Lay y la Comisión de Ética
Jans Erik Cavero Cárdenas*
La Comisión de Ética del Congreso debería desparecer. Sus informes de calificación, a cargo del equipo asesor, no sólo brillan por su improvisación, sino por su presunto direccionamiento político para salvar a los “amigos” y castigar a los “enemigos”. Si a ello le sumamos el conservadurismo de su presidente, la Comisión de Ética parece el Tribunal del Santo Oficio, con la presencia incómoda de 2 congresistas protestantes.