La noticia informa: Ejecutivo promulgó la ley de reforma electoral que modifica la modalidad de las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, conocidas como las PASO.
Y con puntual señalamiento Juan de la Puente anota: “Cerraron el sistema político. La elección de 2026 será entre amigos. Casi 800 mil firmas para un partido nuevo, voto preferencial, candidatos elegidos a dedo desde Lima y plata como cancha en la campaña sin fiscalización. Quieren reelegir el régimen autoritario corrupto”.
Una pregunta de varios megatones: ¿podríase esperar que los marginales, desadaptados, rufianes y capituleros produjeran otra cosa que un corralito para preservarse en la “política”? Me temo que la respuesta es obvia: ¡ni de broma!
Irnos al otro extremo de atribuir a las PASO virtudes inexistentes o maravillas democráticas ideales, es también un balanceo pendular entre aspirar y lo que es una realidad concreta. Desde hace décadas vive Perú atenazado entre sueños de opio de una literatura gárrula e infecunda aunque con señalado tinte social.
Los clubes electorales, alias partidos políticos, que hay, todos juntos no hacen una potente maquinaria organizada y menos electoral. Con lidercitos de pacotilla, subastadores y compradores de puestos en dólares y euros, charlatanes de quinta categoría, destilan ignorancia y barbarie por donde pasan.
El voto preferencial fue una creación de los militares en 1978 para las elecciones a la Asamblea Constituyente. Ya en retirada los uniformados pretendieron golpear a una fuerza política, el Apra y a su fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre entonces con 83 años.
En aquel comicio Víctor Raúl bajo la fórmula C-1, ganó él en singular más de 1 millón de votos. Eran tiempos en que el Apra imponía respeto y multitudes en las calles porque sus líderes eran gente honrada.
Hoy, la permanencia del voto preferencial se enlaza con el dinero para pagar campañas costosas que saquen del anonimato hasta en sus propias casas, a candidatos cuyo único mérito es poseer contante y sonante. Importa un bledo que sean analfabetos o burros cargados de billete.
Durante largos años los candidatos a dedo, escogidos por las cúpulas, combinaban tretas, trampas, simpatías, argollas e intereses comunes en la aspiración legiferante de suerte que los representantes eran operadores y los mercachifles de siempre en los altos puestos privados y del Estado.
Amén del dinero non sancto de grupos de interés económico, también se carecerá de fiscalización de estos fondos y eso implica que el más modesto narcotraficante pueda fletar uno, dos, tres o el número que quiera de postulantes a parlamentario. ¡Y nadie va a cantar absolutamente nada!
En buen romance, las elecciones para el 2026 tienen múltiples yerros congénitos que resguardan el bajo nivel político, intelectual, doctrinario o cívico de sus participantes y se ahuyenta la vigilancia en torno a los inmensos fondos que financian campañas.
Sí es evidente: se quiere reelegir al régimen autoritario corrupto. Y son muchas las “razones”. La continuidad garantiza guante de seda para con los criminales responsables de las muertes de más de 60 ciudadanos a partir del 7-12-2022.
¿Cuántas leyes dadas por el Congreso gris, tienen dedicatoria con nombre y apellido? ¿Cuántos millones de soles o dólares han ganado con esas disposiciones los grupos comprometidos? ¿De a cuánto fue la coima otorgada a los operadores?
Con un régimen que pueda mostrar grandes cuestionadores y del más alto nivel en el análisis, la propuesta y la acción, los entuertos se descubrirían de una forma u otra.
Con una recua de pinchasapos similares a los contemporáneos, la garantía e impunidad por largos años, encuentra asidero más o menos firme.
¿Por causa de qué los que están en la oposición no elucubran una aspiración común, orgánica, disciplinada, convicta para entender que sólo la unión hace la fuerza y que no hay otro modo de echar a los complotados en mantener una cerrazón abominable como la que se prevé para los próximos meses?
La dispersión y fractura ayudan a las fuerzas retrógradas y nada hay que descarte que también financien la diáspora o desunión de elementos díscolos y vanidosos que “luchan” por su cuarto de hora de fama.
Las cosas claras y el chocolate espeso y más descarado no puede ser el objetivo que tienen estos vicios insalvables así propuestos y proclamados por el gobierno.
Y a los integrantes de este gobierno interesa muy mucho pensar en el porvenir. Y así evitar la cárcel.
19.01.2024
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