Pese a que Chile usurpa cerca de cuatro hectáreas de Tacna, captura pescadores tacneños en mar peruano, coloca minas, además de ser violador contumaz del Derecho Internacional, el Perú está permitiendo la injerencia de Chile en el quehacer tacneño, con el pretexto de la “integración”(en verdad parasitación), propiciada por Chile.
Esto resulta mucho más ofensivo y bochornoso, teniendo en cuenta que ahora tenemos un Presidente que en campaña electoral se proclamó nacionalista, defensor de Tacna y de nuestra soberanía, e incluso protagonizó una marcha al Punto Concordia durante el Gobierno de Alan García, donde comprobó la usurpación de territorio peruano por parte de Chile, hecho que García ocultaba.
Persistiendo la actitud de latrocinio por parte de Chile, el presidente Ollanta Humala, lejos de desechar la política de cuerda separada, que tanto criticó y con justicia calificó de inmoral, acepta lo que establece la Cancillería de Chile, para continuar su indeseable penetración en nuestro país.
Así, hacen el juego al llamado Comité de Frontera Perú-Chile, que abarcará no solo las ciudades de Tacna y Arica, sino a las regiones a las que pertenecen, y de este modo incluso los peruanos gastamos nuestro dinero manteniendo en su puesto a un director de Desarrollo e Integración Fronteriza del Ministerio de Relaciones Exteriores, Félix Denegri Boza.
A diferencia del Comité de Frontera creado en 1999, este Comité de Integración y Desarrollo Fronterizo, tiene una “visión más amplia sobre la relación de la zona limítrofe”. “La relación de las ciudades de Tacna y Arica, que pertenecen a las regiones de Tacna y Arica-Parinacota, respectivamente, es tal que este nuevo comité está abarcando no solo las ciudades, sino las regiones en su integridad, porque en estas también hay problemas”, declaró Denegri a la Agencia Andina la semana pasada, muy contento con el incremento de la injerencia chilena en el Perú.
Por ejemplo, señaló que la ciudad Tacna congrega al 80 por ciento de la población de esa región y en Arica ocurre algo parecido, por lo que la nueva visión implica trabajar en la búsqueda de “esas complementariedades”.
Chile es país que saqueó bienes culturales del Perú y que nunca devolvió. Antes de la guerra de 1879, la ladrona embajada chilena en Lima tenía la misión de visitar viviendas de familias pudientes limeñas para anotar subrepticiamente un inventario de sus bienes, lo cual, tras la invasión utilizaron para amenazar a las familias que recibieron incautamente al embajador chileno, que les tendió un anzuelo invitándolos primero. Estando las tropas de los rateros chilenos en Lima, buscaban a estas familias lista en mano, para exigir los objetos valiosos que habían escondido del pillaje, los cuales tuvieron que entregar bajo amenaza de muerte (ver La diplomacia ladrona de Chile).
Ahora los chilenos quieren conocer en detalle los bienes culturales de Tacna: “La idea es abarcar a toda la región con más elementos, como la protección de bienes culturales, ver los que existen en ambos lugares de la región, como también puede ser medidas ante pandemias y desastres naturales”, dijo Denegri.
¿Para qué quieren detalle de nuestro patrimonio cultural? Chile es país subdesarrollado e incivilizado por ser violador contumaz del derecho internacional, no tenemos que aprender nada de ellos ni nos interesan las manifestaciones culturales de Chile, país en cuya Historia sólo tienen lugar preponderante los latrocinios y saqueos, como la emprendida en 1879 y antes, la traición a la unidad Americana al ayudar a los ingleses en la Guerra de Las Malvinas contra Argentina.
Mientras Chile persista en sus actos de hostilidad y latrocinio contra nuestro país, el Perú debería mantenerse alejado de tratos con Chile, no sólo por dignidad, sino por seguridad.
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