Isabel Peña Rodríguez*
La familia es la primera organización de los seres humanos, es el núcleo básico en una sociedad. Agrupación basada en lazos de consanguinidad, reconocida socialmente en el matrimonio.
Asimismo, según el modelo sistémico, la familia constituye también un cuadro de relaciones, es decir, en su engranaje, la interacción entre sus miembros, da una característica específica que va mas allá de la superposición de características individuales.
El adolescente se encuentra ubicado en este ámbito, lo que determina la conducta y su comportamiento, que es interdependiente y mutuamente regulado. En el devenir de su vida se van regulando ciertos patrones de interacción que rigen el funcionamiento de los miembros.
La familia se encuentra incluida en un entorno social que transmite a sus miembros valores y creencias de la cultura a que pertenece. El adolescente vive la interacción social, aquí la familia juega un rol muy importante, de modulador, permitiendo que no impacten en ellos factores culturales que perturben su desarrollo evolutivo.
La familia tiene un rol importante en el adolescente frente a los fenómenos sociales como internet, videojuegos y también ejerce un efecto de protección frente al uso indiscriminado de estos fenómenos, lo cual evitaría la aparición de conductas adictivas, lo que llamamos la “ciberadicción”.
En la familia se desarrollan subsistemas, como por ejemplo: el subsistema conyugal o parental y de los hermanos, estos desarrollan fronteras y límites.
Los límites se reflejan en la distancia física entre sus miembros, la conexión emocional, esto influye en la conducta, comunicación, afecto y comportamiento de los mismos.
Cuando estos límites son claros, permiten a la familia una dinámica adecuada, buena comunicación, es más funcional en cuanto a roles, funciones y conductas de tal manera que se puede hacer frente a los cambios evolutivos y sociales. De ese modo la familia afronta de manera adecuada la adolescencia o simplemente otros fenómenos sociales como la forma de vestir, la carrera o profesión que deben estudiar, etc.
Para el adolescente, un sistema familiar con reglas claras y flexibles ayuda a manejar sus conflictos y crisis. Si en la familia se da esta dinámica, es una familia sana o funcional.
Si esto no ocurre por la existencia de límites difusos por lo tanto no habrá diferenciación entre sus miembros. A veces los padres se involucran demasiado en la privacidad de sus hijos.
Aquí el adolescente no encontrará reglas o normas claras, incluso notará que la relación de los padres no son las adecuadas y que, incluso, se descalifican entre ellos.
En este contexto, se pueden generar severos problemas de conducta en los adolescentes, desplegando medidas dramáticas, llegando los padres a perder el control sobre ellos, pudiendo llegar al maltrato y la violencia familiar.
Continuará……
03.11.2020
*Psicoterapeuta
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