Alan Fairlie Reinoso
 
Según el World Economic Forum (WEF) y su Informe Global sobre Competitividad en 2019[1], el Perú ocupa el puesto 65 (de 141 países en total). Si bien nuestro país ha mostrado una mayor estabilidad en indicadores macroeconómicos, de finanzas y de mercado, aún persisten los problemas en los factores relacionados a la productividad, como es el caso de la educación superior y tecnología e innovación, factores que son necesarios para un crecimiento a largo plazo (pero en donde el país se ubica en los últimos lugares). Por ende, incrementar la productividad y la competitividad del país y la región, requieren de una mayor inversión en capital humano con mayor prioridad en las áreas de innovación, investigación y desarrollo, tal como lo señala la OEI (2020)[2].
 
 

Laboratorio UPCH

 

 
Grafico N.° 1: Informe Global sobre Competitividad en 2019

informe global competitividad 2019

 
 
Para la OEI, uno de los factores asociados a los niveles de competitividad y productividad de los paises de la región, es la escasa inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías, así como la falta de una adecuada coordinación entre los entes públicos encargados de los temas de ciencia y conocimiento, el sector académico (principalmente las universidades) y las empresas[3].
 
En el caso del Perú, el acceso a la educación superior entre el 2009 -2019 se ha incrementado, en 8.2 puntos porcentuales lo cual implicó que, en el 2019, 32,2 % de la población de 25 y más años cuente con educación superior[4]. Pese a ello, persisten los problemas de inserción laboral juvenil. Algunas investigaciones[5]sostienen que más de la mitad de los jóvenes en la región poseen habilidades y/o cualificaciones que no coinciden con las exigencias del mercado laboral, siendo este el principal factor que restringe la inserción laboral. OCDE (2016), señala que más del 70% de los jóvenes de la región no están suficientemente calificados para acceder a empleos de buena calidad.[6]
 
Es así como, entre factores que tienen implicancias sobre las posibilidades de la inserción laboral de los jóvenes, se encuentran la calidad y la pertinencia de la educación superior, de un lado, y del otro, la falta de la alineación de la oferta universitaria a las necesidades del mercado laboral y de la sociedad. Así, el porcentaje de graduados de educación superior que están desempleados o subempleados, tiende a incrementarse.
 
El estado debe propiciar la articulación entre la ciencia y la tecnología con la educación superior, teniendo en cuenta que de las universidades proviene la mayor parte de las investigaciones en la región. Asimismo, debe promover la alineación entre la oferta y la demanda de competencias a nivel formativo, y crear incentivos para mejorar la calidad  de la formación superior.
 
La OEI (2020)[7], recomienda una mayor articulación entre las instituciones de educación superior, empresas y gobiernos, en los siguientes aspectos: i) Incrementar la relevancia de la educación superior para el mercado laboral; ii) Incentivar el aprendizaje a lo largo de la vida; iii) Alinear los perfiles de los graduados de educación superior a las necesidades del mercado laboral; iv) Generar y compartir información completa y actualizada sobre la educación superior y el mercado laboral.
 
Nos parecen políticas plausibles, para aumentar la competitividad y productividad del país y la región.
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[1] http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf
[2] OEI (2020) Educación Superior, Productividad y Competitividad en Iberoamérica
[3] Ibidem
[4] INEI (2020) Perú: Indicadores de Educación por Departamentos, 2009-2019
[5] Sparreboom y Staneva (2014): Identifying qualifications mismatch from 28 school-to-work transition surveys International Labour Office. - Geneva: ILO, 2014 
[6] OCDE/CEPAL/CAF (2016), Perspectivas económicas de América Latina 2017: Juventud, competencias y emprendimiento, Paris.
[7] OEI (2020) Educación Superior, Productividad y Competitividad en Iberoamérica