Piñera: Diferendo marítimo y Defensa


Por Alfredo Palacios Dongo


El ahora presidente electo chileno, Sebastián Piñera, cuando el 24 de marzo de 2008 se reunió en Lima con el presidente Alan García para tratar “temas de interés público”, afirmó que la demanda marítima peruana deberá ser resuelta por la Corte internacional de Justicia (CIJ), sin embargo, al siguiente año, el 30 de agosto de 2009, remarcó su convencimiento de que Chile no tenía ningún problema pendiente con Perú, ni territorial, ni marítimo, porque todos quedaron resueltos en los tratados de 1921, 1952 y 1954, y aseguró que el derecho, los tratados y la jurisprudencia dan razón a su país, enfatizando además que “se requiere mucha firmeza para defender lo que es nuestro.


En noviembre pasado, Piñera criticó el manejo político que el actual gobierno de Bachelet ha dado al conflicto limítrofe con Perú, precisando que se deben sacar lecciones del caso “laguna del Desierto”, que demostró que además de defensa jurídica, se requiere defensa política y diplomática —el caso trata de un territorio de 530 Km2, cercano al monte Fitz Roy, que Chile perdió ante Argentina por sentencia arbitral de octubre de 1995—. Cabe señalar que en el diferendo marítimo con Perú, la presentación de la contramemoria chilena a la CIJ la hará el actual gobierno por vencer el plazo el 9 de marzo, dos días antes de la asunción de Piñera, a quien corresponderá el 2011 hacer la réplica a la dúplica peruana.

Sobre la política de Defensa, Piñera ha adelantado que “dada la situación en América Latina”, sus FF. AA. deben mantener una capacidad operativa disuasiva para proteger y garantizar su territorio, mar, límites y soberanía, afirmando que “sería un tremendo error debilitarlas”, aduciendo además “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. También pretende derogar la Ley Reservada del Cobre, la cual aporta 10% para el equipamiento de las FF. AA., sin embargo, tiene previsto establecer un mecanismo que garantice el financiamiento estable y de mediano plazo para que éstas tengan capacidad de planificar su equipamiento.

En este contexto, considerando que la coalición de derecha del nuevo gobierno chileno es más cercana a las FF. AA. e históricamente más conservadora y nacionalista, no se avizoran cambios en su desmesurada carrera armamentista. Asimismo, la profunda discrepancia de Piñera y su coalición por nuestra justa demanda marítima, va a seguir repercutiendo negativamente en las relaciones de confianza, acercamiento político e integración. Solo se mantendrá una relación comercial claramente ventajosa para Chile, definida por el cada vez mayor aumento de sus inversiones en nuestro país.

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