Después de los policías y soldados llega la Contraloría
Raúl Wiener
Durante la huelga cajamarquina, Humala llegó con la idea de dejar sin liquidez a los municipios y a la región, en un arranque que no parecía provenir del MEF, como podría suponerse, sino del ministerio del Interior. Para muchos ministros era una medida ilegal que exponía a posteriores denuncias. Pero por ahí surgió la fórmula salvadora: pedirle al contralor que proponga algún mecanismo para intervenir estas entidades y secarlas de dinero. Ollanta Humala estaba convencido que sin fondos, la rebelión se apagaría.