TLC con Chile: El patético desconocimiento de nuestra historia

Por Juan Sheput

La reciente puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Chile, inconstitucional desde cualquier punto de vista, ha demostrado que, en materia de conocimiento de nuestra historia, es patética la indiferencia hacia los acontecimientos que forjaron nuestra Nación.


Me parece válido decir, como Marco Sifuentes en Útero.pe que "a mi el antichilenismo en general me escarapela, me parece patético, es demostrar que no terminamos de superar una derrota que ocurrió hace más de un siglo", pero esta frase de Ocram, muy repetida y muy general, nos lleva a otra realidad: el profundo desconocimiento de la Historia del Perú por parte de nuestros compatriotas, específicamente del periodo conocido como la Guerra con Chile.

Gran parte de los problemas del Perú se deben a ello, al desconocimiento de nuestra Historia. Sir Winston Churchill decía que "si puedo ver lejos es porque permanentemente miro hacia atrás", es decir se nutría de la Historia. Y si los peruanos nos nutriéramos de la misma, pues nos daríamos cuenta que se están repitiendo las condiciones que nos llevaron a la guerra hace 130 años, entre otras cosas por la mediocridad y falta de visión de los actuales gobernantes.

Hoy día en la mañana, por ejemplo, mi amigo Víctor Andrés Ponce en CPN Radio decía en entrevista a Jaime Cáceres Sayán presidente de la CONFIEP, que la principal defensa contra una guerra son las inversiones de Chile en el Perú. Ese argumento ya lo he escuchado antes a Rafael Rey y Ántero Flores-Araóz. En los altos funcionarios de Alan García puede ser justificable su falta de cultura pues se sabe cuáles son sus afanes , pero en Víctor Andrés, escritor renombrado y estudioso de la guerra interna contra Sendero Luminoso, nos llama la atención.

A mediados del siglo XIX, las reservas de Salitre en el Sur de Perú y en Bolivia aceleraron la codicia de Inglaterra que apoyó a Chile para que estas pasaran, vía la inversión, a su control y así se alejaran de la influencia española. Como saben el Salitre no sólo sirve como abono (innecesario para el Perú por esa época por nuestras gigantescas reservas de guano de la isla) sino como materia prima de los explosivos. Una guerra tiene como uno de sus indicadores de potencia, la transformación de salitre en explosivos. Y digo aceleró porque el descubrimiento de salitre en Perú y Bolivia despertó en Inglaterra el deseo de ayudarnos en la Guerra de independencia, enviando a Cochrane y Lynch. Lo que querían es que esas reservas no estén en manos del imperio español.

Años más tarde, las empresas inversoras anglo-chilenas ubicadas en Antofagasta y Tarapacá fueron soporte logístico de las tropas chilenas en su paso hacia Perú.

Cuando fue el desfile militar chileno en el Jirón de la Unión, durante el triste periodo de la ocupación limeña, el jirón se embanderó en los comercios textiles anglo-chilenos con la bandera del Sur.

Estos son tan sólo algunos puntos que se me vienen a la mente producto de mis lecturas sobre la guerra. Las condiciones se están repitiendo y lo penoso es que no nos damos cuenta. Termino este post con una frase, palabras más, palabras menos, del prestigioso historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, una de las características de la sociedad peruana es el desconocimiento de su rico pasado y de su historia. Así es, así sigue siendo.

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