Quebrando al Euro

¿Cómo podría suceder y por qué sería tan horrible?

El mercado de bonos existente en Italia ha hecho crecer las posibilidades de un eventual quiebre del euro, aun cuando nadie puede estar seguro de cuáles son las posibilidades de que esto suceda. Si Italia no puede autofinanciarse a tasas razonables, y los recursos del resto de los miembros de la zona del euro no pueden (como es el caso del EFSF, que es el fondo de rescate de ese bloque) o no quiere (como es el caso del ECB, que es el Banco Central del Euro) tenderle una ayuda de rescate a un soberano tan endeudado, entonces hay que decirlo: una de las principales atracciones de ser miembro del euro (i.e. la baja tasa de interés) ya no existe más. Esto es lo que debilita el argumento de permanecer en la zona del euro. Si Italia es forzada a declarar su default, es lo que se argumenta, entonces ¿por qué no ir a fondo y crear una nueva moneda propia?

 

Crear una nueva moneda no es difícil. Un país con determinación podría simplemente hacer aprobar una ley alegando que todos sus asuntos financieros deberán de tal día en adelante ser conducidos/realizados en la ‘nueva’ lira (o para el caso, dracma, escudo o la moneda que sea). Mis colegas que cubrieron los hechos en Argentina han relatado cómo, en agosto de 2001, la provincia de Buenos Aires emitió 90.000 millones de pesos en pagarés para pagar a sus empleados una parte de sus salarios. Estos "pagarés", que se denominaron “patacones”, no tardaron en ser aceptados como moneda de pago para las compras de mercaderías y servicios. Incluso, McDonald’s salió a ofertar un “Patacombo” especial en su menú al precio de 5 Patacones. Pocos meses después Argentina abandonó su “irrevocable” cotización del uno-a-uno con el dólar estadounidense.

Los desafíos técnicos no son muy grandes. Quienes defienden a ultranza la NO salida del euro son quienes sostienen que salirse del euro traería el caos financiero y social que se produciría tanto en el país que sale del euro como en el resto del mundo. Romper con el euro, como algunos aparentemente piensan, no sería más engorroso que la versión de la crisis del ERM acaecida en 1992-1993. Se produciría un shock financiero gigantesco. Si las perspectivas de que Italia se salga del euro fuesen ciertas, se producirían corridas bancarias porque los depositantes querrían mover sus ahorros a Alemania, Luxemburgo o el Reino Unido, para intentar esquivar que les conviertan forzadamente sus fondos a la moneda más débil. La prevista rebaja de las deudas pública y privada, muchas de las cuales se llevan a cabo fuera de Italia, pondría en peligro de quiebra al sistema bancario integrado de Europa.

Se producirían corridas en otros países que tambien podrían considerar alejarse del euro. Se rompería con el “tabú”. Colapsaría el crédito. Se lanzarían desesperadamente para tener contante y sonante (y esos billetes de 500 euros vendrían de periquete). El comercio que no los tenga se iría a pique. Se haría imperativo imponer controles de capital y restricciones a los viajes para contener el caos. Y una vez que comiencen las recriminaciones, la supervivencia de la Unión Europea y su mercado único vendría a ser cuestionada. Todo esto ofrece una perspectiva que asusta. Pero no significa que vaya a ocurrir.