En el diario español El País del 23 de marzo de este año, con el título “Leones, mosquitos, serpientes y cabezas: lo que viven los niños migrantes al cruzar la selva del Darién”, se lee en el artículo de Alfonso Fernández Reca:

 

Los lugares con sombra se cotizan al alza en Bajo Chiquito. Las ollas para cocinar, también. Todo el poblado tiene un desagradable aroma mezcla de hogueras, excrementos y residuos que esperan a ser incinerados. Como no existen los baños ni las duchas, el río soporta las labores de aseo. También de refresco. El pudor hace tiempo que dio paso al pragmatismo.

 

Comentario

1) El autor incurre en impropiedad léxica al emplear el sustantivo aroma, pues debe ser siempre agradable o deseable: el aroma del pastel, el aroma de las flores, etc.

2) La basura, excremento, etc., son cosas, no personas, por lo tanto no esperan.

 

Podemos decir por ejemplo:

 

Los lugares con sombra se cotizan al alza en Bajo Chiquito. Las ollas para cocinar, también. Todo el poblado tiene un desagradable olor, mezcla de hogueras, excrementos y residuos que deben ser incinerados. Como no existen los baños ni las duchas, el río soporta las labores de aseo. También de refresco. El pudor hace tiempo que dio paso al pragmatismo.