educacion secundaria peruPor: David Auris Villegas                                                                      

La educación, entendida como conocimiento desde tiempos remotos, ¿Acaso sirvió para oprimir a multitudes? Desde las tribus hasta la posmodernidad, probablemente en nombre del poder, hemos cerrado las puertas de las oportunidades a la inmensa mayoría, por lo que es tiempo de abrirla, pues, acceder a una educación de calidad, es un Derecho a la vida.

 

En el Tahuantinsuyo, el pueblo agrupado en ayllus, ejercieron la “pedagogía de la resistencia”, transfiriendo a sus generaciones los conocimientos y valores necesarios para vivir. La nobleza elitista aprovechó esa labor solidaria para gobernarlos. Para ello, crearon el Yachaywasi a cargo de amautas, al que solamente asistían sus hijos para ser adoctrinados en el arte de gobernar como coinciden los expertos.

Esa educación elitista contribuyó al rápido derrumbe del imperio incaico, ante la invasión española, dando comienzo al feroz crimen de lesa humanidad. Abatidos nuestros antepasados y despojados de sus tierras, padecieron el mayor ultraje, bajo las botas de un inhumano sistema colonial.

En Perú y Latinoamérica, los españoles medioevales, conscientes del poder del conocimiento, impusieron una educación elitista y excluyente. Paradójicamente, esa diferencia social vislumbrada por los incas, la educación colonial profundizó y ancló en el pensamiento colectivo, el desprecio hacia el indígena por un espacio de tres siglos que, aún no logramos sacudirnos en esta era de la posverdad.

Fundaron la universidad de San Marcos y otras instituciones, donde educaban a españoles, criollos y mestizos, para gobernar la colonia, forjando una mentalidad de superioridad contra esclavos indígenas y afrodescendientes, considerados “salvajes”, sin derecho a la educación.

Extirpado el poder español, inicia la vida republicana. Los esfuerzos de San Martín, Bolívar y Castilla, para masificar la educación en toda la república, no tuvieron eco, debido a la mentalidad segregacionista de los altos funcionarios criollos y mestizos, ahora los nuevos poderosos.

Estos burócratas de la educación, incapaces de comprender el auge de la industrialización, afianzaron su poder hasta hoy. Continuaron fomentando una educación colonial, con un membrete republicano, asentando más la brecha entre los pocos ricos y el inmenso bolsón de ex esclavos libres, pero, herederos de una mentalidad de inferioridad superada solo accediendo a la educación.

A inicios del siglo XX, Pardo impulsa sin éxito la universalización de la educación primaria. Aparecen las universidades privadas en las grandes ciudades, favoreciendo su desarrollo en detrimento de la población rural. A fin de siglo, gracias a Fujimori, se formaliza el gran negocio de la educación en todos los niveles, ahondando la brecha de acceso a la educación de calidad.

En el siglo XXI, García, emulando a la colonia, impulsa la creación de Colegios Mayores al nivel de la OCDE, que suman 26 para “los más inteligentes”, fondeando en el olvido a miles de escuelas públicas, abofeteando de esta manera, los esfuerzos del Objetivo del Desarrollo Sostenido, abocados a fomentar una educación de calidad para todas y todos.

A la luz de los avances científicos, el ser humano no solo requiere conocimientos, necesita ser educado para la convivencia solidaria. Unos pocos no podremos remar el tempestuoso mar de la incertidumbre, por lo que es necesario, comprometer a todos para no sucumbir ante la avalancha de la ignorancia.

Modifiquemos el curso de la historia, capacitando a los gobernantes y funcionarios para que aprendan, el concepto de educación para la vida, extirpando su pensamiento neocolonial de fotos y absurdas meritocracias que solo han acentuado las brechas sociales.

Fuentes:

© David Auris Villegas. Escritor y pedagogo peruano. Teórico de la educación para el desarrollo sostenible.

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