obreros pavimentado pistasJulio Cesar Bazán Figueroa* 
 
Lo que caracteriza un periodo de pandemia y de elecciones generales, en simultaneo; son la cuarentena, el distanciamiento social, los protocolos de bioseguridad, los mítines, el contacto con los electores, las promesas de todo tipo y como telón de fondo el colapso de los sistemas sanitarios y de protección social; y con las medidas de freno a los contagios llega la pérdida del empleo, la reducción de ingresos e incluso el hambre en los auto empleados y la parálisis económica con gran impacto las MYPE.
 
En ese escenario, el sindicalismo tiene que establecer prioridades, ocupando el primer lugar la protección de la salud y la vida de todos los seres humanos, entre ellos los trabajadores. Consecuentemente con ello, la organización sindical tiene que propugnar que todos y todas cumplamos las medidas epidemiológicas, con todas sus implicancias. Lo cual implica exigir a las grandes empresas, mantener el empleo y políticas de solidaridad. Y al estado, cobertura universal de las necesidades básicas, de los más vulnerables.
 
Para el sindicalismo en la campaña electoral en pandemia, debe quedar en ultimo orden, los mítines públicos y las reuniones presenciales; y en primer orden, la difusión clara y precisa de las propuestas de visión de país de las organizaciones que postulan candidatos; así como, el procesamiento democrático del análisis riguroso de ellas; sobre todo de los planteamientos en torno la relación del estado con el mercado, las empresas y la producción; y sobre la incumbencia del estado, con la protección social universal.
 
En ese orden de ideas; en el Perú, nos pronunciamos a favor de las medidas sanitarias impulsadas por el gobierno peruano; cuestionamos las manifestaciones de vacilación del gobierno frente al empresariado y ausencia de dialogo social; exigimos el estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y de los planes de seguridad y salud en los trabajos, esenciales. Reclamamos contratos permanentes y equipos de protección personal, a los profesionales de la salud sin distinción de especialidades.
 
Demandamos a nivel territorial; el fortalecimiento y el financiamiento público de ollas comunes por zonas en todos los distritos con equipos de protección personal al voluntariado; exigimos la asignación universal de un ingreso mínimo vital, a los trabajadores auto empleados. Y a nivel sectorial nos pronunciamos a favor de la suspensión, de las obligaciones fiscales a las empresas que mantienen el empleo, de los pagos de alquiler de locales de las MYPES y de los aportes mensuales y comisiones a las AFP. 
 
En el aspecto político electoral, nos pronunciamos a favor de la suspensión estricta de las convocatorias a mítines públicos, llamamos a todo el pueblo a no conglomerarse y a mantener el distanciamiento social en su relación con los candidatos; exhortamos a los agrupamientos con candidaturas, definiciones sobre la propuesta social, de un pacto político-social constituyente de consenso; en torno a la relación del estado con el mercado; y al rol del estado, el empresariado y la sociedad, en torno a los derechos humanos.
 
Sin duda, en simultaneo el sindicalismo en todos los niveles; tiene que mantener en alto el rol de vigilancia social, frente a las políticas laborales gubernamentales y empresariales; del mismo modo el rol de respuesta social inmediata, frente a los actos de inobservancia del estado, de su deber de garantizar y de las empresas de su obligación de cumplir, los derechos humanos; tiene que ser una práctica cotidiana, a fin de prevenir o remediar los daños causados a la sociedad, la naturaleza y a los trabajadores.
 
* Secretario General de la CUT - Perú