ADEX: Hay un vacío en paquete de estímulo económico
Sobre los detalles del segundo paquete de estímulo económico lanzado por el Ministerio de Economía, el presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Juan Varilias Velásquez, manifestó que si bien es una muestra de la proactividad del gobierno frente a un panorama sombrío, lo cierto es que hay un vacío respecto a la promoción de las exportaciones peruanas, que es uno de los motores de la economía peruana.
Y es que si bien el líder exportador resaltó la reactivación del Fondo de Garantía Empresarial (Fogem), que ayudó de manera significativa al sector Pyme exportador a tener el financiamiento necesario para superar los efectos de la crisis anterior, lo cierto es que con excepción del fondo todas las medidas adoptadas actúan como factores compensadores del impacto negativo de la crisis. No son medidas para disminuir el efecto directo de la crisis.
“Estamos seguros que el presidente Ollanta Humala, el ministro de Economía Luis Miguel Castilla y los ministros con quienes nos hemos reunido tienen muy claro cuál será la vía de transmisión de una crisis financiera o de una recesión global sobre la economía peruana; sin embargo, si interpretamos las medidas adoptadas, el mensaje es que estarían aceptando como inevitable la contracción de las inversiones y las exportaciones y que no queda otra opción que compensar esta caída impulsando otras actividades productivas mediante un mayor gasto”, dijo.
A manera de ejemplo, Varilias explicó que si se tratara de un riesgo de terremoto, el mensaje del gobierno sería “no se preocupen si se produce un terremoto porque nosotros ya tenemos carpas instaladas para atender a los damnificados”.
Recordó que según el Índice de Riesgo de Mercado construido por la ADEX, en el 2009 estuvimos expuestos a un Índice de 4.5 puntos. De ese año a la fecha, los exportadores han hecho todos los esfuerzos posibles por diversificar sus mercados. Como consecuencia de ello, si se replican las condiciones críticas del 2009, nuestro Índice de Riesgo sería de 4.1 puntos. Es decir, todavía permanecemos dentro de una zona de alto riesgo.
Frente a ello, la estrategia más obvia es reducir la exposición al riesgo, impulsando agresivamente la diversificación de mercados y de productos, para lo cual se necesitan cambios estructurales en la concepción de la promoción de las exportaciones. “PROMPERU y el equipo de agregados comerciales, tal y como están diseñados ahora, no tienen la capacidad de fuego, ni los recursos para provocar un giro significativo en nuestro enfoque de mercados buscando aprovechar los beneficios de los TLCs”, comentó.
Del mismo modo, opinó, la competitividad, tema crítico para los exportadores, no está siendo abordado en su totalidad. Más allá de los temas de largo plazo como infraestructura, educación y tecnología (que suelen avanzar muy lentamente), hay otros elementos de la competitividad que se podrían abordar en el corto plazo.
Guerra cambiaria
Dijo que tampoco se debe perder de vista que estamos en una guerra cambiaria muy fuerte, especialmente entre los EE. UU. y China ya que ambos quieren mantener devaluada su moneda para exportar más. “Esa guerra trae como consecuencia la apreciación del Sol. Nosotros hemos reiterado nuestra preocupación ante las autoridades económicas por este hecho ya que el que sufre las consecuencias de este fenómeno ajeno al país es el exportador cuyos costos (medidos en Soles) se viene incrementando sostenidamente”, dijo.
También refirió que un tema que no está siendo visto con la debida amplitud es el laboral. Hay un enfoque con una enorme carga política y un sesgo legal que está dejando de lado a la dimensión económica, que es finalmente la que determina la capacidad de generación de empleo y de mejora de las remuneraciones. Legisladores y funcionarios del ejecutivo todavía siguen haciendo ejercicios de sumas y restas con efecto de ganar-perder, cuando los tiempos actuales requieren de concepciones dinámicas que aseguren un ganar-ganar para todos los peruanos.
En ese mismo terreno hay mucho por hacer para reducir los costos logísticos que restan competitividad a las exportaciones no tradicionales; para hacer más competitiva a la industria de confecciones la cual se va debilitando porque se priorizan problemas parciales en vez de desarrollar un enfoque integral; para impulsar a la industria de metales que está desperdiciando la oportunidad de aprovechar toda la riqueza minera para brindar bienestar a más trabajadores.