Los ratones del salario mínimo
Por Humberto Campodónico
Se acaba de producir una discusión acerca de si se “libera” el 50% de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) para que los trabajadores “tengan un ingreso adicional en este tiempo de crisis”. Esto desvirtúa el concepto propio de CTS, que implica un sueldo anual para, justamente, compensar los servicios prestados. También podría dedicarla el trabajador a cubrir cualquier eventualidad, incluido el desempleo. Y ya comenzaron los despidos.
En medio de la discusión surgió la propuesta de elevar el sueldo mínimo. Y el primero que salió a criticarla fue el Ministro de Trabajo, quien dijo: “Se evalúa en estos momentos ese incremento, pero creo que en los primeros meses de este año no debiera reajustarse. Para el segundo semestre sería una posibilidad”.
Ese es el problema. No existe en el Perú una institución que evalúe cuánto y cuándo debe subir el salario mínimo. Eso depende de la voluntad del Poder Ejecutivo. Recordemos que de marzo del 2000 a setiembre del 2003, el salario fue S/. 410/mes: no se movió 40 meses. Pero no sucede así en otros países de la región, donde existen instituciones con la participación de los trabajadores, los empleadores y el gobierno.
En Argentina es el Consejo Nacional del Empleo, la productividad y el salario mínimo, vital y móvil, que tiene la obligación de determinarlo periódicamente (Resolución 3/2008, Boletín Oficial, 31/7/08). En Colombia, la Comisión de Concertación Salarial fija el salario anualmente, teniendo en cuenta la inflación y la productividad. En México, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos los fija una vez al año, de acuerdo con el artículo 570 de la Ley Federal del Trabajo.
En Chile, el salario mínimo lo fija anualmente el gobierno, en concertación con la CUT y los empleadores. Si no hay acuerdo, el gobierno lo fija unilateralmente y después lo envía al Congreso para su ratificación. En Bolivia no hay una institución, pero desde que entró Evo Morales subió el salario mínimo de 500 a 577 bolivianos, cifra que ha aumentado a 647 bolivianos este mes. En el Perú, existe el Consejo Nacional del Trabajo, pero está pintado en la pared, porque quien determina el salario mínimo cuando quiere y lo que quiere es el MEF y/o el Presidente de la República.
Uno de los criterios centrales es mantener el poder adquisitivo de los trabajadores más pobres. Pero aquí la inflación de 7.32% del 2008 ya se comió el aumento del salario mínimo de enero del 2008 que además tiene uno de los poderes adquisitivos más bajos de la región. A diferencia de otros países (ver cuadro), aquí estamos en cero.
Los neoliberales argumentan que el aumento de salarios es perjudicial para la economía. Falso. Más aún, según el Marco Macroeconómico 2009-2011 del MEF, la productividad aumentó de 100 a 128 del 2001 al 2007, al mismo tiempo que bajó el Costo Laboral Unitario de 100 a 78, lo que indica que un aumento del salario mínimo no sería inflacionario.
También dicen que el aumento debiera tener en cuenta las disparidades económico-geográficas del país. Puede ser. De hecho, en México el salario mínimo tiene 3 zonas (A, B y C). La cuestión es trabajar para hacerlo aquí, pero para eso nunca “hay tiempo” porque no se quiere aumentar el salario mínimo.
El Perú ha tenido varios años de crecimiento económico de las empresas más importantes. Pero no de los salarios en general, ni del salario mínimo. Supuestamente somos los “jaguares” de la Región en crecimiento, pero los ratones en salarios, los campeones del “cholo barato”. Es por eso que hay que institucionalizar el salario mínimo y determinar su periodicidad anual.
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