Religión por el poder



Por Alberto Piris*

En su biografía de Descartes, Richard A. Watson alude al cardenal francés Jacques Davy du Perron, de quien el filósofo derivó, al parecer, su título nobiliario de “señor de Perron”.

Antes de alcanzar tan alta categoría eclesiástica, el cardenal, formuló un ataque devastador contra el ateísmo y dio varias pruebas de la existencia irrefutable de Dios en audiencia concedida por Enrique III, rey de Francia. El rey le hizo saber en cuánto estimaba su elocuencia y su preparación teológica. Acto seguido, escribe Watson, “Du Perron objetó, con modestia, que no tenía importancia, y ofreció regresar al día siguiente y usar las mismas pruebas para argumentar a favor del ateísmo y demostrar que Dios no existía. Enrique se escandalizó y expulsó a Du Perron de la corte. No por largo tiempo, porque su lengua áurea era útil”.