Estos son los frutos de la exaltación de la ideología de género que promueven las ONG que reciben millones de los lobbies LGTB internacionales, hombres que se disfrazan de mujer para violar, para competir físicamente en deportes con mujeres, para ingresar a servicios higiénicos a molestar a las mujeres o para pedir, si son condenados a prisión, ir a cárceles de mujeres para perpetrar violaciones.
Marvin Gianinni Gómez Gonzales, de 32 años, hombre vestido de mujer que se hacía llamar Tiffany Gómez Gonzáles, quien fue llevado a trabajar al Congreso por Susel Paredes, ha sido condenado a cadena perpetua por violación sexual en agravio de dos menores de edad.
El depravado, que se hacía llamar Tiffany, pagó 20 y 40 soles a dos menores de 12 años para violarlos, señala el expediente fiscal presentado al Poder Judicial. Los delitos datan del año 2022, en el distrito limeño de San Martín de Porres.
La sentencia contó con la unanimidad de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte mediante el Juzgado Penal Colegiado Especializado en Delitos Asociados a la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar. La resolución incluyó el delito de cliente de adolescente, en agravio de un menor de 14 años, a quien pidió traerle dos amigos para tener relaciones sexuales a cambio de dinero.
La reparación civil fue fijada en 160 mil soles en favor de los menores víctimas. Al ser sentenciado, el violador cumplía prisión preventiva en el penal de Aucallama, Huaral.
El degenerado utilizaba su disfraz de mujer para ganar la confianza de los menores y cometió el delito en un descampado cercano al mercado Condevilla. A cambio de practicárles sexo oral, les prometió pagarles 20 y 40 soles.
“Al hablarlo con mi hijo me dijo que una señora se les acercó y les ofreció, primero, 20 y luego 30 soles para que se dejaran hacer sexo oral. Mi hijo nunca había agrrado tanto dinero. Se dejaron envolver. Los llevó a un terreno descampado, detrás del mercado, donde botan la basura”, relató una de las mamás de los menores víctima.
“Mi hijo me dijo que estaba lastimado. Ahí me contó que una señora les había ofrecido dinero por tener relaciones [sexuales]” y agregó que se había presentado como “la tía”. “Fuimos a la calle a indagar con más niños del barrio y descubrimos su apodo: la Recargadora del Free Fire”, relató.
Posteriormente, ante las noticias de estos delitos, se supo que el degenerado frecuentaba los alrededores de una cabina de internet en San Martín de Porres, lugar que usaba para captar sus presas, pues era concurrido diariamente por menores entre los 10 y 16 años.
El delincuente tenía estudios en Ciencias de la Comunicación, con especialidad en Comunicación Política y Propaganda y percibía unos S/ 5 mil mensuales. Susel Paredes lo conocía desde que trabajó en la municipalidad de La Victoria. De allí lo llevó a la comuna de Magdalena, donde trabajó Paredes.
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