Alan Fairlie Reinoso
En último evento virtual, el actual Director General Adjunto de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Alan Wolff, destacó que la pandemia por COVID-19 ha hecho que las cuestiones ambientales ocupen un lugar destacado en las agendas políticas locales, nacionales, regionales y mundiales. El tema es puesto en perspectiva histórica en una última publicación “Short Answers to Big Questions on the WTO and the Environment” (*), que además de abordar la relación entre comercio y medioambiente, describe el rol de la OMC en la promoción de políticas ‘verdes’ por los países miembros.
Bajo la normativa de la OMC, los países no perdieron la potestad de adoptar políticas comerciales para lograr objetivos medioambientales. De acuerdo a estadísticas de la OMC, con el paso de los años las medidas comerciales con un propósito ambiental han ido en aumento. Entre 2009-2018, la OMC recibió alrededor de 11 000 notificaciones que informaban de la adopción de políticas medioambientales. La gran mayoría de dichas políticas, no causaron disputas en el marco del sistema multilateral de comercio. De hecho, la OMC solo ha resuelto diferencias entre países referidas a medidas medioambientales, en 10 oportunidades.
En lo referente al rol de la OMC en la promoción de políticas ‘verdes’, la OMC señala que cumple tres funciones básicas. La primera, es asegurar que cualquier política ‘verde’ que pueda afectar los flujos comerciales sea coherente y eficaz en cumplir su objetivo de política, y no sea una política proteccionista disfrazada. La OMC, a través del Comité de Comercio y Medio Ambiente, reconoce como segunda función la formación de espacios de debate que permitan compartir información y experiencias entre países en materia medioambiental. Finalmente, las colaboraciones entre la OMC y diversas unidades de Naciones Unidas han dado lugar a eventos, workshops de asistencia técnica y cursos eLearning, los cuales han permitido mejorar el entendimiento de la relación de las políticas ‘verdes’ con el comercio.
La principal crítica al actual ordenamiento mundial del comercio, cuestiona precisamente el enfoque de sostenibilidad de la política comercial. En especial, se han manifestado preocupaciones sobre la capacidad de la naturaleza para hacer frente a los efectos ambientales de la actividad económica[1]. En su última publicación, la OMC aclara que el impacto del comercio en el medio ambiente es complejo. Por un lado, el comercio sin regulación efectiva, podría llevar a una mayor contaminación ambiental. Por otro lado, la OMC resalta que mayores niveles de comercio potencialmente pueden generar mayores avances tecnológicos y ganancias de eficiencia que, en última instancia, promueven un desarrollo sostenible. Una de las críticas más importantes a este último argumento es que el transporte internacional de mercancías también contamina. Sin embargo, se conoce que fruto de acciones coordinadas entre organismos internacionales (por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional y la Organización Marítima Internacional), ya existen propuestas para reducir el impacto ambiental de todos los modos de transporte a través de una combinación de uso de energía renovable, tecnologías innovadoras, entre otras medidas.
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[1] Véase estudio de Schmeig (2019). “Sustainability in trade and investment agreements”.
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