Mariano Fernández, canciller de Chile, manifestó hoy estar seguro de que su país obtendrá una victoria frente al Perú por la demanda presentada ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Fernández, en declaraciones a la televisión chilena, indicó que Chile cuenta con argumentos “bastante sólidos”. Será extremadamente difícil para Perú “conseguir algo en sus reclamos” por el diferendo con Chile, alardeó y agregó que el Perú “tiene que darse cuenta que le va a resultar extremadamente difícil obtener algo, porque el despliegue de información que existe sobre el reconocimiento del límite marítimo es muy importante".
Pero luego lamenta presentación de la demanda peruana…
Tras su exuberante optimismo al minimizar las posibilidades peruanas, Fernández lamentó que el Perú haya presentado la demanda.
Si está tan seguro de que Chile ganará, ¿por qué lamenta? Si fuese coherente su optimismo debería minimizar la demanda peruana, que, según él, no tendrá éxito.
Una vez más queda en evidencia la desesperación de los políticos chilenos por la demanda peruana, pues en el fondo, aunque no lo quieran admitir, saben que los fallos de la corte en casos parecidos indican que La Haya finalmente dará la razón al Perú y quedará en evidencia el latrocinio de nuestro mar por parte de Chile, país usurpador y ladrón contumaz.
Mentira tras mentira
Fernández mintió diciendo que el Perú y Chile han vivido 50 años en paz y “con el respeto indiscutido respecto del ejercicio de soberanía y jurisdicción de Chile en la zona”.
En el supuesto de que la práctica cree un derecho, ésta debe ser pacífica y que no sea perturbada. Son dos razones que exige el Derecho Internacional. “Cuando presentamos la nota en 1986 la práctica puede ser pacífica, pero ya no es no perturbada, porque ya hay un reclamo que continúa hasta ahora, por tanto, no hay 50 años de práctica ni ejercicio de soberanía.
Lo que el gobierno chileno disfraza llamando “ejercicio de soberanía”, es práctica de latrocinio del mar peruano, donde en nuestro propio mar hasta capturan a nuestros pescadores y sus embarcaciones. Pero Chile, como todo ladrón, busca justificar los robos que perpetra.