EE. UU: ¿Recesión en V, en U ó en L?
Por Humberto Campodónico
El FMI, en su último informe Perspectivas de la Economía Mundial publicado el jueves pasado, dice que los países industrializados (PI: EE. UU., Europa y Japón), tendrán un crecimiento económico negativo de -0.3% del PBI en el 2009, o sea, entrarán en recesión.
El FMI ha sido reacio en admitir lo que se venía, para lo cual ideó la tesis del desacople: solo la economía de EEUU entraría en recesión, pues Japón, Europa y, sobre todo, China, India y los países emergentes seguirían creciendo (su último informe da al trasto con esta "tesis"). Luego, en sus diferentes informes, bajaba los pronósticos de crecimiento de a poquitos (en el último "Informe para América Latina", de octubre, todavía dice que EE. UU. crecería en el 2009). Pero la realidad ganó la partida y han tenido que admitir que habrá recesión el año que viene.
Esta recesión es la primera después de la II Guerra Mundial en la cual todos los PI caen juntos por un año entero. Como el PBI de los PI sigue representando el 55% del PBI mundial (a pesar de los avances de los países emergentes), la recesión se sentirá en todo el mundo: caerá la demanda, las importaciones, los precios de las materias primas, se hará más difícil y más caro el financiamiento, caerá la inversión extranjera.
Si la recesión es corta, ésta tomaría la forma de una V. La caída en la producción (de 6 meses a un año) sería seguida de una recuperación relativamente rápida. A eso apuesta ahora el FMI. Si la recesión es más fuerte y larga, entonces tomaría la forma de una U, siendo su duración de por lo menos dos años. Esto la haría competir con la recesión de 1980-82, que duró 30 meses y tomó la forma de una W, pues tuvo un ligero repunte dentro de ese periodo.
Si la recesión es súper fuerte y dura varios años, entonces toma la forma de una L y tendríamos un periodo prolongado de estancamiento "en el fondo del pozo". Eso pasó con la Gran Depresión de los años 30, que duró más de 5 años y solo fue superada con el "New Deal" de Roosevelt (que implicó grandes déficits fiscales) y el gasto militar pre II Guerra Mundial. Un antecedente más cercano es el prolongado estancamiento de la economía japonesa, que no crece a más del 1% anual desde la recesión de 1990-91 hasta la fecha.
Lo que está a la orden del día, entonces, es la naturaleza, y las políticas, de intervención gubernamental. Los neoliberales ya tiraron la toalla y lo que quieren es que el Estado salve a los banqueros. En el campo de Obama, el enfoque es distinto, pero todavía no se han formulado las políticas alternativas.
Hasta ahora tenemos que, por el lado monetario, el Fed ha inyectado más de US$ 900,000 millones desde la quiebra de Lehman Brothers a mediados de setiembre, pero la recesión sigue su marcha (John Berry, 30/10/2008, www.bloomberg.com). El Fed también ha bajado las tasas de interés de 5,25% en agosto del 2007 a 2% en octubre del 2008, mes en que las bajó en 1% adicional, por lo que la tasa ya está en 1%.
Con la tasa de interés en 1% —y una inflación de 4% anual— tenemos una tasa de interés real negativa. Esto quiere decir que el Fed se quedó "sin balas", pues seguir bajando la tasa de interés no tendría efectos de reactivación de la economía. Es lo que se llama la "trampa de la liquidez".
Sin balas por el lado monetario, queda el aumento del gasto, y del déficit fiscal (que ya es grande, pues está en -3% del PBI de EE. UU.). Dice el Premio Nobel Paul Krugman que, además de un adecuado salvataje financiero "se necesita que aumente el gasto del gobierno para apoyar la producción y el empleo. ¿Es que el déficit fiscal del 2009 puede llegar a 1 billón de dólares (1 trillón, en inglés)? Sí. Pero los libros básicos de economía nos dicen que tener déficits fiscales es correcto, incluso necesario, cuando tenemos una economía deprimida" (www.nytimes.com, 7/11/08).
Nouriel Roubini, de la Universidad de Nueva York, dice que de ninguna manera se puede descartar la recesión en L. Recomienda una serie de medidas que incluyen, entre otras, la rebaja de la tasa de interés (ya se dio), nacionalización de los bancos insolventes, reducción de la deuda de los que tienen hipotecas (lo que incluye el congelamiento de ejecución de hipotecas), un masivo programa de obras públicas, gasto en infraestructura, ayuda a los desempleados y exoneración de impuestos a las familias pobres" (www.rgemonitor.com/blog/roubini, 18/10/08).
¿Se nos vendrá encima la temida recesión en L? ¿Y el Perú seguirá
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
Esta recesión es la primera después de la II Guerra Mundial en la cual todos los PI caen juntos por un año entero. Como el PBI de los PI sigue representando el 55% del PBI mundial (a pesar de los avances de los países emergentes), la recesión se sentirá en todo el mundo: caerá la demanda, las importaciones, los precios de las materias primas, se hará más difícil y más caro el financiamiento, caerá la inversión extranjera.
Si la recesión es corta, ésta tomaría la forma de una V. La caída en la producción (de 6 meses a un año) sería seguida de una recuperación relativamente rápida. A eso apuesta ahora el FMI. Si la recesión es más fuerte y larga, entonces tomaría la forma de una U, siendo su duración de por lo menos dos años. Esto la haría competir con la recesión de 1980-82, que duró 30 meses y tomó la forma de una W, pues tuvo un ligero repunte dentro de ese periodo.
Si la recesión es súper fuerte y dura varios años, entonces toma la forma de una L y tendríamos un periodo prolongado de estancamiento "en el fondo del pozo". Eso pasó con la Gran Depresión de los años 30, que duró más de 5 años y solo fue superada con el "New Deal" de Roosevelt (que implicó grandes déficits fiscales) y el gasto militar pre II Guerra Mundial. Un antecedente más cercano es el prolongado estancamiento de la economía japonesa, que no crece a más del 1% anual desde la recesión de 1990-91 hasta la fecha.
Lo que está a la orden del día, entonces, es la naturaleza, y las políticas, de intervención gubernamental. Los neoliberales ya tiraron la toalla y lo que quieren es que el Estado salve a los banqueros. En el campo de Obama, el enfoque es distinto, pero todavía no se han formulado las políticas alternativas.
Hasta ahora tenemos que, por el lado monetario, el Fed ha inyectado más de US$ 900,000 millones desde la quiebra de Lehman Brothers a mediados de setiembre, pero la recesión sigue su marcha (John Berry, 30/10/2008, www.bloomberg.com). El Fed también ha bajado las tasas de interés de 5,25% en agosto del 2007 a 2% en octubre del 2008, mes en que las bajó en 1% adicional, por lo que la tasa ya está en 1%.
Con la tasa de interés en 1% —y una inflación de 4% anual— tenemos una tasa de interés real negativa. Esto quiere decir que el Fed se quedó "sin balas", pues seguir bajando la tasa de interés no tendría efectos de reactivación de la economía. Es lo que se llama la "trampa de la liquidez".
Sin balas por el lado monetario, queda el aumento del gasto, y del déficit fiscal (que ya es grande, pues está en -3% del PBI de EE. UU.). Dice el Premio Nobel Paul Krugman que, además de un adecuado salvataje financiero "se necesita que aumente el gasto del gobierno para apoyar la producción y el empleo. ¿Es que el déficit fiscal del 2009 puede llegar a 1 billón de dólares (1 trillón, en inglés)? Sí. Pero los libros básicos de economía nos dicen que tener déficits fiscales es correcto, incluso necesario, cuando tenemos una economía deprimida" (www.nytimes.com, 7/11/08).
Nouriel Roubini, de la Universidad de Nueva York, dice que de ninguna manera se puede descartar la recesión en L. Recomienda una serie de medidas que incluyen, entre otras, la rebaja de la tasa de interés (ya se dio), nacionalización de los bancos insolventes, reducción de la deuda de los que tienen hipotecas (lo que incluye el congelamiento de ejecución de hipotecas), un masivo programa de obras públicas, gasto en infraestructura, ayuda a los desempleados y exoneración de impuestos a las familias pobres" (www.rgemonitor.com/blog/roubini, 18/10/08).
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