(Leído en las calles de Barcelona ante el Consulado de la República de Francia)
Invierno de 2018
Nos hallamos aquí para denunciar la agresión imperialista (hiper-destructora, cínica y asesina) que lleva ocho años asolando la República Árabe Siria y el pueblo sirio. No podemos decir, a diferencia del neo izquierdismo farisaico y de su prensa sionista, que la agresión se haya recrudecido en los últimos meses o semanas a raíz de los ataques directos e incursiones israelíes, francesas, turcas y estadounidenses; pues lo cierto es que la intensidad y nocividad del Terror imperialista no ha sido menor cuando de ello se han encargado las bandas mercenarias y/o sectarias o fanáticas creadas por dichas y otras potencias.
La tendencia táctica es más bien la inversa: en un marco de entrampamiento imperialista tras las grandes y recientes victorias del Ejército Árabe Sirio y de los aliados del país, es cuando las potencias agresoras renuncian ya a cualquier objetivo político de cambio de Estado y pasan a intensificar sus presencias y violencias directas. Esto a fin de hacerse con posiciones de fuerza con las que imponer marcos de “negociación” (imposición de los hechos hiper-destructores consumados) al tiempo que conseguir enquistarse en pretendidas áreas territoriales o incluso proto-estatales de influencia y explotación, como el inventado “Kurdistán”.
“Occidente” sigue tratando de desplegar su Agenda darwinista de selección mortífera: reducir los países disidentes y prósperos a un terreno baldío de polvo y de Nada, donde fracciones tribalizadas sean puestas a competir entre sí por trozos de terreno cuyo subsuelo entregar a los monopolios “occidentales”. Eso es lo que se pretende: la “evolución” de la alteridad no-occidental hacia el “lobo para el hombre” atomizado en el caos. Bajo la bota ordenadora mundialista del superlobo para el hombre que es el homo economicus “occidental”. Mundo dualizado, pues, donde el utilitarismo civilizado de los países ganadores se materializa como agresividad laboral, competitividad, voluntarismo despótico, torsión de la naturaleza, sobre-abastecimiento, gratificación individual y optimización del provecho social de lo parasitado y expoliado a los países perdedores. Países perdedores, cuya programación de vida utilitarista queda excluida de “la civilización” para verse materializada como lucha por la mera supervivencia, estado de “guerra” permanente y subconsumo de residuos de la sobreproducción.
“Occidente” no podía tolerar alteridad exitosa alguna, y menos tratándose de Siria: un país cuyo potencial acumulado amenazaba el libre discurrir del proyecto israelita de sometimiento político regional tanto como de limpieza “étnica” de los aborígenes árabes en todo el arco de territorios fabulados desde el Antiguo Testamento por el judeosupremacismo. En función de la clasificación mundial en tipos, Siria transgredió todos los tabús, y no precisamente aquellos que de modo falaz se le imputan pero que son en efecto cometidos por los Elegidos y por su imperialismo como si fueran sus sangrientas prerrogativas naturales. Los únicos crímenes que Siria ha cometido contra el llamado “orden internacional” son los alusivos a...
Disponer de soberanía alimentaria y financiera; máximos a precios para los productos básicos; educación nacional eficiente y reproductora de notable justicia social;
Sanidad gratuita y universal; producción de bienes de equipo; Industria pujante algodonera, textil exportadora, del calzado y de cienmil productos de uso cotidiano civil; Soberanía industrial farmacéutica y exportación regional...;
Elevado % de profesionales especializados y de técnicos y personal de I + D.
Elevar a la categoría de Razón de Estado la resistencia árabe e inter-nacional al modelaje regional y mundial en vías de implementación por la élite supremacista bien a través de su engendro israelí o bien a través de subsumir al mundo árabe en el entreguismo económico y en la dependencia política y financiera a través del llamado “islam político” y de su órgano de implementación y de control sociopolítico sectario la “hermandad musulmana”.
Ser una sociedad donde la práctica de la socialidad a través de un abanico de vínculos comunitarios más allá de la confesión o de la familia propia, brinda efectos de cohesión, de solidaridad y de identificación, además de ser un importante motor provisor de satisfacción de necesidades con la puesta en juego colectivo de porciones de producto social y de trabajo.
Es apreciable, pues, el ultraje que en relación a la hoja de ruta “internacional” representa tamaña “hoja de crímenes” cometidos por la República Árabe Siria. “Fechorías” sintetizables en el empeño por seguir siendo alteridad poderosa en lugar de mísera y hundida, en un perímetro planetario extra-occidental en vías de cosificación como espacio político a la carrera por mejor servir provisiones al individuo ganador y a su mundo de primera clase -privativo y privado. Nosotros, hoy a pie de calle en esta ciudad devenida periferia recreativa del imperio, seguiremos aportando nuestro grano de arena a la inter-nacionalización de la alteridad irredenta que Siria sintetiza hoy. Alteridad-vértice de un espacio territorial que, debido a un complejo fondo causal teológico, económico y geográfico, concentra el antagonismo milenario entre la humanidad y quienes creen a ésta su establo de bestias con destino metahistórico de servidumbre.
Tamer Sarkis Fernández
Comité Antiimperialista