Teletón y rebajas arancelarias


Por Humberto Campodónico


Mañana domingo se realiza la Teletón para ayudar a la Clínica San Juan de Dios, bajo la iniciativa de Alan García. El objetivo es recaudar S/. 3 millones para esta clínica, que no es estatal, y que atraviesa graves problemas económicos. La iniciativa del Presidente ha sido apoyada por diferentes personajes de la farándula local, empresarios, clubes de fútbol y, también, por algunos líderes políticos.


Nos parece muy bien que se apoye a una clínica que realiza una reconocida labor humanitaria a favor de los niños pero, como para todo en la vida, hay que guardar las proporciones. Mientras por un lado se buscan afanosamente S/. 3 millones para la clínica de los niños pobres, por otro, se beneficia a los más ricos, exonerándolos del pago de aranceles por la importación de bienes de lujo o bienes suntuarios.

Según la Sunat, “si se considera como bienes suntuarios a las partidas arancelarias correspondientes a productos tales como whisky, vodka, perfumes, televisores, vehículos 4x4, yates, bisutería, piedras finas y teléfonos celulares tipo Iphone G3, Blackberry y Smart Phone, se estima que el costo fiscal anual por la reducción de las tasas arancelarias sobre la importación de dichos productos ascendería a alrededor de S/. 40 millones anuales” (Costo fiscal de las rebajas arancelarias, Gerencia de Comunicaciones Sunat, 18/09/08, www.sunat.gob.pe).

En otras palabras, los sectores más ricos de la población dejan de pagar impuestos por un monto 13 veces superior a lo que se pretende recaudar en la Teletón. Y esto sucede justo cuando las ganancias de las empresas aumentaron a un ritmo de 25% anual, como consecuencia del crecimiento económico. Recordemos que el Banco de Pagos Internacionales de Basilea consigna que los depósitos de peruanos en bancos del extranjero aumentó a US$ 4,970 millones, a junio del 2008 (ver La  “plata afuera” de los peruanos, www.cristaldemira.com, 15/12/08).

Como se aprecia, aquí sí llovió sobre el mojado, lo que no sucedió con los sectores más pobres de la población. Por esa misma razón, ¿acaso no es más equitativo eliminar esta rebaja arancelaria al mismo tiempo que se considera una partida presupuestal específica para programas sociales con estos ingresos tributarios? Ningún sector debiera oponerse a esta iniciativa. Y la Clínica San Juan de Dios podría tener un pliego en el Presupuesto de la República para que también pueda acceder a estos fondos.

En el fondo, de lo que se trata es de aumentar los ingresos tributarios para poder ejecutar las tareas que el Estado peruano necesita llevar a cabo. Si hay más escuelas, hospitales y obras de infraestructura (saneamiento, electricidad) se reduce la pobreza porque la inversión pública ha sido, es y seguirá siendo el vehículo más importante para acortar las brechas sociales y disminuir las enormes desigualdades en la distribución del ingreso de nuestro país. Más aún en esta época de crisis.

Pero no es eso lo que vemos. El costo total de las rebajas arancelarias de Carranza (dizque para disminuir la inflación) asciende a S/. 3,000 millones anuales (Sunat, ídem), lo que equivale 1,000 teletones. Además, ya prorrogaron la exoneración a las ganancias de capital en la Bolsa, el Fondo de Combustibles sobrecompensa a las refinerías, no se implementa el impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras y ya se acaba el miserable óbolo minero por la caída de los precios internacionales, etc.

Por eso, estimados lectores, cuando mañana se sepa, después de los bailecitos y demás cursilerías, cuánto ha recaudado la Teletón, no olvidemos que los más ricos dejan de pagar S/. 40 millones por la importación de bienes de lujo. ¿Es que así se puede gobernar el Perú? Digo, es un decir.

Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com