La estupidez amanece temprano
Por Herbert Mujica Rojas
Por razones vinculadas al culto de la disciplina física y al amparo del lema: mente sana en cuerpo sano, corremos diez kilómetros diarios muy temprano, literalmente mientras que la ciudad o la urbe de cemento duerme. Pero hay bandadas de conductores, casi siempre los mismos, que no distinguen carreteras de sitios urbanos y mantienen sus luces altas, potentes, cegadoras, insolentes y avanzan a velocidades peligrosísimas.