La Comisión Europea propone imponer en la Unión Europea un cargador universal de tipo USB-C para todos los dispositivos electrónicos.
"La Comisión presenta legislación a fin de establecer una solución común de carga para todos los dispositivos pertinentes (...) el USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces portátiles y videoconsolas portátiles", dice el comunicado.
Asimismo, el Ejecutivo comunitario propone vender por separado los cargadores y los dispositivos electrónicos lo que "aumentará la comodidad de los consumidores y reducirá la huella ambiental".
"Hemos dado un amplio plazo al sector para encontrar sus propias soluciones; ha llegado la hora de emprender una acción legislativa en favor de un cargador común. Esto supone un importante éxito para nuestros consumidores y medio ambiente, y se ajusta a nuestras ambiciones ecológicas y digitales", señaló la vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital, Margrethe Vestager.
Al mismo tiempo, la Comisión Europea declaró que no espera un aumento del costo de los dispositivos electrónicos debido al requisito de imponer un puerto de carga universal.
"No esperamos que aparezca un sobreprecio", indicó el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Mientras tanto, señaló que si un fabricante quiere tener dos puertos de carga en su dispositivo, incluido un estándar, esto puede aumentar los precios, pero "es la elección de la empresa ofrecer dos" puertos.
Esta propuesta debe ser aprobada por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, que, entre otras cosas, podrán enmendarla.
Si se acuerda, los países del bloque comunitario tendrán dos años para implementar las nuevas normas en su territorio.
El año pasado, los ciudadanos de la UE compraron unos 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles. En promedio, los consumidores tienen unos tres cargadores, dos de los cuales utilizan regularmente.
Según los datos de la Comisión Europea, los consumidores gastan unos 2.400 millones de euros al año en cargadores sueltos que no se venden juntos con dispositivos electrónicos.
Además, se estima que los cargadores eliminados y no utilizados representan 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos.
Con información de Sputnik