Vigencia del TLC con EE. UU. es reconocimiento a fundamentos económicos del Perú
Asegura CCL y reitera su disposición para desarrollar agenda interna a fin de capitalizar beneficios del acuerdo comercial
El presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Ing. Peter Anders, expresó su satisfacción por el ingreso en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Fuente: Doing Business 2009
Elaboración: IEDEP-CCLFuente: Doing Business 2009
Elaboración: IEDEP-CCL
El líder empresarial destacó la labor del Ejecutivo y del Legislativo, tanto de este gobierno, como del gobierno anterior, por negociar, implementar y conseguir que ingrese en vigencia el acuerdo comercial.
Refirió que el ingreso en vigencia del TLC entre el Perú y Estados Unidos es un reconocimiento a los fundamentos económicos de nuestro país, los cuales nos dotarán de mayor resistencia ante los embates de la crisis mundial.
Tarea pendiente
A fin de capitalizar los beneficios y minimizar los costos de este acuerdo comercial, el presidente de la CCL planteó al gobierno la necesidad de concentrar sus esfuerzos en desarrollar la Agenda Interna en pro del incremento de la competitividad de los agentes económicos.
Indicó que la puesta en vigencia del TLC no debe ser vista sólo como una adecuación legal, sino que debe constituir una implementación económica integral, la cual debe contar con el concurso de todos los actores.
Explicó que ello se consigue impulsando reformas estructurales en el Perú. “Para comenzar, es necesario avanzar en la reforma integral del Estado, para dotar de eficiencia y eficacia al aparato estatal y eliminar los sobrecostos en la oferta de servicios públicos y en la recaudación de impuestos, estimados en US$ 911 millones anuales”, indicó el Ing. Anders Moores.
Agregó que las barreras burocráticas constituyen un significativo costo de transacción que resta competitividad a las empresas y fomenta la informalidad. Según el Banco Mundial si el Perú contara con una normativa ágil para abrir empresas, como en Estados Unidos, el sector informal disminuiría del 60% del Producto Bruto Interno al 37%.
De otro lado, señaló que es imperativo reducir los sobrecostos no salariales, pues además de ejercer efecto negativo en el crecimiento del empleo formal, influyen sobre la competitividad de la economía. Se requiere una política laboral moderna y flexible.
Además, el presidente de la CCL consideró relevante impulsar las reformas vinculadas al capital humano, como la educación y salud, indispensables para la productividad y para disminuir la inequidad en la distribución de oportunidades.
Asimismo, manifestó que es fundamental cerrar la brecha de infraestructura en el Perú. Toda vez que se ha identificado las mayores deficiencias en infraestructura en las regiones, es necesaria una adecuada descentralización productiva de tal manera que los compromisos de inversión futuros se ejecuten correctamente.
“Si bien es prioritario para el Perú cumplir con los requisitos legales para poner en vigencia el TLC, sólo con una Agenda Interna de la naturaleza señalada y eliminando los sobrecostos que enfrenta la actividad productiva nacional nuestro país crecerá de manera sostenida, dinámica y con equidad y se consolidaría como la potencia regional que aspiramos ser”, puntualizó la CCL.
Finalmente, la Cámara de Comercio de Lima reiteró su disponibilidad para apoyar al gobierno en la urgente tarea de actuar en pro del incremento de la productividad.
Refirió que el ingreso en vigencia del TLC entre el Perú y Estados Unidos es un reconocimiento a los fundamentos económicos de nuestro país, los cuales nos dotarán de mayor resistencia ante los embates de la crisis mundial.
Tarea pendiente
A fin de capitalizar los beneficios y minimizar los costos de este acuerdo comercial, el presidente de la CCL planteó al gobierno la necesidad de concentrar sus esfuerzos en desarrollar la Agenda Interna en pro del incremento de la competitividad de los agentes económicos.
Indicó que la puesta en vigencia del TLC no debe ser vista sólo como una adecuación legal, sino que debe constituir una implementación económica integral, la cual debe contar con el concurso de todos los actores.
Explicó que ello se consigue impulsando reformas estructurales en el Perú. “Para comenzar, es necesario avanzar en la reforma integral del Estado, para dotar de eficiencia y eficacia al aparato estatal y eliminar los sobrecostos en la oferta de servicios públicos y en la recaudación de impuestos, estimados en US$ 911 millones anuales”, indicó el Ing. Anders Moores.
Agregó que las barreras burocráticas constituyen un significativo costo de transacción que resta competitividad a las empresas y fomenta la informalidad. Según el Banco Mundial si el Perú contara con una normativa ágil para abrir empresas, como en Estados Unidos, el sector informal disminuiría del 60% del Producto Bruto Interno al 37%.
De otro lado, señaló que es imperativo reducir los sobrecostos no salariales, pues además de ejercer efecto negativo en el crecimiento del empleo formal, influyen sobre la competitividad de la economía. Se requiere una política laboral moderna y flexible.
Además, el presidente de la CCL consideró relevante impulsar las reformas vinculadas al capital humano, como la educación y salud, indispensables para la productividad y para disminuir la inequidad en la distribución de oportunidades.
Asimismo, manifestó que es fundamental cerrar la brecha de infraestructura en el Perú. Toda vez que se ha identificado las mayores deficiencias en infraestructura en las regiones, es necesaria una adecuada descentralización productiva de tal manera que los compromisos de inversión futuros se ejecuten correctamente.
“Si bien es prioritario para el Perú cumplir con los requisitos legales para poner en vigencia el TLC, sólo con una Agenda Interna de la naturaleza señalada y eliminando los sobrecostos que enfrenta la actividad productiva nacional nuestro país crecerá de manera sostenida, dinámica y con equidad y se consolidaría como la potencia regional que aspiramos ser”, puntualizó la CCL.
Finalmente, la Cámara de Comercio de Lima reiteró su disponibilidad para apoyar al gobierno en la urgente tarea de actuar en pro del incremento de la productividad.