Fernando, el único hijo que sobrevivió a José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, al fín recibiría un entierro digno en el Perú, pues se iniciarán los trámites para la repatriación de sus restos desde España, acción que emprenderán el Centro de Estudios Históricos Militares del Perú y el Instituto de Desarrollo Ético de América.
Dibujo: La Primera.
Los representantes de ambas instituciones, Gral .EP Herrmann F. Hamann y Ricardo Noriega Salaverry respectivamente, suscribirán un convernio para alcanzar dicho objetivo.
Su padre, Túpac Amaru II, descendiente del último Inca de Vilcabamba, encabezó en 1780, nueve años antes de la Revolución Francesa, una revolución independentista que fue sofocada por las fuerzas del virrey Agustín de Jáuregui.
Su esposa, Micaela Bastidas, con más visión táctica, había aconsejado atacar de inmediato al Cusco y lograr su rendición, pero Túpac Amaru erró al no escucharla y se concentró en otras villas, lo que dio tiempo a un traidor para delatarlos. Tomado prisionero, él, sus familiares y colaboradores fueron, en total diez, ejecutados públicamente el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de Armas del Cusco. No obstante, esta rebelión impactó y siguieron otros focos rebeldes que se sucedieron hasta la intependencia en 1821.
Siendo niño fue obligado a presenciar la ejecución de sus padres
Para entonces, Fernandito tenía 11 años y lo obligaron a presenciar, junto con sus padres y su hermano Mariano, primero la ejecución de su hermano Hipólito, a quien arrancaron la lengua y después ahorcaron. Siguió su madre, Micaela Bastidas: le arrancaron la lengua y la sentaron para ahorcarla con el tornillo del garrote, pero al ser su cuello muy delgado no pudieron y le ataron un lazo al cuello del cual jalaron para acabarla a puntapiés en el pecho y el vientre, para después descuartizarlas y exhibir la cabeza y extremidades en distintos lugares.
Ejecución de Micaela Bastidas. Dibujo: La Primera
Llegó el turno de su padre: el visitador José Antonio de Areche, paradójicamente enviado por el rey Carlos III de España para investigar los abusos contra los indígenas, le había exigido en el calabozo a cambio de promesas, los nombres de los cómplices de la rebelión y Túpac Amaru II le contestó: «Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte». Le arrancaron la lengua y quisieron desmembrarlo atando un caballo a cada extremidad. Cuando los equinos partieron en las cuatro direcciones y levantaron en el aire el cuerpo, Fernandito lanzó un gran grito de espanto que remeció al Cusco. Al ser de contextura fuerte, no lograron desmembrarlo, por lo cual le quebraron las coyunturas y la pelvis para después cortarle la cabeza y descuartizarlo. Su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca (hoy provincia de Chumbivilcas, Cusco) y en Santa Rosa (hoy provincia de Melgar, Puno). Algunos cronistas relatan que la plaza se cubrió de nubes negras durante la ejecución.
Continúa el calvario
Real Felipe, Callao, primera prisión de Fernando Túpac Amaru |
Tras las ejecuciones, Fernandito, con otros rebeldes, fue recluido en la fortaleza del Real Felipe del Callao, obligados a caminar desde el Cusco por 70 días. Allí permaneció con su hermano Mariano, que murió el 27 de julio de 1784 a los 21 años, y otros familiares Túpac Amaru y Bastidas. En 1784 se dictó la orden de su destierro a África y lo embarcaron en una nave llena de oro y plata.
Durante su viaje salvó de un naufragio junto con un oficial. Tal vez pensó que entregarse le valdría el perdón, pero lo encarcelaron desde los 13 años en el castillo de San Sebastián y en Santa Catalina en Cádiz. Varias veces Fernando solicitó su libertad al rey, pero solo se le cambió de lugar de reclusión. El virrey Jaúregui había sugerido se le recluya en España para evitar que alguna potencia lo rescate en África.
Temiendo los españoles que continúe la descendencia de Túpac Amaru, lo castraron. Tiempo después es trasladado para estudiar en las escuelas Pías de Getafe y de Lavapiés, donde aprendió gramática, retórica, latín, filosofía, matemáticas y dibujo. En razón de un aprendizaje de las artes de gobierno, pidió ejercer un trabajo de funcionario de administración pública, pero se lo impidieron y continuó una existencia de carencias, enfermedades y penurias que terminaron con su muerte a los 31 años, el 19 agosto de 1799.
Poco antes de fallecer, escribió esta carta a un destinatario no confirmado:
Exmo señor:
La innata bondad de V.E. le hará comprender mi mucha indigencia y que por eso é recibido los Santos Sacramentos.
Hace años se me niega la pensión por Real orden menos se me deja trabajar en oficina para lo que fui preparado. É recurrido a la Tesorería Mayor y no existe equidad en su criterio y menos se me atiende a las varias reclamaciones. Con la salud quebrantada á causa de un injusto cautiverio sufrido desde los 13 años suplico humilde ordene se cumplan las leyes en España. Sin recursos para alimentos y baños medicinales es imposible subsistir además con una vejez prematura. A causa de muchas deudas acumuladas soy perseguido y demandado por acreedores. Dios Todopoderoso sabe como pude soportar estoico 17 años enterrado vivo en diversas mazmorras solo por el delito de haber nacido inocente y libre para después ser convertido en este reino en una sombra que duele.
Madrid 2 de diciembre de 1798
B.L.P.de V. E. su más
Humilde y rendido criado.
Fernando Túpac Amaru Bastidas