Con integración vertical internacional
Jorge Manco Zaconetti
Cuando se analizan los estados financieros de la petrolera estatal de Chile, ENAP, y se la compara con PetroPerú, la empresa de todos los peruanos, los chilenos nos ganan por goleada. Para el 2022, los ingresos por ventas de ENAP fueron del orden de los US$12,324 millones de dólares, mientras que PetroPerú obtuvo ingresos del orden de los US$5,591 millones con pérdidas económicas. En lo fundamental ello se debe a la integración vertical de ENAP y una administración eficiente, ajena a los vaivenes de la política, la meritocracia de Diego Portales.
A nivel de rentabilidad, es abismal entre las dos petroleras estatales. Mientras las utilidades operativas netas en el país vecino del sur fueron positivas en el orden de los US$1,307, US$1,009 US$575 millones respectivamente, en Petroperú se acumularon crecientes pérdidas económicas y financieras, en parte explicadas por las consecuencias de la crisis sanitaria en 2020, los altos precios del petróleo y derivados de la guerra Rusia/Ucrania en 2022, la pésima administración en los primeros meses del gobierno de Pedro Castillo, y en especial por la demora en la modernización de la Nueva Refinería de Talara.
En verdad, me produce una sana envidia la situación económica financiera de la empresa petrolera estatal de Chile, por la vigencia de una política de estado que tiene como objetivo superior garantizar la seguridad energética y el abastecimiento interno de combustibles, a través del fortalecimiento de ENAP, que explica el 52% del mercado de combustibles, con una diversidad de empresas filiales, que aseguran la producción de crudo en terceros países, su presencia en el negocio del gas natural y en la red nacional de gasoductos, más su participacón en la generación de energías renovables entre otros.
Mientras en Chile el mercado de combustibles para el 2022 bordeaba los 360 mil barriles diarios, donde la petrolera estatal satisface más de la mitad, en nuestro país el mercado de combustibles que bordea los 260 mil barriles por día, PetroPerú participa en menos del 30% en desventaja con poderosas empresas transnacionales como Repsol, Valero, Exxon Mobil entre otras.
La paradoja es que en Chile, concretamente en Magallanes, en el extremo sur, no se produce más de 1,772 barriles diarios, pero por medio de su filial Sipetrol/Ecuador, Sipetrol/Argetina, Sipetrol/Egipto produce más de 35,406 mil barriles día calendario, a pesar del discurso liberal criollo que justificaba la privatización de los lotes petroleros que detentaba PetroPerú antes de 1996, con el incremento de la producción y de las reservas.
Chile tiene en su empresa petrolera estatal Enap, una empresa rentable que no solamente asegura el abastecimiento interno con combustibles de calidad, sino que también se da el lujo de exportar derivados del petróleo, a pesar de ser un país altamente dependiente del petróleo y gas importado.
En su publicidad se sostiene que la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) es una empresa 100% del Estado de Chile, creada por la ley orgánica constitucional N.˚9618 de junio de 1950, durante el gobierno conservador de Gabriel González Videla, en el marco de objetivos nacionales de seguridad energética; en cambio en nuestro país el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada con el general Juan Velasco Alvarado, dio nacimiento a PetroPerú en julio de 1969 gracias a la nacionalización del petróleo y de los activos que retenía indebidamente la IPC, filial de la Standard Oil, una de las 7 Hermanas del trust del petróleo.
Entre sus actividades principales ENAP de Chile está facultada a realizar actividades de exploración, explotación o beneficio de yacimientos que contengan hidrocarburos, tanto dentro como fuera del territorio; además puede participar en sociedades con actividades relacionadas a la energía geotérmica y a la producción, transporte y comercialización de energía y potencia eléctrica.
En nuestro país desde 2015 a la fecha ministros liberales de eonomía y energía y minas conformantes de su junta de accionistas, han petardeado y demorado por ejemplo el fortalecimiento de PetroPerú, como la construcción de la Nueva Refinería de Talara, que debió estar operativa en junio de 2019, generando excedentes importantes al país. Sería interesante una investigación al respecto del Congreso de la República. |
A nivel de la refinación ENAP tiene como filial a ENAP Refinerías (ERSA) la cual fue fundada en 2004 como respuesta a la crisis energética que sufrió dicho país ante la limitación de importar gas natural argentino. Esta empresa filial es el resultado de la fusión de las refinerías de Concón y Petrox ubicadas en la Quinta Región (Valparaíso) y Octava Región (Bío Bío) respectivamente.
Esta filial ENAP Refinerías según la información corporativa “Tiene una capacidad de destilación de 220,000 barriles/día y puede abastecer más del 80% de los requerimientos de combustibles en Chile. También exporta parte de su producción al Perú, destacándose por la alta calidad de sus combustibles, que responden a altos estándares de la industria.
PETROPERÚ SIN LOTES
Ello plantea profundas diferencias entre Chile y Perú, en cuanto a la participación de sus empresas petroleras estatales. Mientras en nuestro país no existe consenso ni voluntad política para el fortalecimiento de Petroperú, prueba de ello es la aprobación de la exclusión misma del proceso de privatización por insistencia del Congreso de la República en 2004, ante la oposición del poder ejecutivo de los gobiernos de turno, como del corrupto Alejandro Toledo.
Es más, a diferencia de Chile donde la empresa estatal ENAP está facultada para explorar y explotar petróleo dentro y fuera del país, por medio de empresas filiales y asociaciones petroleras privadas como en Argentina, en el Perú, fuerzas retrógradas del Congreso de la República plantean la privatización total de la petrolera estatal Petroperú.
Mientras en Chile gobiernos conservadores, liberales y socialistas fortalecieron a la petrolera estatal ENAP para asegurar el abastecimiento energético, al margen de la rentabilidad, con refinerías modernas tecnológicamente y ambientalmente, que procesan combustibles con bajo contenido de azufre.
En nuestro país desde 2015 a la fecha ministros liberales de eonomía y energía y minas conformantes de su junta de accionistas, han petardeado y demorado por ejemplo el fortalecimiento de PetroPerú, como la construcción de la Nueva Refinería de Talara, que debió estar operativa en junio de 2019, generando excedentes importantes al país. Sería interesante una investigación al respecto del Congreso de la República.
En tal sentido, resulta un despropósito del gobierno de transición Boluarte/Otárola transferir los rentables lotes I, VI y Z-69 por solamente dos años a PetroPerú, en un contexto internacional de presiones alcistas de los precios del petróleo y derivados por la guerra de Oriente Medio, pues no se aseguran en tan corto tiempo las inversiones necesarias para levantar la producción. Así, PetroPerú tendrá una producción de dichos lotes inferior a los 7 mil barriles diarios, mientras ENAP produce más de 37 mil barriles por día calendario, fuera de la importante producción de gas natural. ¡Aprendamos de los chilenos!
Diario Uno, 21.10.2023