad nipona como presidente del Perú y, por citar ejemplos incontestables, hay hasta dos empleados o ex servidores de transnacionales oficiando de ministros en el gabinete del presidente Toledo. Jaime Quijandría, uno de los descuartizadores de Petroperú durante el fujimorato y el otro Hans Flury, eximio hombre de la Southern. ¡A ninguno de los dos se los podría tachar de patriotismo acendrado!
Los partidos políticos no han comprendido el fenómeno de la lucha doctrinaria e ideológica y no se han renovado. De la travesura oratoria que anuncia cambios y remozamientos a la realidad hay distancias enormes y monumentales. La democracia para múltiples colectividades políticas consiste en la asistencia a las urnas cada cierto tiempo para, no cualquier cosa, re-encomendarles, a los mismos de siempre, el mandato y que sigan viviendo muy bien con el dinero que paga el resto del sufrido pueblo peruano.
Nuestra tecnocracia, educada en Perú y graduada en Estados Unidos o Europa, es ajena al devenir peruano y carece de cualquier apego al terruño porque se les ha embutido en esa naturaleza perversa de contenidos extranjerizantes que empequeñecen el aporte nacional y engrandecen lo externo como supuesto bálsamo solucionador de todos los problemas habidos y por venir.
El centralismo nacional no es sólo geográfico, también es mental. El coloniaje de esta despreciable estirpe conduce a millones a vivir con patrones de alimentación extraños, con modas parecidas y consumen violencia a raudales a través de la televisión y los medios escritos que empobrecen a diario el idioma o cualquier naturaleza de expresión.
El envilecimiento del respeto, de las normas de convivencia, del apego a los valores cívicos, llega con la globalización como sistema y arquetipo de comportamiento en todos los niveles. Dijo alguna vez Rafael Belaunde que las masas se combaten con las masas, pero estas masas deben tener líderes convencidos de su verdad y valientes para afrontar en un gran proyecto nacional realidades que no podemos negar ni apostrofar simplistamente.
¿Por causa de qué el Congreso es repudiado por casi 90% de la ciudadanía? ¿Y porqué ocurre casi lo mismo con los medios de comunicación? Precisamente, porque el pueblo siente que sus políticos son marcianos y viven fantasías que contrastan con su miseria e impotencia. Y que los medios mienten y exageran, consagran a imbéciles como líderes de opinión y a retrasados mentales como analistas o intérpretes de su vertiginosa y cambiante realidad. A gran parte de ellos los ha visto claudicar a través de limosnas o de coimas, por tanto, no los respeta, no los quiere, pero está condenado a votar por ellos porque ¡no hay otros!
Por tanto, es ¡hora de despertar y producir la gran revolución de los espíritus! ¡Y que no se nos siga engañando con más Yanacochas, Tambograndes o Camiseas por citar ejemplos en los que el bien de minorías ha sido el elan fundamental de sus causas! ¡Las mayorías siguen fuera del juego, sólo son consultados cada cinco años y son los eternos convidados de piedra de toda la historia del Perú!
¡Troika divina!
“La táctica es muy sencilla y efectiva a la vez, para eso han creado una conspicua trinidad: los “nuevos conquistadores” del oro, los negociantes de la pobreza y los periodistas panfletarios. Para suerte de ellos, el pueblo cajamarquino es muy dócil y presa fácil de cualquier manipulación (señoritas que se casan, cemento que se regala a una escuela, camisetas para un insignificante club de futbolistas, gorras con el emblema de Yanacocha para los campesinos, una cruz de “oro” para algún cura rebelde, etc), la lista es muy larga”, anota Seifert.
Los tentáculos del pulpo
Seifert ha definido siete apéndices harto mañosos que sirven a Yanacocha para atenazar a Cajamarca y los describe de este modo:
Tentáculo 1: Yanacocha maneja y “manipula” indirectamente a la Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca, asimismo está metida en Senati para distorsionar la educación de los jóvenes cajamarquinos.
Tentáculo 2: Han formado La Asociación Yanacocha, con participación de algunas ONGs, dedicadas exclusivamente al paternalismo y asistencialismo.
Tentáculo 3: Para congraciarse con el pueblo cajamarquino financia el carnaval, una maratón y la restauración del museo arqueológico de la Universidad local. Y para aparecer como fomentadores culturales han financiado dos libros: “La jalca de Oro” y “Cajamarca competitiva”.
Tentáculo 4: Tratan de influir en la opinión pública a través de la prensa comprada y con la ejecución de seminarios —aparentemente importantes— y que incluyen la tarea de impresionar al público asistente. Este fue el caso del seminario sobre la historia de Cajamarca, y el seminario sobre los medios de comunicación en el que se refirió a la prensa “venal” en general, curiosa situación.
Yanacocha auspició en mayo de 1999 el evento Perú 2021 sobre la problemática del Perú y Cajamarca: el futuro posible. El certamen fue celebrado en el lujoso hotel Laguna Seca de los Baños del Inca y contó con la participación de cuarenta “líderes” locales, incluyendo a los asesores “ecologistas” y ninguno de los líderes opositores a la mina.
Tentáculo 5: Han propuesto un proyecto orientado a la producción de concentrado para el ganado lechero, con participación de experto israelitas. Allí urdieron ingeniosamente un plan. George Hash Aviah, argentino, es un presunto agente secreto del gobierno israelí y entonces se desempeñaba como “asesor” de César Paredes Canto, ex-presidente de la Asamblea Nacional de Rectores y ex-segundo vicepresidente del país. ¡Qué tal pareja! Ya “rompieron” FONGAL con la participación de ADEFOR y NESTLE (otra empresa transnacional, llamada en Cajamarca INCALAC).
A esto se suma el desprestigio de que fue objeto todo el trabajo en general del Estado, cuando surgieron las ONGs que se suponía iban a desarrollar un “mejor trabajo”. ¡Qué tal desengaño!. Salvo para un ojo de aguja y una cabeza de alfiler, el trabajo de las ONGs y netamente de ADEFOR, sus logros, han sido mejores y que por equis razones habrían dejado alguna huella en el campesino. Actualmente ADEFOR con el pretexto de su “loable” trabajo social “grita” para conseguir más dinero de los belgas o ¡de quien sea! Total lo que les interesa es mantener su aparato burocrático y “utilizar” a los campesinos y presumiblemente defender así un trabajo de reforestación de los años 70. Ya “vendieron” su alma al pulpo. Los técnicos que trabajaban o laboraban en ADEFOR, hoy en día son contratados por Yanacocha, se pasean ufanos por los campos empobrecidos y contaminados alrededor de la mina, para “lavar” la cara sucia de esta empresa y se han puesto a la cabeza de una careta ecológica en cuanto a la defensa del medio ambiente se refiere. ¡Qué tal hipocresía! ¡Por un plato de lentejas se es capaz de todo y el trabajo “sucio” de ADEFOR es eso!
Tentáculo 6: La oficina de RRPP de Yanacocha está ubicada en el jirón Amazonas 725, promueve las visitas “guiadas a la mina” y su área social, mal definida como de desarrollo rural, regala a los campesinos mendrugos, sobrantes de las comilonas mineras.
Tentáculo 7: La corrupción subterránea que presumiblemente favorece a policías, fiscales, miembros del Poder Judicial y algunos directores de colegios nacionales en las inmediaciones de la mina.”
Tareas y responsabilidades
Seifert ha cumplido un valioso trabajo desde la obra-denuncia Yanacocha: ¿el sueño dorado? Cabe ahora, en esta noche de reflexión crítica y severa, preguntar ¿y ahora qué hacemos? Y dentro de esta óptica hay la posibilidad cómoda de no hacer nada y dejar que las cosas sigan como están. En buen romance: ¡hacernos los bobos y que la globalización etiquetada con el marbete de Yanacocha continúe envenenando los campos, destruyendo los ecosistemas y aniquilando cualquier tipo de vida en Cajamarca!
¿A tanto puede llegar el cinismo centralista que es parte fundamental de la tragedia de la vida peruana? ¿Tendremos que esperar que nos cianuren los campos como en Cajamarca para reaccionar cuando ya sea demasiado tarde? ¿Es la cobardía nuestro blasón y estandarte de ciudadanos “modernos” y globalizados?
¡Estoy persuadido que sólo los sinverguenzas y vendepatrias creen en esas formas pusilánimes de escapismo!
En pocos días más vamos a alcanzar un proyecto de ley al parlamentario Bustamante para que se conforme, de una vez por todas, la Comisión de la Verdad sobre la Minería en el Perú que determine la viabilidad de muchos así llamados mega-proyectos y su impacto social en beneficio de las mayorías nacionales. Si, como hasta hoy, el lucro sólo reditúa a plutocracias insolentes, anticholas, racistas y estúpidas, entonces ¡no sirven para nada y mejor que se busquen otro país donde cometer sus fechorías!
Además, esa Comisión tiene que tener de manera imprescindible la participación de las empresas mineras para que éstas abran sus archivos, investigaciones, informaciones, bajo apercibimiento de ley, para que la opinión pública conozca todos los detalles del desarrollo que pretenden impulsar muchas veces con máscaras progresistas pero que siempre, ¡oh casualidad!, benefician al círculo cerrado y canalla de unos pocos aventureros que son siempre los mismos, desde los abuelos hasta los nietos, definidos sólo como peruanos por casualidad carentes de cualquier amor a la patria y un desmedido afán de ganar dólares, así sea matando.
Y quiero recordar con unción y respeto la memoria de Godofredo García Baca, líder de los agricultores tambograndinos en Piura que cayó abaleado por la garra asesina de quienes sabían que él era un obstáculo para Minera Manhattan y su plan de deportación masiva de ese pueblo en nombre de la extracción del oro. Hasta hoy Tambogrande sigue respondiendo con valentía y este ejemplo tiene que tener, sin duda alguna, el más rotundo y combativo respaldo del resto del país. ¡Godofredo García Baca: Presente!
Esa Comisión de la Verdad de la Minería en el Perú debe tener entre sus integrantes a delegados de todos los pueblos en que se quiera hacer extracción minera y también elementos de la más alta calidad técnica internacional. El ingeniero Seifert ha denunciado que gran parte de las ONGs en Cajamarca ya han vendido hasta el último rincón de sus sucias consciencias pero sabemos también que hay esfuerzos novísimos e insobornables por preservar el destino de vida y horizonte del pueblo cajamarquino.
Tal Comisión debe además señalar con nombres y apellidos, a las malas autoridades que permitieron la depredación y el daño al medio ambiente a través de licencias trucadas o compradas o documentos obtenidos de mala manera como, por ejemplo, los títulos de propiedad de las tierras que en Cajamarca, Yanacocha ha comprado a precios irrisorios.
¡Y no es el único caso! En Camisea, en San Martín y en Cashiriari, Pluspetrol, ese consorcio de ínfima categoría que está procurando vender su participación en Camisea al mejor postor, también ha hecho lo mismo: extorsionó y “compró” a precios mínimos aquellas tierras. ¡Noten el patrón siempre es el mismo!
Acaso, y para eso vamos a necesitar la ayuda eficiente del congresista Bustamante, sea importante consignar que deben existir penas para los malos funcionarios que están encargados de mentir a como dé lugar a favor de las empresas que les pagan por tal cometido. A los “mermeleros”, es decir a los periodistas venales, hay que enrostrarles su falta y castigarlos de por vida. Y también a los ingenieros y técnicos que en lugar de competir por hacer obras para el pueblo del Perú, sólo concursan para llenarse los bolsillos y asegurar privilegios de cenáculo y dólares y más dólares.
¿Qué de raro tendría que mañana o pasado, el auto-llamado “diario de la verdad” El Comercio, se alce sobre sus oxidados goznes de subdecano proditor, para gritar urbi et orbi: ¡quieren desalentar la inversión extranjera?
¿A quién pretenden engañar? Inversión que viene bajo los supuestos de que son las trampas y no las leyes que cuidan del medio ambiente y la vida de los habitantes, es deleznable y es mejor no recibirla porque conlleva la traición antipatriota y explotadora.
El Perú es un país curioso porque tiene miles de “analistas”, “estrategas”, “politólogos”, “periodistas” y demás títulos pomposos. Pero apenas hay un puñado hablando y denunciando a esa empresa ladrona y criminal que es Yanacocha. Por suerte, sí hay unos cuantos y a esos hay que matarlos antes que cejen en la lucha por un Perú libre, justo y culto. Y si es ese el precio, pues que ¡qué viva la muerte! Porque después de ella, como el Ave Fénix, resurgirá firme e invicta, la voluntad libertadora de las nuevas generaciones que tendrán un ejemplo limpio, generoso y patriota en el sacrificio de sus paradigmas porque la guardia muere, pero no se rinde!
Señoras y señoras, cuanto he dicho queda en su conciencia, que sea ella la que dicte sus próximos pasos.
A usted ingeniero Reinhard Seifert voy a decirle algo en su idioma natal: Vielen dank, wir brauchen ihnen helfen! ¡Muchas gracias, necesitamos su ayuda!
Muchas graciasLea www.voltairenet.org/es