Lo peor está todavía delante de nosotros
Por Humberto Campodónico
En el 2008 se acabaron las vacas gordas y se desató la crisis internacional más grande del capitalismo desde 1929. Los ritmos y plazos de su desenlace tienen mucho que ver con el desempeño de la economía internacional, comenzando por la de EE. UU.
En el 2008 se acabaron las vacas gordas y se desató la crisis internacional más grande del capitalismo desde 1929. Los ritmos y plazos de su desenlace tienen mucho que ver con el desempeño de la economía internacional, comenzando por la de EE. UU.
Por eso es importante conocer la opinión del economista de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini, uno de los pocos que predijo, desde principios del 2006, que se venía la recesión. Como reconocimiento a su capacidad académica y a su convincente capacidad divulgadora, Roubini acaba de obtener el 2do puesto en la selección de los 100 intelectuales públicos más importantes del 2008 realizada por la revista inglesa Prospect y Foreign Policy.
En su más reciente artículo Roubini dice que “se está formando un nuevo falso consenso entre algunos economistas. Nos dicen que los precios de muchos activos y papeles riesgosos —lo que incluye las acciones en la Bolsa— han caído tanto que ya tocaron fondo. Por ello, nos espera una rápida recuperación del crecimiento económico. Pero esto no es cierto, pues lo peor está todavía delante de nosotros”. (¿Se recuperarán los bancos y los mercados financieros en el 2009?, 30/12/08, (www.rgemonitor.com).
Roubini dice que estos analistas se siguen autoengañando y no quieren reconocer la gravedad de la actual crisis. Se equivocan porque el problema no es solo que ya haya reventado la burbuja inmobiliaria, pues “el exceso de crédito en EE. UU. también alcanza a las hipotecas de residencias y empresas comerciales, a las tarjetas de crédito y los préstamos de consumo, a los préstamos para la compra de autos y los préstamos a los estudiantes. También hubo una burbuja en el endeudamiento de los gobiernos locales, en el financiamiento apalancado de las fusiones y adquisiciones que nunca debieron haber ocurrido, en los bonos de las empresas privadas, que sufren pérdidas masivas debido a las quiebras, entre otros”.
Más: “Estas patologías no fueron exclusivas de EE. UU. También hubo burbujas inmobiliarias en muchos otros países, alimentada por un excesivo crédito barato que no reflejaba los riesgos. Igual hubo burbuja en el mercado de productos básicos “commodities” (petróleo, minerales, alimentos) y en los fondos de cobertura”.
El resultado es “el reventón de la burbuja de activos y crédito más grande de la historia de la humanidad, que arrojará pérdidas cercanas a los dos billones de dólares (trillones, en inglés). Por eso, si es que los gobiernos no recapitalizan rápidamente a las instituciones financieras, la escasez de créditos se volverá aún más severa”. También podría producirse una deflación, que encarece el costo real del capital y de las deudas, llevando a un círculo vicioso que recorta el consumo, la inversión y los salarios.
En este contexto, EE. UU. experimentará su peor recesión en décadas, que durará cerca de 24 meses, hasta fines del 2009 (comenzó a fines del 2007) y toda la economía global se contraerá: “habrá recesión en la zona euro, el Reino Unido, Canadá, Japón y en las demás economías avanzadas. También existe el riesgo de un duro aterrizaje en las economías emergentes, pues los lazos comerciales, financieros y los tipos de cambio transmitirán los shocks a sus mercados financieros y a la economía real”.
Como se aprecia, Roubini, a quien llaman Dr. Doom (que se podría traducir como Dr. Apocalipsis o, más popularmente, Don Pésimo) no se guarda nada y dice cosas que muchos no quieren escuchar. No por eso sus anteriores conclusiones dejaron de ser ciertas y quizá éstas también lo sean. Hay lugar, sin embargo, para un pequeño toque de cauto optimismo: no se derretiría completamente el sistema financiero debido a las acciones tomadas por los gobiernos en noviembre y diciembre pasados.
Para terminar: “el 2009 será un año doloroso de recesión global, mayores problemas financieros, pérdidas y bancarrotas. Es necesario que se adopten políticas agresivas, coordinadas y efectivas por los países industrializados y las economías emergentes para que la economía global se recupere en el 2010, en lugar de que entremos en un período de estancamiento económico más pronunciado”.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
En su más reciente artículo Roubini dice que “se está formando un nuevo falso consenso entre algunos economistas. Nos dicen que los precios de muchos activos y papeles riesgosos —lo que incluye las acciones en la Bolsa— han caído tanto que ya tocaron fondo. Por ello, nos espera una rápida recuperación del crecimiento económico. Pero esto no es cierto, pues lo peor está todavía delante de nosotros”. (¿Se recuperarán los bancos y los mercados financieros en el 2009?, 30/12/08, (www.rgemonitor.com).
Roubini dice que estos analistas se siguen autoengañando y no quieren reconocer la gravedad de la actual crisis. Se equivocan porque el problema no es solo que ya haya reventado la burbuja inmobiliaria, pues “el exceso de crédito en EE. UU. también alcanza a las hipotecas de residencias y empresas comerciales, a las tarjetas de crédito y los préstamos de consumo, a los préstamos para la compra de autos y los préstamos a los estudiantes. También hubo una burbuja en el endeudamiento de los gobiernos locales, en el financiamiento apalancado de las fusiones y adquisiciones que nunca debieron haber ocurrido, en los bonos de las empresas privadas, que sufren pérdidas masivas debido a las quiebras, entre otros”.
Más: “Estas patologías no fueron exclusivas de EE. UU. También hubo burbujas inmobiliarias en muchos otros países, alimentada por un excesivo crédito barato que no reflejaba los riesgos. Igual hubo burbuja en el mercado de productos básicos “commodities” (petróleo, minerales, alimentos) y en los fondos de cobertura”.
El resultado es “el reventón de la burbuja de activos y crédito más grande de la historia de la humanidad, que arrojará pérdidas cercanas a los dos billones de dólares (trillones, en inglés). Por eso, si es que los gobiernos no recapitalizan rápidamente a las instituciones financieras, la escasez de créditos se volverá aún más severa”. También podría producirse una deflación, que encarece el costo real del capital y de las deudas, llevando a un círculo vicioso que recorta el consumo, la inversión y los salarios.
En este contexto, EE. UU. experimentará su peor recesión en décadas, que durará cerca de 24 meses, hasta fines del 2009 (comenzó a fines del 2007) y toda la economía global se contraerá: “habrá recesión en la zona euro, el Reino Unido, Canadá, Japón y en las demás economías avanzadas. También existe el riesgo de un duro aterrizaje en las economías emergentes, pues los lazos comerciales, financieros y los tipos de cambio transmitirán los shocks a sus mercados financieros y a la economía real”.
Como se aprecia, Roubini, a quien llaman Dr. Doom (que se podría traducir como Dr. Apocalipsis o, más popularmente, Don Pésimo) no se guarda nada y dice cosas que muchos no quieren escuchar. No por eso sus anteriores conclusiones dejaron de ser ciertas y quizá éstas también lo sean. Hay lugar, sin embargo, para un pequeño toque de cauto optimismo: no se derretiría completamente el sistema financiero debido a las acciones tomadas por los gobiernos en noviembre y diciembre pasados.
Para terminar: “el 2009 será un año doloroso de recesión global, mayores problemas financieros, pérdidas y bancarrotas. Es necesario que se adopten políticas agresivas, coordinadas y efectivas por los países industrializados y las economías emergentes para que la economía global se recupere en el 2010, en lugar de que entremos en un período de estancamiento económico más pronunciado”.
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