por Herbert Mujica Rojas
Al modo de los viejos cenáculos, pan y butifarra, pensamiento monocorde y gris, el club electoral alanista reunido en Mamacona, confirmó al país que el otrora potente dínamo de la revolución popular de pan con libertad, desde las bases y con la honestidad política como blasón, el Apra, es apenas un recuerdo, una triste reminiscencia, el pretérito que jamás volverá. Al menos no con esta grey de mediocres conducidos por un Midas al revés a quien sólo interesa mamar de la cansada ubre del Estado, en Palacio, en el sillón edil, en cualquier sitiecito que exaccione los impuestos del pueblo.